Gastronómicos en Rosario solicitan no pagar impuestos ni servicios
Los empresarios del sector expresan que no están en condiciones de pagar las obligaciones impositivas propias de la actividad. Aseguran que ya se perdieron 4.000 puestos de trabajo en el rubro y que serán más sin ayuda estatal.
La entidad de calle Paraguay envió esta carta:
“Comunicado de prensa: Tras la nueva restricción total que cursa el país desde el 22 de mayo y de los reiterados pedidos de ayuda realizados a las autoridades municipales, provinciales y nacionales, el sector gastronómico de Rosario anuncia que se encuentra imposibilitado de abonar impuestos y servicios. En consecuencia, en tanto no se destine al sector una ayuda económica efectiva, los bares y restaurantes de la ciudad no podrán pagar los tributos aplicados a la actividad. Entre las cargas impositivas que el sector debe abonar y que se verán interrumpidas están las provinciales: Aguas, EPE, Litoral Gas, Impuesto Inmobiliario e Ingresos Brutos; municipales: TGI, DREI, y ETUR y nacionales: aporte del art. 931 (cargas sociales, obra social, ART, seguros, entre otros), IVA y ganancias.
La decisión se toma en medio de una crisis histórica de la actividad, la cual desde marzo del 2020 no ha trabajado con normalidad, estuvo continuamente restringida, siempre con capacidad reducida y horarios limitados. Son 14 meses de trabajo que sólo permiten afrontar deudas de forma parcial y pago de sueldos. Los bares y restaurantes, en el mejor momento, han trabajado con el 50% de capacidad y hasta las 2 AM, luego trabajaron con el 30% y con horarios de cierre que oscilaron entre las 19 hs. y las 23 hs. La mayor parte del tiempo alternando entre estos últimos dos.
La limitación no es el único impedimento para la actividad, también lo es la falta de organización, de previsibilidad y de planeamiento que dejan a los gastronómicos sin posibilidad de prever la cantidad de materia prima que necesitarán, debido a que las medidas se anuncian sin anticipación. Además, hay establecimientos que han reacondicionado espacios, modificado su infraestructura y adquirido equipos de calefacción que funcionen en lugares ventilados con el fin de cumplir con todo lo exigido por el protocolo y ser lugares seguros. No es posible trabajar sobre la incertidumbre constante.
El mensaje es contundente: el sector no está en contra de las restricciones cuando estas sean necesarias para garantizar la salud de la población, pero deja en claro que no pueden continuar trabajando sin ayuda económica del Estado. No se pueden afrontar las mismas cargas impositivas de antes de la pandemia en la situación actual en la que nos encontramos luego de 14 meses de limitar el trabajo de bares y restaurantes. Desde marzo del 2020, la actividad gastronómica ha perdido 4.000 empleos. Sin ayuda, serán más”.