Tras el golpe de estado en Níger, los militares han nombrado al general Abdourahamane Tchiani como líder del país bajo el Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria. El presidente derrocado, Mohamed Bazoum, lleva tres días secuestrado.
Francia ha expresado públicamente que no reconoce a las nuevas autoridades surgidas del golpe y considera a Bazoum como el único presidente legítimo de Níger, elegido democráticamente.
Las actividades de los partidos políticos han sido suspendidas hasta nueva orden y se han registrado manifestaciones con banderas rusas y consignas contra Francia. Se espera una nueva manifestación convocada por partidos de oposición al gobierno golpista.
La Unión Europea amenaza con suspender la ayuda financiera a Níger, y Estados Unidos y otras naciones también han condenado la asonada militar.
La Comunidad Económica de Estados de África del Oeste exige la liberación inmediata de Bazoum y afirma que sigue siendo el presidente legítimo del Níger reconocido por la organización.
Níger, hasta ahora aliado de potencias occidentales en la región del Sahel, enfrenta una situación complicada con grupos yihadistas como Estado Islámico y Al Qaeda en la zona.
