Pronóstico del tiempo
El Niño se asoma, pero aún no llueve y los campos siguen secos
Expertos de las bolsas de comercio de Rosario y Santa Fe coinciden en sus análisis. Los últimos reportes, igualmente, son alentadores.
(Por Juan Chiummiento) - Santa Fe, corazón de la producción agropecuaria nacional, viene siendo testigo de los altibajos climáticos que marcaron las últimas campañas. Tres años consecutivos de sequía dejaron huellas preocupantes en los campos y en la economía de la región. Sin embargo, en medio de esta adversidad, la atención se posa ahora en El Niño, un fenómeno que podría traer consigo un importante cambio.
La sequía ha sido una sombra persistente en el horizonte agrícola de la provincia. Tres temporadas consecutivas han dejado a los campos resecos y a los productores en una lucha constante por mantener sus cosechas a flote. La falta de agua en los suelos, el insuficiente desarrollo de los cultivos y la incertidumbre económica se han convertido en el común denominador.
La Bolsa de Comercio de Santa Fe, a través de su área de Estimaciones Agrícolas, ha sido un observador clave de esta situación. Según Rubén Walter, responsable de dicha área, la sequía ha dejado “un panorama complicado: a pesar de algunas lluvias puntuales, el proceso de recuperación es lento y complejo”.
El resumen de la Guía Estratégica del Agro (GEA) -servicio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)-, emitido a principios de esta semana, refuerza este análisis. “La falta de lluvias, especialmente en el oeste de la región pampeana, ha dejado las reservas de agua en niveles preocupantes. La siembra de maíz y trigo está en la cuerda floja, y el impacto en los precios y disponibilidad de insumos agrava aún más la situación”, se indicó.
Sin embargo, en medio de estas preocupaciones, se alza una noticia alentadora para el sector agropecuario. Contrariamente a las expectativas previas, el fenómeno del Niño ha ganado fuerza en lugar de debilitarse, como se había anticipado hace un mes. Según los expertos consultados, finalmente, el océano y la atmósfera están acoplando sus efectos de manera más efectiva, lo que aumentaría el transporte de humedad desde el Pacífico hacia Argentina.
Este cambio en la interacción entre el océano y la atmósfera se refleja en el fortalecimiento gradual de las condiciones de El Niño a lo largo de agosto de 2023, según datos proporcionados por la NOAA y otros organismos internacionales. Este fenómeno podría tener importantes implicaciones para el clima argentino, especialmente en lo que respecta a las precipitaciones.
En comparación con las proyecciones realizadas hace un mes, los nuevos datos sugieren que el fenómeno del Niño podría ser más intenso, oscilando entre moderado y fuerte, en línea con las predicciones iniciales de junio. Esto marca un cambio notable en la tendencia, y para el productor agrícola, significa una mayor probabilidad de recibir lluvias por encima de lo normal durante la temporada de siembra.
Cuatro indicadores
El impacto de la histórica sequía que afectó al sector agroindustrial argentino durante la campaña pasada se hace evidente al analizar los indicadores clave de comercio, logística y exportación. Recientemente, la BCR dio cuenta de cuatro indicadores que arrojan números preocupantes y reflejan la magnitud de la sequía que quedará marcada en la memoria de toda una generación.
El primer indicador es el volumen total de granos comercializado en Argentina en el primer semestre del 2023. Según los datos de SIO Granos, este volumen fue el segundo más bajo desde que se iniciaron los registros en 2017, con apenas 51,4 millones de toneladas. De hecho, si comparamos exclusivamente el primer semestre de cada año, resulta ser el menor de toda la serie. Específicamente en el caso de la soja, el volumen mensual comercializado en junio de 2023 alcanzó su nivel más bajo de los últimos seis años y medio. Además, cinco de los seis meses del año encabezan el ranking de menor volumen negociado desde enero de 2017.
El segundo indicador se refiere al volumen de granos descargados en los puertos del Gran Rosario en el primer semestre del año. Esta cifra es la más baja desde al menos el año 2001, con solo 12,6 millones de toneladas. En comparación con el año anterior, la caída acumula cerca del 60%. El Gran Rosario es la principal vía de salida de los productos agroindustriales argentinos al mundo y es considerado el segundo puerto más importante a nivel global, después de Nueva Orleans. Por lo tanto, esta disminución en la descarga de granos es un indicador contundente del impacto de la sequía en la logística del comercio de granos.
El tercer indicador se relaciona con los despachos del agro, es decir, los embarques de granos y subproductos desde los puertos argentinos. Entre enero y junio de 2023, se despacharon un total de 25,6 millones de toneladas, registrando el peor primer semestre desde al menos el año 2000. Este dato evidencia las dificultades que enfrentó el sector agroindustrial argentino para cumplir con los compromisos de exportación debido a la escasez de granos causada por la sequía.
El cuarto indicador está relacionado con las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de bienes agroindustriales. En el primer semestre del 2023, estas declaraciones totalizaron 17,9 millones de toneladas, representando el segundo volumen más bajo de la década. A excepción del complejo girasol, todos los complejos presentaron variaciones negativas en comparación con el mismo período del año anterior. Esto indica que las ventas al exterior de granos y subproductos también se vieron afectadas por la sequía.
Es importante destacar que el programa de incremento exportador, conocido como “dólar agro”, tuvo un impacto significativo en estos indicadores. Durante los meses de abril y mayo, cuando el programa estuvo vigente, se registró un aumento en las ventas de soja y girasol. Sin embargo, es necesario señalar que gran parte de las declaraciones de junio se realizaron en los primeros dos días del mes, coincidiendo con la extensión del programa para la soja.