(Por Mario Caffaro e Ignacio Hintermeister) – Facundo Manes admite que hay mucho dolor en la sociedad, pero entiende que hay una decisión “desde abajo hacia arriba” de cambiar, señala que hay una gran energía para hacerlo ante un modelo agotado y que la buena política debe ser la encargada de conducir esa energía. Se anima a plantear un paralelo con 1983 cuando la sociedad le dijo basta a la dictadura, al oscurantismo y tomó el camino democrático.
Facundo Manes: “La gente tiene ganas de votar a favor, está cansada de votar en contra de algo”
Neurólogo, diputado nacional desde 2021 por provincia de Buenos Aires, radical en Juntos por el Cambio, aunque planteando diferencias fuertes con Mauricio Macri que le valieron reproches partidarios, Manes disertó en el Paraninfo de la UNL sobre “El rol de la ciencia, la tecnología y la educación como motor del desarrollo”. Quiere ser presidente de la Nación y habló en extenso con El Litoral.
– Momento complicado desde lo político, económico, social, etc.
– Que no se revierte en el próximo gobierno si no hay una gran unidad de pensamiento sobre lo que hay que hacer. Estamos ante un desafío similar al que tuvimos en 1983 cuando la sociedad argentina dijo basta de muerte, de oscuridad, de violencia y vamos a la democracia, la vida. Hoy si la sociedad no dice basta de decadencia, de las prácticas de siempre y vamos a la modernidad, esto no lo soluciona un político, un presidente, ni un partido ni una coalición. Tiene que haber un clima de época. Estamos recorriendo la Argentina y estamos planteando esto, la necesidad de un cambio mentalidad colectiva. La sociedad está con un clic diferente a la dirigencia, dijo ‘basta de esto’, pero hay que encauzarla.
– Es difícil una encuesta hoy porque no hay contexto electoral. Estamos enfrascados en dos minorías intensas, extremas, que no nos dejan pensar el país, y si gana cualquiera de estas dos minorías intensas será difícil hacer lo que hay que hacer: consensos, políticas de Estado, mejorar la productividad en base a consensos, hacer una revolución educativa…
– Pero usted es socio de una de esas minorías intensas.
– Estamos en una coalición electoral y una coalición tiene diferentes voces, diferentes pensamientos en un trazado grueso de país que no es el kirchnerismo. No queremos el modelo kirchnerista, eso nos une. Dentro de esta coalición hubo una mejoría porque a partir de la elección del año pasado, dejó de ser de un solo color, hoy hay diferentes colores como las coaliciones europeas.
– En modo electoral, ¿Qué harías para que no gane esa minoría que cuestionas?
– ¿La PASO es la solución?
Creo que sí, esa PASO fue muy corta, tuvimos 20 días de campaña, invisibilizados, enfrentamos a un aparato, pero pudimos salir adelante.
– ¿Qué pasa si el gobierno logra cancelar la PASO?
– Trabajaremos para que no pase, me parece muy mal cambiar las reglas de juego sobre la marcha. El plan A es luchar para que no se derogue la ley. La Paso es un buen mecanismo para cómo está planteada la situación. En Argentina, parte de nuestro problema, es cambiar las reglas de juego sobre la marcha.
– A veces desde el interior tenemos la sensación de que la disputa de poder dentro del AMBA nos lleva puesto a todos
– La Argentina que viene es un país federal. Coincido que el tema del AMBA es preocupante. Para el año que viene, creo que tenemos que construir un voto a favor. En 2015, Cambiemos fue una alianza electoral, basada en encuestas, sin idea madre, para ganarle al kirchnerismo. No le fue bien y perdió las siguientes elecciones presidenciales. ¿Qué fue el Frente de Todos? Una alianza electoral, sin una idea de país, para ganarle a Cambiemos o al gobierno de Macri porque ese no fue un gobierno de coalición, fue un gobierno del Pro. Esta vez tenemos que construir algo diferente a las dos opciones, salir por arriba del laberinto. La gente tiene ganas de votar a favor; está cansada de votar en contra de algo. La gente va a votar a lo nuevo frente a lo viejo.
– ¿Pero estás en un partido centenario?
– Creo en la política. Hay mala política, hay gente corrupta pero también hay políticos buenos. No conozco otra herramienta de transformación social más importante que la política. Se la mejora con mejores políticos, no con antipolítica. Creo que el periodismo se mejora no con antiperiodismo sino con mejores periodistas. Medicina no se mejora con antimedicina, se mejora con mejores médicos. Ingresé a la política y dentro de la política a un partido centenario que entendió que los partidos no tienen el derecho a existir si no se renuevan, si no incorporan nueva gente, sino le hablan a los jóvenes, del futuro. El nuevo radicalismo ha hecho esto. En Santa Fe hay nuevas figuras, una de ellas es Carolina Losada; en Córdoba está (Rodrigo) De Loredo, estamos nosotros en provincia de Buenos Aires. Le hablamos a los jóvenes, hablamos de futuro. La sociedad hoy le tiene que agradecer al radicalismo que esté presente porque es un espacio que puede convocar a una nueva mayoría social para tener una mayoría legislativa y cambiar el país. No creo que esto se pueda hacer desde los extremos, por suerte el radicalismo se ha renovado, hay un nuevo radicalismo y hacer antipolítica no es el camino.
– ¿Cómo hacemos para que el sistema educativo sirva para mejorar la sociedad?
– Esto no se arregla con una ley, con un político, con un presidente. Se necesita un cambio de mentalidad colectiva. Si la Argentina puede lograr ciertos consensos, visión de país y política de estado la educación es la mejor manera para reducir la pobreza y es la economía del siglo XXI. Los argentinos aún no hemos incorporado esto, tenemos a la educación como algo lindo, que se habla, pero no entendemos que hoy, en el mundo, los países que están queriendo desarrollarse o están desarrollados, compiten por los sistemas educativos, científicos y tecnológicos. Cuando hablamos de educación me dicen ‘Facundo tenemos mucha pobreza’ y les respondo que la mejor manera de reducir la pobreza es la educación. La educación es ser más libres, tener curiosidad, coraje, autoestima alta para perseguir sueños, una brújula confiable en un mundo cambiante, movilizar los recursos cognitivos, sociales y emocionales para tomar acción. Es el mejor mecanismo para reducir la pobreza. Cuando hablamos de educación nos dicen ‘tenemos un problema económico’ y tratamos de decir que la economía de este siglo es la educación. Ante la falta de visión de país, no hay un plan educativo, no hay visión educativa. Tenemos que encarar el desarrollo y hoy los países se desarrollan invirtiendo en capital humano, nutrición, afecto, educación, la ciencia y la tecnología vinculada al sector productivo, la Argentina con esta matriz productiva actual, muy primaria, no va a poder dar bienestar a 50 millones de argentinos en los próximos años. Debemos generar más valor en todo lo que hacemos y esto es pueblo educado, con más ciencia, con instituciones fuertes, geopolítica adecuada, consenso político, políticas a largo plazo, ejemplaridad en la dirigencia, racionalidad impositiva, racionalidad económica. Ahora, no tenemos un proyecto de país.