Hospital Gutiérrez: cómo respira el pulmón de la región en medio de la pandemia
Ingresar al Hospital Gutiérrez, tanto sea por avenida Santa Fe como por Comandante Espora, lo hace ver gigante, los pasillos por momentos transitados por mucha gente o largas filas esperando ser atendidos; en estos últimos días por una vacuna que los proteja contra el Covid-19, esa enfermedad a la que a esta altura de la pandemia todos conocemos y muchos le temen.
Ese ingreso “relajado” que vemos puede ir tornándose más inquieto si conociéramos el pulmón de esta imponente estructura que “respira, vive y late las 24 horas del día y los 365 días del año”, según describe el director médico Daniel Alzari cuando desde Sur 24 le pedimos que nos cuente cómo es lo cotidiano en el “Gutiérrez”.
Los directivos al frente. Los doctores Daniel Alzari y Silvana Morelli.
“Nosotros estamos con el celular permanentemente, atendiendo cosas urgentes y a veces tenemos que venir con la doctora (Silvana Morelli) el sábado para hablar de lo que quedó pendiente en la semana, porque no tuvimos tiempo en las horas que estamos acá adentro. O planificamos la estrategia para los días próximos; es una demanda constante porque nosotros nos vamos a nuestras casas pero el Hospital respira, vive y late las 24 horas y los 365 días del año”, contaba Alzari.
En este punto, sostuvo que “es muy difícil que la gente comprenda lo que se vive entre estas paredes porque el que viene ve que está todo tranquilo, pero debieran ver ‘el campo de batalla’, como es el sector de Guardia, Cuidados Intensivos, el Quirófano hoy reconvertido, que es donde se experimenta el estrés de los médicos, los enfermeros, los kinesiólogos, porque hay situaciones límite”.
“A veces los profesionales lloran las muertes de sus pacientes porque somos seres humanos. Y se viven momentos de desesperación cuando, pese a todo lo que se dio, los resultados no son los esperados, y más cuando se trata de pacientes jóvenes”, agregaba la vicedirectora Silvana Morelli, quien junto a Alzari están en permanente contacto con cada uno de los servicios del Hospital y así lo manifiestan los jefes de área que sienten su acompañamiento constante.
Rol de contención
Siguiendo con la parte humana de esta lucha contra la pandemia, ambos directivos reflejaron que a pesar de las situaciones extremas que viven a diario, “estamos fuertes”. “El que dirige debe tener templanza, prudencia y equilibrio, que es lo que el personal pretende de alguien que conduce determinada institución. Si se demuestra alguna debilidad, tratamos de charlarlo entre nosotros, o cuando un jefe de servicio se satura, nuestra tarea es contenerlo porque a veces la situación atropella”, manifestaba sinceramente el director.
En cuanto al ambiente de trabajo, detalló: “Son nuestros compañeros, a nosotros nos tocó estar circunstancialmente en esta posición pero es transitorio. Y vemos a los más de 700 empleados como nuestros compañeros de trabajo. Nuestro rol es gestionar para allanarles el camino y sostenerlos en este contexto de tanto dolor”.
Recurso “que da vida”
Hoy el nosocomio que brinda atención a Venado Tuerto y otras 36 localidades de la región sur de Santa Fe, cuenta con un plantel de más de 700 empleados, pero a esta cifra hay que restarle algunos números, dado que no todos prestan servicio dentro del Hospital, sino que se desempeñan en otras instituciones en nombre del efector público, como geriátricos, Municipalidad, etc. A su vez, en este contexto de pandemia y por disposición de la Provincia, muchos agentes de salud no trabajan por presentar algún factor de riesgo. Otro dato que achica esa cifra virtual de 700 personas es el ausentismo.
Según datos globales brindados por Alzari, Morelli y la referente de Recursos Humanos, Marisa Guevara, “hay un 22 por ciento de ausentismo y un 10 por ciento que no están trabajando por decreto”. Es decir que hoy son unos 500 los trabajadores que brindan servicio dentro del centro de salud y estiman que “sólo un 46 por ciento están abocados a la demanda Covid”.
Un número para sumar son los contratos de emergencia por la pandemia, que son un centenar, incluyendo a 22 estudiantes de la carrera de Enfermería del último año para asistir a los profesionales que hoy en día son los recursos más necesarios.
“Igualmente necesitaríamos el doble de enfermeros y médicos porque en este momento estamos al límite”, consideró Alzari, quien junto a Morelli no hablan de colapso, pero sí de personal estresado. “En un año y medio de pandemia cada uno hemos tenido solo una semana de descanso”, graficaron los jefes médicos del Hospital sobre la tensión con la que convive todo el personal.
Hospital Escuela
Otro dato positivo es que al ser un Hospital Escuela
Recursos Humanos. Marisa Guevara.
“tenemos concurrentes y residentes que vienen a hacer la especialidad a nuestro centro de salud. Ellos tienen un tutor y permanecen cuatro años con nosotros y nos ayudan muchísimo y más en este momento”, destacaba desde Recursos Humanos, Marisa Guevara, quien hace 20 años se desempeña dentro del Hospital.
“Es nuestra casa somos una comunidad especial y tenemos las puertas abiertas para todos, sin importar nombre o clase social”, resaltó Guevara.
En cuanto a la infraestructura, a pesar de lo imponente que puede llegar a ser desde afuera, en el “campo de batalla”, como lo dibujó Alzari, esa majestuosidad del exterior se reduce a simples números.
“Cuando empezamos nuestra gestión (junto a Morelli en enero 2020) había ocho camas de cuidados críticos, que se incrementaron a 15 y después a 20. Y de esa veintena pasamos a 27 y hoy entre todas las plazas distribuidas dentro del Hospital contamos con 30 camas de UTI y 48 en sala general”, detallaba el cirujano, agregando que hubo días en los que esas plazas estuvieron completas o con solo dos o tres camas libres.
“Por ejemplo, cuando se refuncionalizó el quirófano con siete camas UTI (en principio iban a ser para terapia intermedia), se ocuparon a las 36 horas de haberlas puesto en funcionamiento. Lo mismo sucede en sala de Guardia, donde hay dos camas con respiradores”, especificaron.
Y en cuanto a la atención polivalente, se ubicaron gazebos para la atención leve y moderada en busca de que no se congestione la Guardia. Por otro lado en las carpas sanitarias del primer piso también se ubicaron pacientes críticos, intentando ampliar lo máximo posible para dar respuesta a Venado y la región.
“Ampliarnos más sería poco probable porque nos falta recurso humano”, finalizó la pediatra Silvana Morelli al mencionar la intención de agregar camas en caso de ser necesario.
NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DE SUR 24 DEL LUNES 7 DE JUNIO