“El poder de turno está instalando verdades científicas y no la ciencia misma”
Guareschi, especialista en psicoterapias y psiquiatría, dijo que estos primeros 365 días de convivir con el COVID-19, “el poder de turno está instalando verdades científicas y no la ciencia misma”, afirmó. El profesional, admitió que en esta línea, la difusión de ideas tales como “inmovilidad” (“quédate en casa”), “incomunicación” (el uso de “barbijo bozal”) y el “aislamiento social” (“confinamiento y reclusión carcelaria obligatoria”) no tienen una función preventiva determinada. “Enfermaron y mataron más que el virus mismo”, señaló.
Guareschi, remarcó que si alguna enseñanza le dejaron estos 12 meses, fueron que “la soledad, la desprotección, el desamparo, el aislamiento y la intubación son letales y mortales”. “Proliferan por legiones los cuadros de desórdenes de ansiedad –continuó-, insomnio y obesidad”, haciendo un reparo en que resultan “verdaderos problemas”, incluido la comorbilidad asociada.
“Hubo más consumo de alcohol que nunca en el último año. El estrés generado por el terror y pánico instalados, dispararon la inmunosupresión en momentos donde necesitamos las defensas (sistema inmunológico) más altas que nunca. Por eso lo que rechazamos o negamos, nos somete. Lo que aceptamos, nos transforma”, se explayó.
Decálogo
El psiquiatra, sostuvo que se “habla y enseña muy poco de lo que es necesario hacer para afrontar eficazmente el problema”, por eso elaboró una suerte de decálogo propio para sobrellevar la situación:
1- Aprender a respirar conscientemente.
2- Alimentarse correctamente
3- Expresar emociones (el miedo no expresado hace estragos)
4- Tomar sol (vitalidad y génesis de vitamina D)
5- Movilidad (la posición hipostática, acostados mucho tiempo, es desastrosamente mortal)
6- Corrientes de aire (circulación aérea)
7- Aprendizaje de lo que representan los pulmones (vida y libertad)
8- Higiene básica antiséptica
9- Cuidados básicos (distancia y barbijo bien utilizados básicamente para proteger a la población de riesgo)
10- Desafiar y cuestionarnos las medidas mortuorias para dejar de ser corderos que no piensan y son conducidos a la muerte.
Al límite
En otro orden, analizó: “Vivimos aceleradamente. Tenemos un crecimiento exponencial de todo y esa expansión desmedida está destinada a caerse. No se puede sostener ni sustentar”.
En este aspecto, ejemplificó: “El homo sapiens tiene 200 mil años. Después de 180 mil años de nomadismo se instala cerca de los ríos y lagos para pescar, comer y beber. La primera urbe se formó hace 6 mil años. El hombre tomó posesión de la tierra. Se creyó dueño del planeta. ¿Pero cómo se puede conquistar al mundo con hambre?”
Y cerró: “Así apareció la agricultura hace 8 mil años. Las personas trabajaron la tierra, la cultivaron para poder alimentarse. Pero así también comenzó el intercambio comercial, la expansión y los hombres se transformaron en conquistadores insaciables”.