Excavaciones en Melincué: ¿Quiénes son los individuos hallados?
La segunda etapa de investigación antropológica que se realizó en el sur santafesino, más precisamente en la localidad de Melincué arrojó mucho material para analizar y nuevas hipótesis, sobre todo en lo vinculado a los enterramientos que se descubrieron. En total fueron 25 los individuos hallados y todo hace suponer que habría más, ya que el trabajo de campo se concentró en lo que sería el recinto de la capilla del fuerte de Melincué.
En este marco, el coordinador del área de Antropología y Paleontología del Museo Gallardo, Germán Giordano, contó que “fueron 10 días intensos de trabajo con un equipo maravilloso de profesionales de distintas disciplinas, entre ellos arqueólogos, antropólogos, agrimensores, arquitectos y estudiantes”, resaltando que “más que conclusiones no generaron nuevas preguntas, porque comenzamos con ciertas hipótesis y modelos de trabajo y cuando avanzamos en el campo, al ver la realidad, nos obligó a tomar otros caminos”.
Y esto fue lo que les pasó, porque si bien el grupo tenía pensado desarrollar tareas en distintas áreas que tienen identificadas del fuerte, tuvieron que concentrar dentro de lo que sería el recinto de la capilla, porque allí empezaron a salir sistemáticamente más inhumaciones, más enterratorios.
Si bien en un primer momento habían identificado cinco individuos, al empezar a excavar más profundo y en área abierta, llegaron un total de 25 personas. “Lo que vemos es una dinámica de cementerio dentro de un recinto, a partir de la cual empiezan a sobrevolar las hipótesis, que nos lleva a buscar líneas históricas a través de fuentes y documentos para tratar de entender un poco qué fue lo que excavamos allí”, señaló.
Según precisó Giordano, en general hay un patrón que se utiliza en estos enterratorios, con una ubicación de norte a sur, teniendo algunos dispuestos de manera muy junta, lo que hace suponer que eran cercanos entre sí. Un dato llamativo es que estos individuos, en su mayoría, “eran jóvenes, más allá de algunos adultos, y empiezan a aparecer algunos infantes”.
Una epidemia
Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que la posible presencia de una “epidemia” haya azotado la zona en algún momento histórico. Aún resta precisar “cuándo y qué” porque “no hay marca de violencia en los cuerpos”, contó el profesional. Y añadió: “Hasta el momento, lo que tenemos, nos hace suponer que eran poblaciones españolas o criollas, ya que hay enterramientos cristianos con todas las formas y protocolos”.
“Aparecen cuerpos, ladrillos, tejas, pero no objetos arqueológicos que nos den algún indicio, para ver de qué se trata esa población. En principio y como hipótesis aventurada podemos decir que se trata del fuerte virreinal, ahora sí la duda que queda es ¿quién es esta gente que está ahí enterrada? Probablemente sea una población criolla posterior a la del fuerte que se trasladó en 1865. Esto nos hace pensar en la epidemia de fiebre amarilla de 1871 que hizo estragos en toda a región, sobre todo en las grandes poblaciones como Buenos Aires y que llegó a las líneas de frontera. Una posibilidad es que, para no tener cerca a estas personas que fallecieron por la enfermedad, cerca del ejido urbano, las hayan trasladado a esta capilla en ruina para darles una cristiana sepultura”, enfatizó.
A su vez, contó que hacia el norte y el sur de lo que sería el sector interno de la capilla van apareciendo cuestiones más extrañas en cuanto a la disposición de los individuos y a la fosa de inhumación, donde incluso pueden aparecer más de un cuerpo en el mismo espacio.
Ubicación
La zona donde se desarrollaron las excavaciones y se presume que estaba ubicado el fuerte se encuentra entre Melincué y Elortondo. No es un lugar de fácil acceso y no se puede visualizar transitando por la ruta 90. “Para que la gente se de una idea, si van por la ruta de Melicué hacia Elortondo, antes de llegar a esta localidad, mano izquierda, detrás del basural, está situado este lugar histórico”, precisó el antropólogo Germán Giordano.
Poblaciones indígenas
Por otro lado, Giordano remarcó que en el estudio se concentraron en una pequeña porción de toda esa gran cuenca de la laguna que “sabemos fue un lugar sagrado en su momento y habitada durante miles de años”. “Si vamos laguna adentro, que fue algo que hicimos en esta etapa, algunas prospecciones, recorriendo y tomando puntos GPS, se encuentra una cantidad abrumadora de material indígena que da cuenta de la habitabilidad que tuvo, en lo que sería los alrededores del fuerte”, sentenció.