(Por Néstor Fenoglio) – Carlos Enciso Christiansen es un político uruguayo, nacido en Montevideo, pero “hecho” en el interior del vecino país. Integrante del Partido Nacional, fue diputado entre 2005 y 2010 e intendente de Florida por casi diez años, entre 2010 y 2019. Desde mayo de 2020, con el comienzo mismo de la pandemia, fue designado embajador de su país en el nuestro.
Enciso: “Tenemos mucho para explorar e intercambiar entre Santa Fe y Uruguay”
Hicimos una prueba, innecesaria, de su uruguayidad y elogiamos -en broma- la política cárnica del vecino país. “No cualquiera vende 80 kilos kilos de carne a Gran Bretaña por más de cien millones de euros”, arriesgo. Y agrego: “… que es lo que pagaron por el delantero Darwin Núñez”. Pícaro, rápido de reflejos, Enciso contesta: “… y faltan los kilos de Luis Suárez a River”. Prueba (innecesaria) de uruguayidad aprobada, clima de charla distendido. De paso, el embajador sabía muy bien qué jugadores uruguayos juegan en Colón y en Unión.
Desde luego, no hacía falta ninguna distensión en un diálogo que sale naturalmente fluido. Enciso es culto, le interesa la historia (luego de la charla quería recorrer museos y el área histórica de Santa Fe) y apuesta a la empatía y al diálogo, no levanta la voz y apenas enfatiza sus frases. No hilamos tan fino durante la charla en cuestiones de carnalidad coyuntural, como el avión venezolano que no pudo aterrizar en su país y sí en el nuestro, asegura que hay un “buen clima” a pesar de las diferencias políticas e ideológicas entre los actuales gobiernos de ambos países y que también hay espacio para seguir construyendo “una agenda virtuosa”, según sus palabras…
-Creo que muy buena, en líneas generales. No hay elementos de fricción, como pudieron existir en alguna época. No hay conflictos. Al contrario. Estamos tratando de crear una agenda virtuosa. En este momento, por ejemplo, hay acuerdo político y ahora están trabajando a nivel técnico, para activar la posibilidad de construir un nuevo puente sobre el río Uruguay entre Bella Unión en nuestro departamento Artigas y Monte Caseros en Corrientes, y generar con ello otra conexión productiva para bienes, servicios y personas, que es lo importante.
Tenemos una buena relación entre las comisiones técnicas mixtas de Salto Grande, del Río Uruguay, del Río de La Plata, las comisiones de trabajo de Cancillería…
Es decir, hay buen clima y hay una agenda. Desde luego, todo es perfectible y a veces podemos demandar desde nuestros pueblos un poco más aún de integración, pero hay que entender que estamos en un momento complejo del mundo, saliendo de una pandemia, reconstruyendo agendas y en esa tarea estamos…
-La pandemia, justamente, trajo entre otras cosas, una valoración de la vecindad y de los contactos perdidos. Con fronteras y vínculos cerrados, los argentinos valoramos muchas cosas que dábamos por sentadas con Uruguay. Y a los uruguayos, también les pasa. Turismo, intercambios comerciales, interrelación económica. Hoy parece haber una avidez de reconstruir esos vínculos. ¿En qué grado de acercamiento o reconstrucción estamos?
-Desde el punto de vista de la integración física, tal vez lo que falta es mejorar alguna conectividad. Pienso en la conectividad aérea, por ejemplo. La conectividad fluvial está volviendo. Carmelo se está poniendo a tiro con Tigre y Buenos Aires. Tenemos los puentes con una actividad normal, bienes, servicios…
Obviamente también es evidente que la balanza cambiaria favorece a alguno más que a otro. En este caso, hay una gran fluidez de uruguayos que vienen a Argentina, a la zona litoral, a Buenos Aires. La diferencia cambiaria hoy resulta atractiva para los uruguayos que vienen a pasear, a comprar, a disfrutar de la gastronomía o de espectáculos.
