Excavaciones en Melincué: ¿Cómo continúa la investigación?
La antropóloga de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Mariela Gallego brindó detalles de cómo continúa el trabajo de investigación que se está llevando a cabo en la laguna de Melincué, luego de una semana intensa donde se han logrado hallar elementos muy importantes para seguir descubriendo y construyendo la historia de la región y la provincia. “La idea es volver a realizar excavaciones, incluso extendiéndonos a otros sectores”, contó.
Cabe recordar que este proyecto, denominado “Entornos a Melincué” está a cargo de alumnos, docentes y profesionales de la UNR y del Museo Provincial Gallardo. En esta primera etapa las acciones se focalizaron en el sector donde posiblemente haya funcionado el fuerte de la época del Virreinato y uno de los primeros que se levantó en el interior con el objetivo de marcar la frontera. Este fuerte comenzó a funcionar entre 1778 y 1779.
“En estas excavaciones arqueológicas pudimos detectar diferentes estructuras de muros y cimientos que, por el aspecto y las crónicas de personas que anduvieron por la zona con las que vamos trabajando, podríamos estar hablando de la capilla o iglesia del fuerte de Melincué”, señaló Gallego. A su vez, en otro sector donde estuvieron excavando, “encontramos parte de lo que creemos era el foso del fuerte que era la zanja perimetral de protección que tenían los fuertes y fortines”, indicó.
Una de las particularidades de los muros encontrados son los ladrillos, que tienen una dimensión de 40 por 20 centímetros de ancho, es decir muy antiguos porque son de medidas que se utilizaron hasta 1840 y luego se fueron achicando.
También hallaron fragmentos de tejas y una entera de un largo de 65 centímetros, con una manufactura muy artesanal. “De acuerdo a las crónicas, tanto los ladrillos como las tejas eran enviadas desde Santa Fe de la Vera Cruz para la construcción del fuerte. Según estos relatos históricos, las tejas se utilizaban más para las iglesias, por ello estamos tratando de corroborar si ese recinto que encontramos, rectangular, corresponde la iglesia”, precisó.
Restos óseos humanos
En uno de los rincones de esa estructura también se encontraron enterratorios. “Recién estamos evaluándolos, pero lo que nos facilita la tarea es el contexto en el que aparece. Por ello, como un análisis preliminar podemos decir que correspondería a esta época, fines del 1700, y principios de 1800 cuando funcionaba el fuerte”.
Asimismo explicó que, a simple vista, los restos no tienen ninguna causa traumática de muerte. Tampoco se halló ningún material asociado como metal o restos de ropa, por eso “pensamos que pueden ser de la época virreinal”.
Hasta el momento se pudieron observar cuatro entierros, de los cuales sólo sacaron una muestra de alguno de ellos para analizar y luego “los dejamos enterrados en el mismo sitio donde estaban. Todas las excavaciones que desarrollamos fueron tapadas, por eso le estamos pidiendo a toda la comunidad que respete el trabajo y que no interfiera porque de ese modo pueden llegar a interferir en la información que podemos obtener”.
Gallego a su vez adelantó que la idea, más adelante, es hacer una puesta en valor de este lugar, por eso “es necesario protegerlo”, planteó. “Es un lugar muy interesante e importante para la historia, no sólo del sur de Santa Fe, sino de toda la provincia”, afirmó.
Lugar sagrado
Por otro lado, Mariela Gallego, consideró que “por las redes sociales se han difundidos muchas fotos y comentarios que a veces son desacertados. Nosotros, como equipo, tenemos la política de no difundir las imágenes de los restos por respeto hacia esos ancestros y hacia toda la comunidad. Pero bueno, sabemos que las imágenes se difundieron sin nuestra autorización”.
Seguidamente manifestó: “No podemos decir que los restos sean de sacerdotes o alguien de la curia, sino que pueden ser otras personas porque en aquel momento todavía no se habían implementado los cementerios como los conocemos hoy en día y los cristianos se enterraban dentro de las iglesias. Las personas que hayan ido a Cayastá han visto los entierros en todas las iglesias, considerando que era el único lugar sagrado”.
Historia enterrada
En otro tramo, Gallego contó que muchos de los elementos que se encontraron estaban casi al nivel de la superficie, mientras que los restos óseos estaban a muy poca profundidad. “En estos sectores de la laguna, entre la década del 50 y el 70 funcionaron balnearios. Específicamente en ese sector estaba el balneario del Club Atlético Elortondo, emplazado arriba de los cimientos del fuerte. Hay muchos escombros actuales que ocultaban los escombros antiguos”, explicó.
¿Cómo sigue la investigación?
“Las tareas van a continuar. Ahora tenemos un arduo trabajo de laboratorio, de análisis de las muestras que extrajimos, no sólo de los restos humanos, sino también de los materiales que aparecieron. La idea es volver pronto, dentro de un mes o más, para continuar con las investigaciones de campo”.
Una de las posibilidades es hacer excavaciones en otros sectores, ampliando para ver si se encuentran otras estructuras del fuerte y conocer aún más sobre el contexto en el que se desarrollaban estos asentamientos.
Además resaltó que “la Comuna de Melincué, que colaboró de forma extraordinaria en todas las investigaciones, quedó al cuidado del lugar; se colocó una casilla con seguridad para resguardar este sitio, sobre todo los fines de semana cuando hay más gente que asiste a la laguna”.
Agradecimiento
“Queremos agradecer a las comunas de Melincué, Elortondo y Labordeboy; al senador provincial por el departamento General López Lisandro Enrico y al Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, por sus apoyos y colaboraciones”, concluyó Mariela Gallego.