Preocupación
Incertidumbre sobre el futuro de las obras del Monumento a la Bandera
Se cumplieron dos meses que los trabajos se paralizaron. Nación adeuda 400 millones de pesos.
Las obras de refacción del Monumento Nacional a la Bandera en Rosario vienen enfrentado dificultades debido a la falta de pago por parte del gobierno nacional. La empresa Dyscon SA, encargada de llevar a cabo la obra, advirtió que, si no se realizaba el pago adeudado a finales de febrero pasado, los trabajos se paralizarían. Finalmente, esta sucedió: el pago no llegó y la obra se frenó. Ya van dos meses del parate y todavía no hay novedades.
Según contó a El Litoral el titular de la firma, Mariano Schor, “todavía no hay ninguna novedad” con relación al pago adeudado. Por eso, “la obra sigue neutralizada”, por lo que en el corto plazo no hay novedades respecto al futuro de la continuidad de los trabajos y la incertidumbre crece.
En base a la explicación que le dieron al titular de Dyscon, el problema radica en que, desde que asumió el nuevo presidente, Javier Milei, el pago pasó al Ministerio de Economía. Pero, desde que se comunicó el traspaso, no hubo más mensajes ni avisos de pago.
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Schor da cuenta de que, si no se abona lo adeudado, los trabajos no van a continuar. Ante este escenario, no cuentan con otra herramienta como para tratar de reactivar los pagos, por lo que la medida más extrema ya la tomaron y es la de congelar todo.
Nación adeuda unos 400 millones de pesos por trabajos ya realizados. En base a lo que indican en el comunicado, la neutralización de plazos de una obra “es una alternativa existente en contratos de obra pública que se puede dar por diferentes motivos, como técnicos (imposibilidad técnica de ejecutar un tipo de obra, faltantes de materiales irremplazables en la misma, falta de defunciones referidas a cambios proyectuales, etc.) o contractuales (falta de recursos económicos), entre otros”, habían comunicado.
“El último certificado abonado a la empresa corresponde a agosto de 2023 (a valores de abril de ese año)” y que hay “atraso en las redeterminaciones de los certificados ya aprobados: la última aprobada corresponde al mes de abril de 2023”. “Cabe destacar que esto significa que a la empresa le están abonando con precios de hace 11 meses atrás”, seguía el comunicado que alertaba el freno de las obras.
Qué se hizo
En base a lo que viene informando la empresa sobre los trabajos ya realizados, se destacan relevamiento del estado del ala sur del Monumento y una prueba de limpieza. También fueron catalogadas las distintas patologías que encontraron los especialistas en restauración.
En la fase inicial, se les aplicó una serie de productos químicos para tratarlas. Se concretó un mapeo mientras que, a lo largo de este tiempo, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación visitó en reiteradas ocasiones el Monumento para inspeccionar las obras y seguir el paso a paso de cada uno de los avances.
En mayo se desarmó una de las ánforas ubicadas en el propileo del Monumento para evaluar su estructura y determinar las acciones de restauración. Se produjo un relevamiento y registro fotográfico de las esculturas Océano Atlántico y Río Paraná, y los altorrelieves y bajorrelieves en los laterales del atrio.
Se utilizó una técnica innovadora que les permitió a los técnicos marcar las patologías detectadas y establecer los criterios de intervención. Siguió una limpieza manual con toques artesanales con cepillos, pinceles y bisturíes del sector del altorrelieve llamado El Juramento de la Bandera de los Andes. Allí en la fachada sur, donde había un gran biodeterioro.
Se quitó depósito de líquenes (microorganismos que generan esa especie de pátina negra que se observa en las placas) y se implantó un biocida que eliminó esos microorganismos alojados en los poros del material. Una vez que actuaron las sustancias químicas, se realizó una limpieza al vapor para protegerlo.