El riego, una alternativa contra La Niña
En las regiones áridas del país, el riego suplementario ha sido una herramienta superadora que no para de crecer. Sin embargo, en nuestras provincias pampeanas, donde el clima suele caracterizarse por 3 años de seca, 3 de excesos y 4 normales, sigue siendo una deuda pendiente.
El tema no es nuevo, al punto que el mismo Perito Moreno escribió un libro a fines del Siglo XIX, en un intento por sistematizar el uso del agua para uso agrícola. Sin embargo, el aceleramiento del proceso del cambio climático, el aumento en los precios de los commodities y la demanda creciente de alimentos para el corto plazo, nos interpela sobre la necesidad de implementar herramientas superadoras para estar a la altura.
Un tema de agenda
Según Roberto Marano, Ingeniero en Recursos Hídricos y profesor de la UNL, el riego suplementario permite estabilizar la producción y de esta forma evitarnos estos problemas como los que estamos viviendo actualmente, luego de tres Niñas consecutivas. “El trigo hubiese necesitado más milímetros para poder expandir el área de siembra, y para aplicar fertilizantes nitrogenados, por lo que hoy el cultivo tiene retrasos madurativos”, asegura en consonancia con los informes técnicos de las entidades.
Para poder cuantificar el fenómeno, Marano recuerda el año 2008, en el que se perdieron 8 mil millones de dólares por la merma en la producción causada por la sequía. “Con ese dinero se hubiese podido llevar adelante una superficie importante bajo riego”, asegura. Y explica que los costos para cultivos extensivos van de dos mil a dos mil quinientos dólares por hectárea, con la posibilidad de captar agua subterránea en cantidad y calidad.
Potencial dormido
El especialista remarca que según un estudio de FAO y el ex Prosap de 2013, se habla de poder regar hasta 4 millones de hectáreas en la provincia de Santa Fe. “Hoy en la Argentina hay 500 mil hectáreas bajo riego por pivot, y unos 2 millones de hectáreas en total con otros sistemas. “Por eso, incorporar distintos métodos como el goteo enterrado en Córdoba, es digno de estudio”.
Sin embargo, admite que en este escenario económico es inviable. “Hoy al productor en esta situación le resulta muy difícil: habría que fomentar políticas de Estado para poder incrementar el financiamiento a través de fideicomisos, que permitan recuperar la inversión mientras se trabaja la instalación”.
Según el ingeniero, muchos estudios previos remarcan las posibilidades de usar las aguas subterráneas (hasta 260 mil hectáreas), y también con agua superficial del río Paraná, que también cuenta con un recurso muy importante.
Además, agrega que hay factores que influyen: el principal es que estamos en una región de transición. “En Córdoba y el Oeste crece el área con riego, pero en nuestra zona, al variar los climas no se tiene una decisión importante de parte del sector público, de los productores, del sector científico técnico y sus profesionales del sector, para confluir en una agenda que incluya en tema del riego. De mi parte, con el esfuerzo personal y de otros colegas lo hemos intentado, pero el tema no se analiza, ni siquiera con este período de sequía que estamos atravesando, y tampoco se evalúan alternativas”, lamentó.
Instalar el largo plazo
El analista sostiene que hay que lograr tomar decisiones colectivas, para que a partir de la confluencia de estos sectores se ponga en la agenda y se deje como política de Estado. “Hay un caso interesante en la provincia, donde se instaló en la agenda, el problema es cuando uno habla con los productores sobre el tema de la falta de financiamiento. Se necesitan por lo menos 10 años para garantizar el repago, ya que hay años en los que no se usará”, insiste.
Por otro lado, cuando el productor tiene la disponibilidad de un equipo de riego, aparecen otras posibilidades, como los specialities. “Hacer un maíz para choclo que se envasa o enlata, por ejemplo, genera un negocio particular. Los semilleros también utilizan riego para garantizar estabilidad”, sostiene, e insiste con la oportunidad, “pero faltan actores que puedan tomar decisiones y tengan influencia. A veces se destinan recursos a otros sectores”.
Además, aclara que los trabajos previos incluyen el cuidado de los recursos y de los acuíferos. “Incluso de la Ley de Agua, de reciente sanción, prevé que el riego bajo supervisión es una herramienta válida para aumentar la producción de forma organizada y no caótica. Cuando comenzó fue un poco caótico porque no se conocían los acuíferos y el sistema. Ahora hay estudios de alcance nacional y global sobre el tema”.
Estudio de caso
En Las Vertientes, Avellaneda, provincia de Santa Fe, se encuentra un grupo de riego que cuenta con 6 productores. Abarca en total 145 hectáreas, aunque en realidad ellos trabajan una mayor superficie, fuera del área de riego. Los cultivos que mayoritariamente producen son: algodón, maíz, soja, trigo, girasol, avena, y ocasionalmente sorgo. Se emplean sistemas de riego por aspersión (pívot central y avance frontal) y riego por surco. Evalúan la posibilidad de instalar un lote con riego por goteo subterráneo, y obtienen agua a través de una represa de cierre frontal, con una capacidad de almacenamiento de 125.000 m3 y un área de aporte de 340 hectáreas.