Pero a la vez compensa el hecho de que muchos argentinos, durante la pandemia y después también, hicieran sus trámites de residencia, de radicación en Colonia, en Montevideo, en Punta del Este, en nuestro litoral. Esto hace muy rico el intercambio y el flujo. Por eso no se puede decir, “che, esto es para un lado nomás”; no, no es así; es para los dos lados…
Visita a Santa Fe
-¿Qué hace el embajador uruguayo en Santa Fe? Partimos desde luego, con algunos parecidos: cantidad similar de habitantes, ganadería, lechería, agricultura, puertos… pero… ¿qué cosas visualiza en estos contactos, cómo se vincula un país con una provincia?
-Ahí tenemos que retrotraernos a ese mandato histórico que encarnaba en 1815 Artigas con su idea de la Liga de los Pueblos Libres, la Liga Federal… Y la conexión natural era aquí, con Santa Fe, con Entre Ríos, con Corrientes. Este corredor virtuoso horizontal de la política y de los ríos Uruguay y Paraná, nos obliga a redimensionar y potenciar ese mandato y que es, hoy, la integración económica, el intercambio, el conocimiento, el contacto mano a mano.
Cuando comparecimos en el Senado para ser designado embajador aquí en Argentina, decíamos que no nos íbamos a quedar nomás en Buenos aires. Nos quedamos tal vez más de la cuenta por la pandemia. Pero queremos salir, recorrer las provincias, y fundamentalmente empezar por las que tienen mayor relación de proximidad, de idiosincrasia, como lo es Santa Fe, Rosario y la zona productiva. Y en eso estamos: Bolsa de comercio, intendente, gobernador, fuerzas vivas, prensa…
Creemos en ese contacto cara a cara. Y es absolutamente evidente que tenemos mucho para explorar e intercambiar entre Santa Fe y Uruguay.
-Argentina está en un proceso de revisión de la hidrovía, y desde luego hay temas comunes respecto de cómo sacamos los commodities. ¿Se pueden, realmente, establecer políticas a largo plazo independientemente de los intereses de las partes y de los signos políticos de los gobiernos de turno?
-Es un buen planteo, claro. Yo podría tener legítimo derecho a la duda. Pero realmente creo que sí. El otro día estuvimos en Buenos Aires en una actividad a la que nos invitaron a través de la OEA. Y allí estaban la Confederación Interamericana de Puertos, estaban autoridades uruguayas de nuestros puertos, estaban autoridades argentinas, Migraciones, empresas, autoridades de los Ministerios de Transportes y de Hidrografía, de Asuntos Navegables, en fin, una convocatoria amplia de gente que tiene intereses comunes y aspiraciones de parte legítimas. Y yo me fui con la sensación de que hay muchas cosas de complementariedad, muchos temas de búsqueda de acuerdo, cada cual defendiendo lo suyo pero buscando la complementación y creo que va por ahí la situación.
Si el río Uruguay puede profundizar su vía de navegación, dragar, generar el by pass en Salto Grande, activar los puertos de Entre Ríos y del lado uruguayo para la navegabilidad deportiva y comercial, no va a ir contra a actividad de la hidrovía del Paraná, que va a seguir teniendo la primacía en la salida de productos argentinos y paraguayos.
Nosotros queremos poder sacar la producción de Río Grande do Sul. No vamos a sacar la producción paraguaya ni la que viene de los puertos de Rosario. Se trata de potenciar en paralelo un río que baja en el mismo sentido que el otro. Creo que si vemos el mapa y actuamos con inteligencia, se tiene que eliminar cualquier escollo de falsa dicotomía…
Potenciar el intercambio
Consultado sobre cuáles áreas específicamente se pueden relacionar concretamente entre Uruguay y la provincia de Santa Fe, Carlos Enciso precisó que “aquí, en esta zona, en esta rica provincia productiva, interesa todo el intercambio técnico. Fuimos la Parque Tecnológico Industrial, interesa ese desarrollo y esa sinergia público privada entre universidad, Estado, empresas. Y ver de qué manera práctica, qué intercambios podemos hacer de técnicos, convenios, de generar el marco de ida y vuelta para que la gente interactúe.
“Está el tema lechería, el de ganadería, sectores donde puede haber intercambio provechoso. Creo que es parte de abrir puertas, estar atentos, venir a las ferias, llevar gente para allá. En fin mantener aceitado el vínculo, reagendar temas que ya venían en marcha; otros que se interrumpieron en la pandemia y otros que hay que crear”, concluyó el diplomático uruguayo.