En pleno juicio el “hombre gato” empezó a maullar y fue retirado de la sala
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Este viernes se desarrolló la primera audiencia del juicio por jurado contra Gil Pereg, el ciudadano israelí imputado por los asesinatos de su madre, Pyrhia Saroussy, y su tía, Lily Pereg, ocurridos en 2019 en Guaymallén, Mendoza.
Al acusado, que se cree un gato, se lo pudo ver llegar a la audiencia con remera de manga corta, bermuda y barbudo. Minutos después de ocupar su lugar en la sala, cuando la jueza le preguntó por sus datos personales, el hombre comenzó a maullar sin parar. La magistrada le advirtió que si no cesaba en su actitud, debería ordenar que lo retiraran, algo que finalmente sucedió.
Pereg está imputado por homicidio agravado por el vínculo en relación a la muerte de su madre, Pyrhia Saroussy; y homicidio agravado por el uso de arma de fuego en relación a su tía, Lily Pereg. Podría ser condenado a prisión perpetua.
El debate judicial se extenderá hasta el 3 de noviembre, día en que, se prevé, se dicte el fallo.
Desde mayo de 2020, el acusado, paciente psiquiátrico, pasa sus días detenido en el hospital El Sauce, donde fue diagnosticado con “un cuadro psicopático de base, trastorno delirante y alto riesgo de suicidio”. El hombre, por lo pronto, no ha declarado, y su defensa, a cargo de los abogados Maximiliano Legrand y Lautaro Brachetta, dice que no tiene intenciones de hacerlo, aunque podrá hacerlo durante el debate.
El jurado popular que juzgará al acusado fue conformado ayer y está integrado, entre otros, por una ama de casa, una diseñadora industrial, una peluquera, una psicóloga, dos mecánicos, dos metalúrgicos y un joven desocupado. Serán los encargados de definir si es culpable o inimputable.
El hecho
En enero de 2019, las víctimas habían arribado a Mendoza para visitar al -ahora- acusado de doble homicidio, quien residía en un predio con una casa muy precaria que estaba llena de gatos y algunos perros en estado de abandono.
Las hermanas israelíes fueron vistas con vida por última vez el 12 de ese mes en ese domicilio, situado en Roca 6000, de Guaymallén, y 14 días después la Policía Científica encontró sus cuerpos mutilados y tapados con piedras y tierra en un sector del lugar.
Tras ser descubierto el doble crimen, Gil Pereg quedó detenido y durante su estadía en la cárcel mostró comportamientos extraños y aseguró ser “un gato”, lo que reiteró en diversas oportunidades y audiencias.
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