“Me parece que no hay mucha opción a hacer un programa de shock en materia fiscal y a poner una parte importante de las reformas estructurales al principio, más si la paciencia de los votantes es corta. Si uno espera, las reformas no se hacen nunca y es muy difícil que se pueda revertir la decadencia a la que nos hemos acostumbrado en 7 décadas”.
El próximo gobierno ante la necesidad de un shock fiscal
Daniel Artana, economista en jefe de Fiel, cerró así su ponencia en el marco de la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, en la que evaluó el escenario que afrontará el próximo gobierno nacional.
En su diagnóstico, repasó que el escenario previo a los comicios será con salario real bajo, alta inflación y fragilidad en las reservas del BCRA. “No parecería que el gobierno actual tenga posibilidad de atrasar más” al dólar, “sin reservas ni financiamiento”, apuntó. De igual manera descreyó que haya chances de incrementos en el gasto.
“El gobierno va a heredar, creo, una situación fiscal menos deficitaria de la que heredó Macri en 2015, un tipo de cambio atrasado no mucho más que hoy, reservas en situación de fragilidad (en 2015 había cero, va a ser bastante parecido) un déficit externo mejor que en 2015.
“A contramano -añadió- hay una situación de endeudamiento forzado que ya lo empezamos a ver tanto en la deuda comercial como en dividendos que no se autorizan a pagar y postergaciones de vencimientos de deuda del sector privado, forzadas por la autoridad”.
El dilema
Al abordar el dilema de gradualismo o shock en materia fiscal, Artana dijo que “para hacer gradualismo uno necesita acceso al crédito y no parece que vaya a haberlo. Es una diferencia muy importante con lo que ocurrió en el principio de la gestión 2016/19, cuando se arregló con los holdouts y se consiguió crédito internacional a tasas razonables.
“Hoy dijo- no está esa posibilidad. Tenemos el riesgo país por las nubes y va a ser difícil que el gobierno pueda acceder a financiamiento internacional a tasas razonables. Además tenemos altos vencimientos de deudas en pesos concentrados en el año 2023, pero si el gobierno actual logra hacer un rollover, va a ser a corto plazo”.
Advirtió incluso que “si el déficit no baja, uno necesita refinanciar lo que vence más lo que quiera financiar del déficit”. Eso ante un “sistema financiero muy expuesto a riesgo BCRA y a riesgo del soberano; 50% de los activos de los bancos son encajes, Leliqs, pases netos y títulos públicos.
“Puede ser que haya un poquito de crédito pero no para un déficit importante, y por lo tanto me parece que la conclusión es que si uno no está dispuesto a ir por el shock en materia fiscal, la inflación va a bajar muy lentamente”, insistió.
Limpieza antes del programa
“Previo a cualquier programa de estabilización, uno va a tener que limpiar -esto es parecido a lo que había en 2015/16- distorsiones bastante groseras de precios relativos. En alguna medida se ha ido corrigiendo la tasa de interés real, pero no para todos los tomadores de crédito”.
Artana dijo que “hay atraso tarifario y cambiario. Si uno mira la experiencia de los programas de estabilización que durante algún tiempo fueron exitosos en la Argentina, uno quiere en realidad limpiar estos problemas previo a lanzar el programa de estabilización. Es decir: uno no puede estar a los tres o cuatro meses de lanzado un programa de estabilización, subiendo las tarifas 300% o devaluando 50% el tipo de cambio”.
El economista de Fiel espera que “si va a haber un programa de estabilización más o menos contundente”, el primer trimestre del 2024 será con “inflación bastante alta. Y va a ser bueno que la sociedad se vaya enterando que al principio la inflación vaya para arriba, no para abajo”.
En cuanto al “ancla nominal” en la economía del próximo gobierno, sostuvo que “Argentina históricamente ha recurrido en la mayor parte del tiempo al tipo de cambio”, advirtió que un “overshooting en el tipo de cambio” supondría un alto impacto en las tarifas, en especial de energía”.
El “timing” de las reformas
“Lo que uno tiene que reconocer es que la Argentina tiene baja credibilidad; no el gobierno kirchnerista sino la ‘marca argentina’ tiene baja reputación. Uno viene de una década sin crecimiento, de una situación particular inflacionaria. Se necesita además de la materia fiscal, dar esperanza de crecimiento. Un país que no crece tiene que hacer reformas estructurales”, advirtió Artana.
Sostuvo que “hay dos tipos de reformas: las que mejoran la solvencia fiscal del Estado y las que mejoran las señales para la inversión”. Sostuvo que “algo de eso va a haber que hacer al principio” del próximo gobierno, “para tratar de reforzar la credibilidad y dar esperanzas en materia de crecimiento”.
Reconoció que “hacer reformas estructurales no es fácil porque hay que pisar callos, callos concentrados. La alternativa es hacer cuestiones universales como los aumentos de tarifas”, evaluó.
Impuestos
“Creo que no va a haber ningún espacio para bajar impuestos al principio. No creo que haya evidencia empírica a favor de la curva de Laffer: si se bajan impuestos, se pierde recaudación”, sostuvo Artana. En cambio repasó experiencias (Irlanda, Portugal, España) en las que las “mejoras del balance primario de 4 puntos o más del PBI en períodos cortos” (ajuste), permitieron mejoras en la economía.