Hotel Riviera: de la construcción modelo al cierre que entristeció a todo Venado
El cierre del Hotel Riviera generó mucha tristeza en toda la comunidad de Venado Tuerto, sentimiento que se sostiene hasta la actualidad por ver esa emblemática esquina, apagada, inmóvil, cuando supo ser un punto neurálgico del centro de la ciudad. Si bien las persianas permanecen bajas desde principios de este año, cuando se comunicó a una veintena de trabajadores esta decisión, en los últimos días, la angustia se acrecentó al ver cómo lentamente se va desmantelando con el retiro de todo el mobiliario, tanto de las habitaciones, como del bar, quedando incluso los huecos tras quitar los equipos de aire acondicionado. La esperanza de su reapertura cada vez parece más lejana, más aún sabiendo que se trata de un edificio antiguo y con algunos problemas estructurales.
El Hotel llevaba el nombre de Riviera desde la década del ’70, aunque su historia comenzó varias décadas antes, ya que el edificio fue inaugurado en 1941 (acaban de cumplirse 80 años), para mudar allí el Hotel Londres, que hasta ese entonces funcionaba en la esquina de Belgrano y Chacabuco, donde actualmente hay una casa de electrodomésticos. Este primer hotel fue construido por David Sinclair, un gran constructor inglés que llegó con el ferrocarril y se quedó en la ciudad, llevando adelante las obras más importantes de los orígenes, entre ellas la Estación de Trenes, además de estancias y hasta un barrio que llevaba su nombre.
“El primer Hotel Londres, que data de 1904, era muy grande, confortable, reconocido y recordado, y abarcaba toda la esquina de Chacabuco y Belgrano. Tenía una muy buena cocina que lo hacía refinado”, asegura el historiador Roberto Landaburu.
A mediados de la década del ’30, Delmo Machiavelli, junto a un hermano, compran el hotel y deciden construir un nuevo edificio, eligiendo la esquina de Belgrano y Alvear. “Esta nueva estructura, que persiste hasta la actualidad, fue desarrollada con óptima diagramación y arquitectura, era un hotel modelo para esa época. La obra se inauguró en 1941 y funcionó con ese nombre hasta la década del ’70, cuando pasa a manos de la cadena de hoteles Riviera”, recuerda Landaburu.
Según recuerdan, aquella inauguración fue todo un suceso para la ciudad, tratándose de una estructura moderna y en altura, algo infrecuente para la Venado Tuerto de entonces. Incluso ese mismo edificio, con muy pocos cambios, es el que se sostuvo hasta la actualidad. Sí hubo una modificación notoria en el sector del bar, o lo que antiguamente era el comedor del hotel, porque en principio no contaba con vidrieras tan grandes en sus laterales, sino que ese sector tenía paredes. Esto también muestra un aspecto propio de nuestra comunidad, dada la costumbre de la mayoría de los vecinos de elegir lugares que permitan ver al exterior y ser vistos por quienes transitan.
Ingleses e irlandeses
El nombre Londres no sólo surge porque el hotel había sido construido por un inglés, sino también porque los principales visitantes del primer establecimiento eran colonos ingleses e irlandeses, quienes fueron los iniciadores de Venado Tuerto. Uno de los puntos fuertes era el comedor, atendido por un chef francés, Simón Comet, quien también tenía un restaurante en las inmediaciones del ferrocarril.
En los albores de 1900 había otro hotel muy reconocido y confortable, el Hotel París, en la actual avenida Casey y 25 de Mayo, propiedad del francés Juan Dangos. Sin embargo no duró demasiado tiempo.
Además de los hoteles, Venado Tuerto contaba con fondas o fondines, cercanos al ferrocarril, centro neurálgico, social y popular de la ciudad. “Allí se podía pasar la noche, sobre todo para los inmigrantes que iban llegando, la gente que arribaba para hacer changas gracias al ferrocarril, que venía en búsqueda de nuevos destinos. Algunas de esas fondas también funcionaban como cabaret o casas de citas”, relató Landaburu.
La Belgrano del ’40
Ya para el año 1941, cuando se inaugura el nuevo Hotel Londres, la calle Belgrano adquiría un rol protagónico en la ciudad, convirtiéndose en un centro comercial y recreativo. Hasta aquel entonces, la calle central era la Juan B. Justo, que unía Rivadavia con el ferrocarril.
