Guillermo Cides: “Como el primer día, el stick sigue siendo una aventura arriesgada”
En los primeros años de la década del `90, Guillermo Cides llamó la atención en el ambiente musical cuando comenzó a presentarse como artista solista de stick, toda una novedad a nivel mundial que, a pesar de haber sido difundida por este artista a nivel global a lo largo de los años, “sigue siendo una aventura arriesgada”, según sus propias palabras.
Así pareciera confirmarlo la extrañeza que aún causa a nivel masivo este particular instrumento, pero que sin embargo cuenta con una gran comunidad de seguidores, alimentada en gran parte por la incansable labor del propio Cides, lo cual le permite, por caso, encarar una gira por 30 localidades de todo el país, como la que puso en marcha el jueves 3 de noviembre en San Nicolás y se extenderá hasta el 19 de diciembre, cuando culmine en Olavarría. En Venado se presentará este viernes, a las 21 en 1927 Multiespacio.
“La Gira Silenciosa” – como eligió llamarla- supone un regreso de Cides al país tras la pandemia, debido a que reside desde hace muchos años en España, y fue armada artesanalmente a través de la sinergia creada con una red de seguidores, quienes fueron proponiendo lugares y acercando voluntades para concretar los conciertos. Una modalidad que este artista viene experimentando por largo tiempo.
“`La Gira Silenciosa´ está siempre propuesta por la propia gente desde hace años. Propongo que la gente misma empiece una especie de publicación interna y recibo contactos de amigos, promotores, salas, secretarios de cultura. Todo con ayuda de la propia gente, la mayoría particulares, pero es el mismo interés de las personas la que genera los conciertos. Luego, nosotros contactamos, coordinamos, mandamos propuestas y así se va armando”, contó Cides.
“Principalmente, por todo esto es que se llama así – amplió-. No es una gira al uso promocional, a través de una empresa, sino que en silencio crece. Es un camino alternativo, paralelo, por eso `Gira Silenciosa´. Además el doble sentido porque es silenciosa pero hace ruido. O sea, no tan silenciosa en el fondo”.
Ese “ruido” es lo que hace que el stickista tenga agendados para esta ocasión conciertos en Córdoba, Santa Fe, Chaco, Corrientes, y ciudades y localidades bonaerenses como Mar del Plata, La Plata, Ramallo, Junín, Olavarría, Azul, San Nicolás, Las Flores, Pehuajó, Trenque Lauquen, Ayacucho, Tandil, Bolívar, Saladillo y Lamadrid. El turno de la Ciudad de Buenos Aires será el 6 de diciembre, en Café Berlín, del barrio de Villa Devoto.
Se tratará de conciertos solistas en los que repasará su repertorio, con distintos invitados en cada fecha, entre los que aparecen su colega Gustavo Menéndez, la Orquesta Sinfónica de Olavarría, Bruno Arias, Lolo Micucci, y músicos oriundos de cada lugar, en todos los casos.
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Pero a pesar de la intensa agenda, tal como se mencionó antes, el stick, un instrumento creado por Emmett Chapman en los años 60, sigue siendo una extrañeza para el gran público y pareciera haber quedado atrapado a nivel popular a su inclusión en distintas formaciones del grupo británico King Crimson.
Asociado por esto a nivel internacional a la imagen de su stickista Tony Levin, en nuestro país se lo pudo escuchar por primera vez a través de Ricky Saenz Paz, en Los Siete Delfines, y en el inédito formato solista a partir de la aparición de Cides.
Tres décadas después de sus primeros conciertos como solista, el pionero local pareciera aceptar el lugar que la industria musical le designa a este instrumento y, en consecuencia, elige seguir este camino alternativo de giras.
“El stick fue desde el primer día una aventura arriesgada. En los años 90, sin internet, cuando iba a dar un concierto de stick la pregunta habitual era: “¿Un concierto de qué?”. Era y sigue siendo una aventura y un riesgo. Pero mi conclusión, luego de 25 años de tocar, es que creo que la gente simpatiza con los músicos valientes”.
Con información de Télam