Caso Sagrado Corazón
Familiares de víctimas del “hermano” Pedro, molestos con el fallo de la jueza Borrello
“Nunca una buena para nosotros. Siempre fue todo para la otra parte”, aseguró Débora Cieri, la primera madre en radicar la denuncia.
“Me dejaron sin palabras, es muy triste y no se entiende”, aseguró Débora Cieri, la madre que realizó la primera denuncia contra el religioso Pedro Ortiz y Hontoria, tras conocerse lo resuelto por la Jueza Paula Borrello que lo autorizó a viajar a España el 18 de diciembre con fecha de regreso el 7 de febrero.
La sala de audiencia contaba con una importante cantidad de personas cercanas a las víctimas y militantes de organizaciones feministas que marcaron un profundo rechazo a la decisión judicial, considerando principalmente que el acusado de cuatro abusos sexuales contra nenas que cursaban 6° y 7° grado se va para no volver.
El fallo se dio a conocer minutos después de las 13:30 horas, tras un cuarto intermedio solicitado por la magistrada para resolver al respecto.
“Me dejaron sin palabras, es muy triste y no se entiende. Nuevamente, otra vez, todo para atrás, nunca una buena para nosotros. Siempre fue todo para la otra parte. Tener que decirle a mi hija, que estaba en la vereda, fue muy doloroso. No quiero estar en su cabeza pensando que ‘el tipo que abusó de mí se va de paseo a España”, aseguró Débora.
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Por lo tanto “no lo entiendo ni lo voy a entender. El fallo no tiene perspectiva de género y nunca lo tuvo. Desde que está ella (por Borrello), nunca una para nosotros, jamás”, agregó.
En la anterior audiencia la fiscal y la querella habían solicitado la prisión preventiva ordinaria para el religioso, fundamentando principalmente que ya no se trataba de una sola denuncia contra Pedro, sino que ahora eran cuatro.
En ese momento Paula Borrello denegó el pedido, pero al mismo tiempo marcó una serie de reglas de conductas, entre ellas la prohibición de salir del país.
Dolor y enojo
La hija de Débora estuvo presente en los tribunales, pero prefirió no ingresar a la audiencia. Fueron sus padres los que les informaron el fallo. En ese momento la joven rompió en llanto y la tuvieron que llevar, estando al límite del desmayo.
“Lo que hizo la jueza no se entiende. Mi hija estaba quebrada. Uno tenía la esperanza de que el fallo iba a ser a nuestro favor. Cuando salí de la audiencia traté de calmarla y explicarle que esto era previsible. Y que, si bien va a viajar, estamos convencidos de que va a volver. Y que vamos a esperar la fecha del juicio”, relató Débora.
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En este marco agregó que “se va a hacer justicia. Siento el dolor de las víctimas, diciendo ‘nadie me escucha, yo estoy acá, soy la que pongo el cuerpo y el alma todos los días’. Pero le digo a mi hija que se tranquilice, que (Pedro) va a volver, que va a ser juzgado y condenado”.
Por último, planteó que “no quiero dejar de creer en la justicia, pero sí creo en la justicia divina y sé que pronto se va a hacer justicia”.