Ajuste a la ciencia
En el Conicet Santa Fe ya no se alcanza a pagar la luz ni internet, y temen una "fuga de cerebros"
El centro científico sigue con el Presupuesto 2023. Su director habló de “un escenario muy complejo”. La situación de los becarios.
Luciano Andreychuk
El Centro Científico Tecnológico (CCT) Conicet Santa Fe se encuentra desde hace meses en una encrucijada. Hoy funciona a duras penas con una prórroga del Presupuesto Nacional 2023, que quedó licuado por la inflación y el incremento en los servicios e insumos para investigación. Ese presupuesto debería ser casi cuatro veces mayor para que el centro científico local funcione al ciento por ciento.
Este presupuesto prorrogado “hoy no nos permite ni siquiera pagar los servicios: luz (que ahora se duplicará), bioseguridad, agua, gas, insumos, el mantenimiento de los equipos de laboratorio, papel, lapiceras, sellos, etcétera. Y con la devaluación del peso, el servicio de internet está dolarizado: la factura se fue a más del doble de un sólo saque. ¿Cómo vamos a hacer para sostenernos?”, pone en contexto en diálogo con El Litoral el Dr. Carlos Piña, director del centro científico local.
La falta de fondos es sólo para gastos operativos y de funcionamiento, o lo que se conoce como el “presupuesto institucional”. Aquí no se cuenta el mantenimiento de los laboratorios y de equipos, “porque esto se cubre con los subsidios a los que accedemos como investigadores y científicos”, explica Piña. Queda afuera, además, la adquisición de insumos químicos, por ejemplo.
“La situación es de una incertidumbre total. No hay certezas de recibir actualizaciones presupuestarias. Pero para poder mantener a flote la estructura, necesitamos casi cuatro veces el presupuesto del año pasado”, estima el investigador.
Cómo se financian los proyectos
Los fondos para sostener los proyectos científicos del Conicet Santa Fe provienen de diferentes fuentes. Una es la Provincia, a partir de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación. Hay proyectos que son financiados por la Agencia Nacional, otros con fondos de las universidades. También existen proyectos internacionales en donde los investigadores compiten para conseguir recursos.
Estos dineros se van girando de a partes. “Con lo que hay, hoy se está manteniendo alguna que otra actividad científica...”, dice el Dr. Piña. Algunos fondos ya están depositados en las Unidades de Vinculación Tecnológica (UVT), que son las que administran los proyectos.
Más agravantes
El director pone otros ejemplos que grafican cómo está el sistema científico en la actualidad. “Si un investigador se presenta a una convocatoria en pesos (buscando financiamiento para su trabajo científico), una devaluación del 115% hace que los proyectos de investigación inmediatamente bajen a la mitad. A los investigadores nos dan pesos, no dólares”, añade el director.
Otro agravante: hoy está cortado el acceso a los Registro de Organismos y Entidades Científicas y Tecnológicas (ROECyT), que son para la importación de productos o equipamientos sin los impuestos de importación, porque el sistema científico está exento. “Tenemos que hacer esa gestión, pero esos trámites no están saliendo”, agrega. En limpio, no se pueden gestionar insumos químicos para los laboratorios.
La Agencia Central (el Conicet Nacional), que es la que mayor nivel de subsidios otorga a todo el sistema científico nacional, hoy está sin autoridad: “No tenemos novedades sobre si van a derivar los fondos para el funcionamiento de nuestra institución, ni para los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) ya aprobados, de 2022. Esto último está trabado, porque la Agencia está acéfala: tiene directorio, pero no tiene presidencia”, advierte Piña.
Empleados administrativos
-Trascendió que corre riesgo la continuidad de los contratos de 37 empleados administrativos de los 16 institutos del Conicet Santa Fe. ¿Esto es así?, consultó El Litoral al Dr. Piña.
-Un decreto de Presidencia estableció que todos los contratados iban a estar en revisión. A todos ellos, que tenían un contrato hasta fines de este año, les llegó una notificación donde se les decía que ese contrato se les acortaba hasta el próximo 31 de marzo. De ahí, se iba a ver qué pasaba con cada uno de esos 37 agentes administrativos: hasta la fecha no tenemos certezas de nada. Esperamos que se prorroguen todos los contratos.
Becarios
-Las becas doctorales y postdoctorales, ¿están llegando?
-A ver, todo el sistema científico está en retroceso. De las 1.300 becas doctorales que deberían haberse asignado, se terminaron aprobando 600. Y el orden de mérito salió publicado, pero no sabemos dónde está la línea de corte, es decir, todavía nadie sabe a quién le va a tocar y a quién no su beca doctoral.
Por otro lado, se otorgaron 300 becas de finalización de doctorado. De ese número, a seis candidatos les fue negada la beca. Entonces, hay un recorte importante a nivel general del sistema científico.
Esto genera una incertidumbre más para el sistema -insiste Piña-. Nos falta previsibilidad. A mediados del año pasado, teníamos el Plan 2030 de Ciencia y Técnica, donde estaban estipuladas las necesidades de los temas que había que investigar. Esto generaba un “Norte” para la investigación nacional, pero ahora tenemos esta situación, que vuelve todo tan imprevisible.
¿Fuga de cerebros?
“Tomemos el caso de un becario que se presentó el año pasado, y a quien le dicen que va a empezar en agosto próximo… Este investigador a lo mejor se presenta para una beca en el exterior, y se termina yendo. Entonces, se está poniendo en peligro la continuidad del sistema y, como consecuencia, puede ocurrir una fuga de científicos jóvenes, que en lugar de trabajar por las necesidades científicas del país, emigrarán”, alerta el director. En otra época, esto se conoció como “fuga de cerebros”.
-Ud. habló de recortes en el financiamiento, de incertidumbre, de falta de previsibilidad, de fuga de investigadores. ¿Qué lectura hace del sistema científico nacional en el mediano plazo?, interrogó El Litoral a Carlos Piña.
-Lo veo difícil. Estamos en una coyuntura del país compleja, no voy a negar que nos encontramos en una situación complicada como país. Pero entiendo que la ciencia siempre está para aportar soluciones, para trabajar; pero para eso se necesitan recursos y previsibilidad.
Pensemos en esto: el investigador tiene un proyecto al que lo viene desarrollando desde hace años, y cuando está ya en la etapa de avanzar y de madurar ese conocimiento para poder hacer la transferencia tecnológica, por ejemplo, se encuentra con este escenario: falta de estructura. Los jóvenes becarios que quieren empezar el trabajo para continuar las líneas de investigación e ir corriendo un poquito más allá la vara, no lo podrán hacer.
Espero equivocarme, pero lo que avizoro no es lo que deberíamos estar desarrollando como sistema científico. Veo un parate en los proyectos, gente muy valiosa abandonando el sistema científico, incluso becarios yéndose a otro lugar, a otros rumbos con otros trabajos donde tendrán mayores recursos.
Hoy un becario doctoral está cobrando casi por debajo de la línea de la pobreza. ¿Cómo se consigue gente altamente calificada, profesionales investigadores para trabajar en temas científicos importantes (ciberseguridad, por caso), o para dar soluciones a la gente? Entonces, esta situación se está dificultando muchísimo.