“Hasta la década del ’30, el ferrocarril tuvo un rol preponderante, hasta que empezaron a llegar los autos, quedando como calle céntrica ‘la Belgrano’. Para la década del ’40 la ciudad ya contaba con parque automotor, llegaban los colectivos, teníamos la ruta 8 que unía a Venado Tuerto con Buenos Aires, lo que provocó una modificación estructural del paisaje”, resaltó Landaburu.
Esquina emblemática
Hasta no hace mucho tiempo, el Riviera era uno de los hoteles emblemáticos de la ciudad. Contaba con 72 habitaciones que, principalmente los fines de semana, permanecían ocupadas. Sin dudas, era un hotel de referencia para quienes pasaban por Venado Tuerto, ya fueran empresarios, artistas, políticos o simplemente ciudadanos que elegían el Riviera para su estadía.
Este potencial que tenía el hotel, sumado al concurrido bar, convirtieron rápidamente a esta esquina en un punto clave de reunión, encuentro y recreación. La incorporación de otro local gastronómico enfrente (hoy también cerrado) generó un movimiento mucho mayor que se sostuvo en el tiempo.
Quienes vivieron la juventud en los ’80, ’90 y hasta el 2000, recuerdan esta esquina como el lugar para salir y visitar.
En los últimos años, con la apertura de otros bares en calle Alvear, entre San Martín y Belgrano, potenciaron mucho más ese sector que en algún momento se lo pensó como zona para bares, con proyectos que incluían decks, peatonalización y hasta expansión de las ochavas.
Los últimos días
En enero último se detectaron casos de coronavirus en un contingente de trabajadores temporarios proveniente de Santiago del Estero, que se alojaban en el hotel. Esto provocó que debieran cerrar sus puertas, al menos por 15 días, y aislar al personal. Cuando los trabajadores retornaron, cumpliendo con las dos semanas de cuarentena, se encontraron con “todo cerrado”, según relataron, tomando la decisión de quedarse en la vereda, cumpliendo allí su “jornada laboral”.
Esto motivó a que los titulares del hotel convocaran a los trabajadores a una reunión, donde se les informó la situación que atravesaban: se les había cortado el suministro de energía eléctrica por falta de pago y adeudaban varios meses de alquiler.
Más allá de que la pandemia fue el golpe final, la realidad adversa del hotel ocurría desde hace un par de años, en especial con el ingreso de los últimos administradores.
Personal sin acuerdo
El cierre del hotel y del bar dejó a varias personas sin su fuente de trabajo, algunos incluso con más de 30 años en la empresa. Si bien varios lograron un arreglo con los propietarios, una decena de ex empleados sigue a la espera de cobrar sus indemnizaciones.
“Somos unas 10 personas que estamos en juicio. Sólo arreglaron los de menos antigüedad, que habían ingresado en los últimos dos o tres años. El resto, con más de 10, 15 y hasta 30 años de trabajo, no llegamos a un acuerdo”, expresó uno de los damnificados. Y añadió: “Es un momento muy difícil, la mayoría está haciendo changas para subsistir”.
Más allá de que hoy atraviesen esta delicada situación, los ex empleados guardan recuerdos muy lindos de este hotel emblemático de la ciudad, porque “nuestros hijos se criaron ahí, otros se casaron en este lugar, hemos conocido a infinidad de personas, como actores, artistas, músicos, políticos, incluso tenemos un muy buen recuerdo de los anteriores propietarios que siempre nos trataron muy bien”.
Estrellas de paso
A través de la página de Facebook “Un viaje virtual al pasado de Venado Tuerto”, vecinos recordaron algunos de los ‘famosos’ que pasaron por la ciudad y se alojaron en este hotel: Tony Curtis, Amadeo Carrizo, Tato Bores, Rafaela Carrá, Silvia Süller, Carmen Barbieri, Los Nocheros, Luis Miguel, Raphael, María Martha Serra Lima, Palito Ortega, Sandro, Patricia Sosa, Mercedes Sosa, Violeta Rivas, Luis Aguilé, Raúl Alfonsín, Pimpinela, Alberto Castillo, Atahualpa Yupanqui, Sergio Denis, Los Iracundos, Doris del Valle, Zulma Faiad, Moria Casan, León Gieco, Raúl Porchetto, Marilina Ross, Federico Luppi, entre tantos otros.