Tras la amenaza, no hallaron ninguna “bomba” en la Municipalidad
Apenas pasado este mediodía, una llamada telefónica anónima alertó sobre la existencia de un artefacto explosivo en la sede de la Municipalidad de Venado Tuerto: “Sigan trabajando tranquilos que van a volar por el aire”, habría sido el contundente mensaje.
Ante la sorprendente situación, se tomó la determinación, cumpliendo los protocolos, de evacuar a todo el personal del edificio de Marconi y San Martín e inmediatamente ingresaron dos dotaciones de bomberos voluntarios y efectivos policiales a los efectos de revisar las instalaciones en busca de la presunta “bomba”.
Asimismo, las autoridades del vecino Instituto Santa Rosa convocaron a los padres de los alumnos para que los retiraran los más pronto posible.
Sobre las 13.30, trascendidos extraoficiales señalaron que había concluido “sin novedades” el exhaustivo rastrillaje de oficinas y espacios abiertos sin encontrar ningún artefacto explosivo.
El próximo paso, a través de la correspondiente investigación, será esclarecer si sólo se trató de una broma de mal gusto, o si el episodio perseguía algún fin de amedrentamiento.
Cabe agregar que, minutos antes de la enigmática llamada, frente a la sede de la Secretaría de Desarrollo Económico, 25 de Mayo y Belgrano, se arrojó un elemento explosivo semejante a una “bomba molotov”.
Aunque no hubo declaraciones oficiales, algunas fuentes municipales vinculan el hecho con las denuncias contra delincuentes “narco” que desde hace largo tiempo viene efectuando el intendente venadense Leonel Chiarella, y por lo cual también se planeaba una balacera contra su domicilio particular, hecho que continúa bajo investigación judicial.
Como hace cuatro años
Hace casi cuatro años, el 21 de junio de 2018, entre las 9 y 10 de la mañana, dos llamados telefónicos en el conmutador de la Municipalidad de Venado Tuerto alertaron al personal de que en el interior había un artefacto explosivo. De inmediato se montó un mega operativo -inusual en la ciudad-, que incluyó la evacuación total del Municipio, un Jardín de Infantes, los colegios Cultura Inglesa y Santa Rosa, comercios y viviendas particulares.
Las calles permanecieron cortadas cien metros a la redonda y llegaron rápidamente para colaborar personal del Juzgado Federal, la Fiscalía, Policía, Brigada de Explosivos, Brigada Canina, Bomberos Voluntarios y personal del servicio de emergencias. En paralelo, se realizaban investigaciones para dar con los autores de las llamadas.
El centro de la ciudad se vio conmocionado, dado que los alumnos debieron ser trasladados, tal como lo establece el protocolo, a la plaza San Martín. En el caso del personal municipal, además de dejar el edificio municipal, fue desobligados de sus tareas.