Elsa Barber, la cañaseña que llegó a ser directora de la Biblioteca Nacional
Más allá de mantener un perfil muy bajo, Elsa Barber, probablemente sea actualmente junto con Mirtha Legrand, una de las dos personalidades cañaseñas más trascendentes en cuanto a trayectoria profesional. Fue la primera y única mujer, hasta el momento, en llegar a ser directora de la Biblioteca Nacional, creada en 1810 y la más importante del país.
Docente e investigadora en el ámbito de la bibliotecología, Barber (68), está escribiendo un libro sobre su paso por la Biblioteca Nacional – donde estuvo 13 años-. “Ya llevo redactadas más de 200 páginas”, dice. Luego de ser subdirectora entre 2007 y 2018, llegó a ser la máxima autoridad entre agosto de 2018 y enero de 2020 –con el cambio de gestión del gobierno nacional-. El mismo cargo en que se desempeñó el prolífico escritor Jorge Luis Borges, durante 1955 y 1973.
Le pasa lo mismo que a Mirtha: se la percibe emocionada cuando habla de Villa Cañás. “Cada vez estoy más convencida de volver a vivir a Villa Cañás. Nuestra idea es entre noviembre y abril estar en el pueblo, y el resto del año en Buenos Aires, donde tenemos muchos amigos y actividades para realizar”, cuenta. Cada vez que vuelven a la casa de Cañás, organiza su archivo personal ubicándolo en cajas.
-¿Cómo llegó a ser bibliotecaria?
-Mis abuelos se radicaron en Villa Cañás provenientes de España en la década del 20, mi padre era un niño. Falleció en 1964, quedando mi familia conformada por mi madre y mi tía (hermana de mi padre). Mi madre desde muy pequeña fue modista de modo que continuó con su profesión como sostén familiar. No sabía qué estudiar hasta que, quien luego fue mi tutor, Omar Lino Benítez, me recomendara estudiar Bibliotecología. Así, las tres nos trasladamos a Buenos Aires en 1971.
Ser bibliotecaria/o no es ubicar libros en estantes –como le preguntaban a su mamá cuando estaba por viajar a la gran ciudad-. La disciplina, en la UBA, se inicia en 1922 y fue adaptándose a nuevos paradigmas como las tecnologías de la información y la comunicación. “Como bibliotecarios podemos desempeñarnos en funciones totalmente diferentes de lo que es una biblioteca tradicional, trabajar con libros y a la vez con diferentes soportes (videos, mapas, manuscritos, libros electrónicos, sitios web, etc.). Es una carrera multidisciplinaria ya que interactuamos con otras especialidades. Incluso mi profesión me permitió conocer el mundo, volar y soñar”. En la licenciatura en Bibliotecología y Ciencia de la Información el estudiante puede elegir entre varias orientaciones: procesamiento de la información; recursos y servicios de información; tecnologías de la información; preservación; archivología y gestión de unidades de información.
-¿Qué otras cosas puede hacer y generar una biblioteca para lograr atraer a una comunidad?
En primer lugar es muy importante que el poder político se comprometa a apoyarlas con un presupuesto asignado. Hay muchos programas e iniciativas tanto nacionales como internacionales a través de fundaciones que convocan a presentar proyectos para jerarquizar las bibliotecas. Ellas –las bibliotecas- deben ser un puente para incluir y ayudar a las distintas generaciones que componen una comunidad. Por ejemplo, trabajar con los adultos mayores para que se sientan incluidos con las nuevas tecnologías, en relación a la infancia, hay actividades que se pueden llevar a cabo manteniendo contacto con las escuelas para fortalecer el hábito de la lectura. Es importante lograr que los chicos tengan contacto con la biblioteca, así como incorporan hacer deporte en los clubes. Hay que cambiar ese chip.
Llegar a la biblioteca más importante del país
En 1989 concursó su cargo en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA como profesora con dedicación exclusiva. Cuando la designaron subdirectora de la Biblioteca Nacional continuó como docente e investigadora con menor dedicación y al renunciar al cargo de directora solicitó su reincorporación a la dedicación exclusiva en la Facultad.
Entre 2007 y 2015 fue subdirectora de Horacio González y entre 2016 y 2018 de Alberto Manguel. Fue directora desde 2018 hasta 2020 cuando dejó el cargo que posteriormente comenzó a ocupar el escritor Juan Sasturain, designado por el presidente Alberto Fernández.
Su aporte en el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas (INIBI)
Actualmente, Barber es directora por concurso del INIBI, instituto creado en 1967. Este impulsa y apoya la investigación para generar nuevos conocimientos, la investigación profesional aplicada a la solución de un problema de información, la investigación evaluativa que provea diagnósticos de los programas o acciones emprendidas por las organizaciones, la investigación de cualquier tipo que emprendan los docentes para desarrollar y mejorar los contenidos de las materias de grado o posgrado, la investigación bibliográfica, la investigación histórica que contribuya al conjunto de conocimientos sobre Bibliotecología. Se acreditan proyectos de investigación UBACYT y FILOCyT, así como también proyectos individuales. Es directora de Información, Cultura y Sociedad desde 2014, revista académica con arbitraje que se publica ininterrumpidamente desde 1999.
“Desde agosto 2020, en modalidad virtual hemos llevado adelante charlas públicas con investigadores, docentes y profesionales del país y del exterior. La idea es tratar temas de punta en la disciplina como por ejemplo una investigación interdisciplinaria que explora el diseño de un modelo de aprendizaje automático para describir registros orales de modo similar a como lo hace un experto catalogador. Los resultados revelan el potencial de la inteligencia artificial en el contexto de las bibliotecas y los archivos. Por eso, el gran desafío es actualizarnos todo el tiempo.
Las bibliotecas en comunidades pequeñas
“Es fundamental el apoyo no solo de los vecinos sino del gobierno. Y además es necesario generar un espacio para un archivo histórico de, por ejemplo, una ciudad como Villa Cañás. Conocemos poco la historia del lugar donde vivimos y crecimos y ese lugar puede ser la biblioteca popular”.
La pasión por la profesión, el amor por la docencia y el apego a las instituciones que construyen el sentido de una comunidad y de un país. Eso forma parte de todo el universo de Elsa Barber, que lejos estuvo de quedarse junto al polvo acumulado de los libros de un estante perdido. Trascendió hasta transformarse en una referencia cultural, manteniendo la humildad y modestia de aquella adolescente que había dejado el pueblo.
Juan Manuel Speerli