Luego de varias campañas, se identificaron muchos beneficios alternativos asociados al caso, tanto sea económicos y productivos como sociales y ambientales.
En cuanto a los beneficios sociales, destacan el trabajo en equipo; el hecho que fue un agente motivador de los propietarios, empleados y vecinos (se están analizando 8 nuevos proyectos). Mayor capacitación y dedicación y práctica intensiva.
A la hora de los beneficios ambientales, enfatizaron una clara mejora de los suelos, una mayor profundidad de enraizamiento. Un aumento de la fertilización. Además, no se modifica el agua subterránea, ya que en la represa se almacena agua de lluvia. Y la consolidación de un esquema de manejo con Buenas Prácticas Agrícolas.
Por último, un beneficio económico/productivo que disparó un aumento de entre un 50 y un 130% de la producción. Además, una mejora de la calidad de los productos cosechados. Una mejora importante de la situación económica de la empresa. El tema permitió el aprovechamiento de la represa para criar Pacú, agregando valor al proyecto.
También tuvieron acceso a un crédito del Ministerio y de la Municipalidad de Avellaneda. Buena disponibilidad de infraestructura eléctrica y de caminos.
Cifras para analizar
Con respecto al análisis de ampliaciones en áreas existentes, el estudio de FAO analiza algunas cifras las pérdidas por cambio climático, si no se realizan inversiones en los sistemas de riego actuales, ascenderían la producción a 325 mil hectáreas (equivalentes al 15% de la superficie bajo riego). Los resultados obtenidos permiten estimar que es factible alcanzar una ampliación potencial de entre 560 y 800 mil hectáreas, a través de mejoras en los indicadores de desempeño (eficiencias), mediante inversiones en los sistemas colectivos y a nivel de parcela, considerando los efectos del cambio climático.
Según el trabajo, se determinó una inversión ponderada media del país de 2.600 USD/ha empadronada y de 4.055 USD / ha cultivada por captación y distribución y 1.260 USD / ha por mejoras en parcela; acumulando las inversiones en sistemas colectivos e inversiones intrafinca, se estimó el total en cada provincia de 7.262 Millones USD (72% de inversión promedio, en infraestructura común, y 28% en parcela). El promedio de inversiones, en hectárea expandida por provincia, se estima en 13.540 USD/ha expandida. Con las inversiones proyectadas en infraestructura de riego se espera conseguir una eficiencia global del orden de 57%. Ya la frutilla del postre: otro beneficio asociado a las mejoras de los sistemas, es el aumento en producción que se prevé del orden de 35%.
A manera de desafío, pensemos que aumentar la superficie agrícola irrigada en la República Argentina, produciría un enorme impacto positivo, no sólo sobre la producción sino también sobre el valor de la misma, conjuntamente con la creación de empleo y generación de mejores condiciones, para el desarrollo de zonas rurales. Por eso el objetivo de dicho estudio fue la identificación del potencial de la ampliación del área irrigada existente y, a su vez, la posibilidad de desarrollar nuevas áreas de riego.
Los resultados muestran un gran potencial de ampliación del riego, del orden de 6,2 millones de hectáreas, lo cual representa aproximadamente tres veces el área actualmente irrigada.
Las propuestas señalan que se debe integrar la política hídrica a las políticas sociales, económicas y ambientales; sobre todo, fomentar la inversión privada en riego y drenaje, para su modernización, expansión y adaptación ante el cambio climático. De las conclusiones surge que “es necesario reforzar aspectos tales como la asistencia técnica, capacitación, acceso a información, fortalecimiento institucional, mecanismos de financiamiento, etc.”
Todos a Córdoba
La provincia de Córdoba es hoy un referente en riego suplementario de cultivos extensivos, no sólo por la superficie que ocupa, que es una de las más grandes a nivel nacional, sino también por la tecnología aplicada en la implementación el riego y en el manejo de cultivos.
En este marco, y como actividad priorizada por el INTA Manfredi, a través de su Proyecto Tecnologías de Riego, organizará los días 19, 20 y 21 de octubre de 2022 en la EEA Manfredi, la 7º Reunión Internacional de Riego bajo el lema “Uso eficiente de agua para riego”.
El objetivo de esta reunión es difundir experiencias locales, nacionales e internacionales sobre producción agrícola ganadera con un uso eficiente del agua de riego, uso de aguas residuales en riego y energías alternativas, factores económicos, modernas tecnologías para definir momentos de riego y gestión integrada del aguar entre otros temas.