Moretones en el cuerpo, un ojo negro, marcas de ahorcamiento en el cuello. Estos son algunos de los signos de violencia que distintos testigos relataron haber percibido en la policía Tania Cion durante su tumultuosa relación con Federico Rodríguez (20), a quien el 12 de enero de 2020 asesinó de un disparo que le atravesó el corazón.
Hostigamiento, celos y golpes: las cartas defensivas de la policía sanjavierina que mató a su novio
La sanjavierina de 44 años es enjuiciada desde el 28 de noviembre, acusada del “homicidio calificado por el vínculo y por el empleo de arma de fuego”, delito por el cual los fiscales Francisco Cecchini y Ana Laura Gioria pretenden que se la condene a prisión perpetua. Lo mismo piden los querellantes Bautista Fossa y Cristina Von Wartburg, quienes sumaron una tercera agravante: la alevosía.
La estrategia de las defensoras públicas Virginia Segado y Leticia Feraudo gira en torno a demostrar que Cion estaba “entrampada en un círculo vicioso de violencia” y que la siesta en la que mató a su novio, actuó en “legítima defensa”.
Subsidiariamente, en caso de condena, solicitan que se apliquen “circunstancias extraordinarias de atenuación” basadas en la violencia que sufrió la mujer durante la relación, lo que significaría pasar de la pena máxima a un monto que iría entre los 8 y los 25 años de prisión.
“Mamá y Fede se pegan”
Durante las jornadas del jueves y el viernes, el tribunal de juicio -conformado por los jueces Leandro Lazzarini (presidente), Luis Octavio Silva y Pablo Ruíz Staiger- escuchó a más de una quincena de testigos, propuestos por la defensa.
Familiares y allegados a la acusada señalaron que Cion comenzó su relación con Rodríguez a finales de 2018, y que a partir de entonces su conducta se fue modificando. “Se empezó a alejar de todos”, recordó una de sus hermanas. En distintas oportunidades notaron marcas de golpes en el cuerpo de la policía, y objetos rotos en su vivienda.
Su hermana mayor declaró que en una oportunidad “le dije ‘denuncialo’, y me respondió que si lo hacía él no iba a poder ingresar a la policía. Ella suponía que si él entraba a la fuerza a lo mejor dejaba de molestarla”. La testigo fue quien quedó a cargo de los dos hijos menores de Cion luego del crimen. Señaló que uno de los chicos le dijo que ese día “Fede nos estaba rompiendo la casa”, y recordó que tiempo después del hecho el más pequeño le comentó: “Mamá y Fede se pegan”.
La hija mayor de Cion manifestó que dejó de frecuentar la casa de su madre porque le incomodaba la presencia de Rodríguez, y que cuando se separaron, al menos en dos oportunidades él arribó a la madrugada al domicilio “borracho y drogado” y ella tuvo que “subirlo al auto y llevarlo hasta su casa”.
También contó que en una ocasión “me di cuenta de que había subido una foto de su miembro al estado de Whatsapp sólo para que la viera yo, porque a los otros contactos no les aparecía”. Algo similar relató una prima, que dijo que antes y durante su relación con Cion el joven le había enviado este tipo de imágenes a través de Facebook.
Además, se expusieron mensajes enviados por Rodríguez a Ciona través de distintas cuentas de esa red social, en los que la trataba de “vieja, trola, calentona”, la insultaba y le pedía que lo desbloqueara
Hostigamiento
En cuanto al crimen, un conocido dijo que el día anterior estaba en el auto de la policía junto a ella y sus dos hijitos, porque iban a un torneo, cuando se cruzaron con Rodríguez. Relató que al verlos, el joven se acercó y tomó del pelo a Cion.
Una amiga de ella recordó que el trágico domingo 12 de enero de 2020 Cion le pidió que fuera a visitarla, pero ella no pudo, y explicó: “Durante el último tiempo me venía pidiendo que vaya porque no quería estar sola, él la molestaba, se metía en la casa, la hostigaba”.
La testigo dijo haber sufrido violencia por parte de una expareja, y describió el hostigamiento como “no poder vivir tranquila, ya saber lo que te espera… que te peguen, te lastimen, te humillen”. “Ella me contó situaciones de sometimiento, me decía ‘no sabés la fuerza que tiene'”, recordó.
Consultada acerca de por qué no denunció, sí estaba al tanto de lo que sucedía, la testigo contestó que se arrepentía de no haberlo hecho. Y que entendía que Cion no había denunciado, porque de hecho ella misma fue víctima durante años y recién “denuncié el último día, cuando decidí dejarlo”.
Depresión
Profesionales de la salud que atendieron a la policía sanjavierina declararon que a mediados de 2019 ella presentó un cuadro depresivo agudo, lo que motivó que se tomara varias semanas de licencia de su trabajo como docente de primaria y policía. De hecho, se le retiró el arma reglamentaria, la cual le fue devuelta en septiembre, porque la junta médica determinó que estaba en condiciones de portarla. Menos de cuatro meses después la utilizó para asesinar a Federico Rodríguez.
Ese mismo año, a Cion le diagnosticaron migrañas, por las cuales recibía tratamiento, y fue evaluada porque tenía lagunas mentales. Estas cuestiones habrían estado relacionadas con situaciones de estrés.
Tras finalizar con los testigos de la defensa, culminó la etapa de declaraciones. Este lunes 5 de diciembre las partes realizarán sus alegatos finales, tras lo cual el tribunal deberá dar a conocer su veredicto.