Consumos problemáticos
Espacio Ariel evaluó el cambio de las conductas adictivas en la crisis
El presidente de la asociación civil con sede en Venado Tuerto, Sergio Appa, pidió profundizar la escucha y la contención para bajar la demanda de drogas; evaluó los efectos de la crisis económica en las tendencias de consumo; y alertó sobre los severos daños que causan sustancias de uso creciente en la región, como el paco, o "cocaína de los pobres".
En Venado Tuerto y la región se conoce desde hace décadas el consumo de sustancias prohibidas tradicionales, como cocaína, marihuana, heroína, LSD y crack, y también se sabe de otras que en los últimos tiempos ganaron terreno en las preferencias, como las sintéticas o de diseño, que incluyen fentanilo, MDMA, ketamina, éxtasis y tusibi (cocaína rosa), entre otras. Además de las drogas de más baja calidad, como el paco, o "cocaína de los pobres".
Sin dudas, en medio de una grave crisis económica y social, el consumo no sólo varía según el gusto personal, sino también de acuerdo al bolsillo, obligando a optar por drogas baratas, muchas veces adulteradas ("cortes"), que las vuelven más tóxicas aún que las de alta pureza.
"Todo lo que viene va a ser muy difícil, el mundo de las drogas evoluciona con cosas nuevas que lo único que hacen es dañar a nuestros jóvenes y a la sociedad en general, y este escenario de crisis es un muy mal augurio, todos sabemos lo que puede ocurrir cuando los jóvenes no tienen trabajo ni expectativas de vida", alertó el presidente de Espacio Ariel, Sergio Appa.
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En este sentido, alertó sobre una de sus mayores preocupaciones: la creciente circulación del fentanilo, un opioide sintético que se prescribe como analgésico, y que en el mercado ilegal "se usa para estirar la droga, sobre todo la cocaína, produciendo un sistema paradojal de estímulo externo, ya que la cocaína, al producir dopamina, excita y provoca un estado de euforia, en tanto que el fentanilo aletarga y baja el sensorio, generando un colapso en el sistema nervioso central". Y amplió: "Es más potente que la morfina, afecta el ritmo cardíaco y respiratorio, y la presión arterial, a la que disminuye de golpe y puede llevar a la muerte por paro cardiorrespiratorio".
"Muchos recordarán el caso de villa Puerta 8, en el partido bonaerense de Tres de Febrero, donde en febrero de 2022, habituales consumidores de cocaína empezaron a caer fulminados, con un saldo de 24 muertes y 80 intoxicaciones. Y las investigaciones establecieron que el causante del desastre había el carfentanilo, un derivado del fentanilo (…) Por todas estas razones nos preocupa la penetración del fentanilo en nuestra región", justificó el licenciado en Adicciones por la Sedronar.
¿Paco por crack?
En otro orden, Appa contó que, a la par de su trabajo territorial cotidiano, Espacio Ariel inició una investigación en distintas localidades del departamento General López: "Hace un tiempo detectamos que se había impuesto la moda de fumar crack o, como le dicen en la jerga, la pipa, y en función de los efectos que causaba en varios consumidores decidimos tomar muestras de esta sustancia para que sean analizadas en un laboratorio especializado de la Ciudad de Buenos Aires", detalló el coordinador y adelantó que "en las dos primeras etapas dio como resultado que, en realidad, la sustancia que están vendiendo es paco (pasta base)".
Al respecto, especificó que tanto el crack como el paco, son derivados de los residuos de la cocaína, pero aclaró que las consecuencias del consumo de este último, por su composición, son mucho peores. "Ahora entendemos los perjuicios que producía esta sustancia en los consumidores, ya que en sólo seis meses surgían daños cognitivos severos, a partir de psicosis, borderline y esquizofrenia, estados que se potencian en los adolescentes por estar en pleno desarrollo. Por eso es importante recorrer el territorio para diseñar estrategias de abordaje, analizar las situaciones con otros profesionales y darle respuestas a la gente".
Contexto difícil
"No todos cuentan con grupos familiares bien constituidos, donde la contención y la escucha son lo habitual, y entonces, el joven o la persona que se siente vacía, puede caer en el mundo de las drogas, y bien sabemos que luego no es fácil salir", dijo el especialista y sumó: "También se debe entender que no somos un diagnóstico, somos una historia. Algo sucedió en la vida para terminar en el consumo y en esa dependencia, donde en un primer momento se elige la sustancia, hasta que cualquiera viene bien, cara o barata, porque el objetivo es evadirse, evitar el dolor, aunque sea un rato. A la vez, en muchos casos, de esa necesidad deriva la delincuencia común para conseguir nuevas dosis, y se multiplican otros dramas sociales, como la violencia de género", acentuó.
"Necesitamos empezar a buscar las bases de todas estas problemáticas, porque es fácil juzgar al adicto y denostarlo, pero detrás hay una historia que exige volver al origen, a la familia, a las charlas, a la prevención, cuidar a nuestros jóvenes, abordarlos de una manera terapéutica ordenada, porque para ayudar tenemos que prepararnos, saber qué estamos diciendo y haciendo", remarcó. "Consultar a un profesional es lo ideal cuando aparece esta problemática, sin demoras, en lugar de ocultar y permitir que se agraven las cosas", manifestó desde su experiencia de nueve años en la asociación civil dedicada a la prevención de los consumos problemáticos en Venado Tuerto y el sur santafesino.
En igual sentido, sostuvo que "para diagramar una estrategia de trabajo hay que dejar los escritorios y embarrarse los pies, estar en el territorio y trabajar con la gente, tratar de entender cómo llegamos hasta acá, porque combatir el narcotráfico no es la única manera", enfatizó. "Acá hay otras cuestiones que debemos evaluar entre todos los actores involucrados, trabajando en equipo, dejando los egos de lado", convocó Appa, consciente de los riesgos que acechan.
Salud mental
Desde sus comienzos, los integrantes de Espacio Ariel reiteran sus críticas a la Ley de Salud Mental, y sobre ese punto volvió Sergio Appa: “El texto actual no favorece nuestro trabajo porque no se puede internar a ninguna persona en contra de su voluntad, y cuando consultamos a un adicto si quiere internarse, son pocos los que deciden hacerlo por voluntad propia. Y si bien es cierto que la misma ley aclara que si una persona es una amenaza para sí misma o para terceros, se la puede judicializar, la mayoría de las veces se hace a través de un abogado y no todos pueden costear los honorarios, complicando la ayuda a quienes transitan la problemática del consumo”. Y continuó: “Ante todos estos avatares, el adicto se sigue agrediendo, llegando a casos que son irrecuperables por los daños cognitivos a causa de reiterados episodios de psicosis, borderline, esquizofrenia, bipolaridad o depresiones agudas”.
Más adelante, enfatizó que “las granjas de rehabilitación gestionan con conceptos modernos, son sistemas abiertos donde no hay rejas ni encierro; al contrario, el paciente puede tomar la decisión de abandonar el tratamiento”.
Al Hospital Fernández
Una representación de Espacio Ariel, encabezada por el venadense Appa, visitará en los próximos días la flamante sala de emergencias para situaciones de adicciones en el Hospital Fernández de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “por invitación de nuestro amigo y colaborador Carlos Damín. Estamos con muchas ganas de conocer esa nueva estructura que es única en el país y atesorar nuevas experiencias”.