El venadense Matías Gallitelli se luce en “La ofrenda a tres” al son de Bach
Matías Gallitelli, con pasos por Galpón del Arte y el Espacio Comedia Musical de Venado Tuerto en su infancia y adolescencia, está radicado desde hace varios años en Buenos Aires, donde se dedica a la actuación, la dirección y la producción de espectáculos vinculados con la danza.
En el comienzo de esta semana se lo vio en el diario La Nación, en virtud de su condición de coprotagonista de “La ofrenda a tres”, nacida de la inagotable creatividad de Carlos Trunski, un coreógrafo de amplia trayectoria en la ópera y en la danza, que al decir de la editora jefe de la sección Cultura del diario La Nación, Constanza Bertolini, “puede tanto reversionar un clásico para una compañía numerosa y hacer la régie de un título de repertorio con el despliegue de los mayores escenarios del país, como crear en unos pocos metros cuadrados un mundo privado que acerca al espectador con la distancia del ojo de la cerradura”.
Con la melodía envolvente de Johann Sebastian Bach, la obra dramática se basa “en la relación de un trío, a partir del cortejo instintivo de una especie de Quasimodo subyugado frente a la presencia de una mujer elegante, con cierta autoridad, esquiva o entregada según el caso, y de una tercera persona, aparentemente menor y al margen, ensimismada, en tránsito hacia una revelación bestial. En verdad, quién es quién en esta colección de diálogos establecidos sobre un único lenguaje, el del movimiento, y qué es lo que están haciendo ahí, es una de las tantas variables abiertas a la interpretación”, agrega la especialista, quien destaca en su crítica las actuaciones de Matías Gallitelli, Sol Rourich y Teresa Marcaida.
Cuento coreográfico
En diálogo con Sur24, Mati reseñó: “Empezamos a trabajar desde julio y hasta diciembre del año pasado, cuando estrenamos e hicimos cuatro funciones consecutivas. Y este año retomamos con la temporada de la mano de Carlos (Trunski), un gran coréografo cuyo mayor despliegue artístico en el país lo hizo en el Teatro Colón, donde dirigió óperas, y en esta oportunidad ideó este ‘cuento coreográfico’, como él lo llama, en el pequeño teatro El Grito, de la Ciudad de Buenos Aires (una sala para 50 espectadores), que es ideal para esta performance”.
Contó además que trabajan con el público a un metro de distancia porque “la experiencia que propone el director es totalmente diferente, aunque sin resignar lo imponente y lo barroco de una ópera. Si bien somos tres personas y tres elementos, la obra contiene todo el desarrollo de una puesta operística. Está llena de recursos, matices, sutilezas y grotescos. Y descubrimos que los espectadores salen emocionados y movilizados de la sala”.
“La ofrenda a tres” transcurre en un espacio inventado, donde conviven estos tres personajes, “cada uno con su rol bien definido y donde se enlazan con las características propias del ser humano desde un lugar indómito, de lo que tiene que ver con una naturaleza primitiva. Con movimientos casi animales, donde afloran los deseos y las perversiones, y donde todo está permitido porque no hay un espacio de racionalidad para ser juzgado”, profundizó el intérprete.
“Se suceden entre los personajes situaciones muy fuertes a lo largo de una hora muy intensa en escena, en mi caso sin ninguna pausa. Conducir sin descanso esa emocionalidad es siempre un gran desafío y cada función es un camino de ida en el que no sabemos cómo vamos a salir de ahí adentro, porque para que sea genuino y esté ocurriendo en ese momento, si bien es un hecho artístico, un acto teatral, la situación, mientras más real la podemos vivenciar, más la incorpora el público y la puede llegar a sentir, rompiendo esa barrera entre la representación y la realidad”.
Qué y con quién
“Estoy muy contento con esta nueva temporada, más en esta etapa de mi carrera, donde me gusta elegir qué obras hacer y con quiénes trabajar, como ahora, con compañeras de lujo como Sol Rourich, que se retiró hace un par de meses del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, después de ser la primera bailarina durante largos años, y es lo primero que hace luego de su salida de ese espacio; compartir con ella es un aprendizaje inolvidable. Y también Teresa Marcaida -agregó-, a la que conocía de antes, porque venimos de escuelas parecidas, y si bien no habíamos trabajado juntos, esta vez pudimos hacerlo y ella ratifica sus dotes de eximia bailarina, luego de desplegar la mayor parte de su carrera en el exterior”, describió Gallitelli.
“La ofrenda a tres”, luego de la función de reestreno del 8 del corriente, continuará en cartel este viernes 15 de julio, a las 20.30, en el teatro El Grito, Costa Rica 5459 de CABA, y continuará los siguientes viernes de julio (las entradas se adquieren por Alternativa Teatral), para retomar en septiembre. “Todas las funciones se hicieron a sala llena y seguramente muchos venadenses, que aprovecharán las vacaciones de invierno para visitar Buenos Aires, tendrán la oportunidad de disfrutar de esta obra”, invitó Matías.
Pasión por la danza
“Mi pasión por la danza surgió casi espontáneamente, aunque nunca me consideré un bailarín con la impronta del ‘balletómano’, de los grandes saltos y destrezas, sino que me preparé para poder contar historias a través del cuerpo. Desde mis comienzos siempre estuve relacionado, en Venado, con el movimiento de Galpón del Arte y luego en el espacio de Comedia Musical, a todos los cuales agradezco por guiarme en mis primeros pasos y felicito por el trabajo que en la actualidad siguen haciendo diariamente en mi ciudad. Además, me encanta lo que está pasando hoy en Venado, con la diversidad de propuestas artísticas que afloran, sobre todo para jóvenes que tienen esas inclinaciones, que hoy cuentan con más posibilidades, con espacios específicos y maestros formadores, que nosotros en su momento”.