El Parlamento de Indonesia aprobó una esperada revisión de su código penal que prohíbe y castiga el sexo extramarital tanto de ciudadanos como visitantes extranjeros.
Indonesia aprobó una ley que penaliza el adulterio
El nuevo código penal fue votado por los parlamentarios en una sesión plenaria, tras lo cual el presidente del Legislativo, Sufmi Dasco Ahmad, dio un mazazo para darlo por aprobado y gritó “legal”.
Grupos de defensa de derechos protestaron contra las enmiendas que supondrían un giro hacia el fundamentalismo en la nación de mayoría musulmana más poblada del mundo. Según los críticos esta modificación recorta libertades en el país asiático.
Al respecto, Yasonna Laoly, ministra de Justicia y Derechos Humanos, sostuvo:”Hemos intentado hacer lo mejor para acomodar las importantes cuestiones y las diferentes opiniones que fueron debatidas”.
“Sin embargo, es el momento de tomar una decisión histórica en las enmiendas del código penal y dejar atrás el código penal colonial que heredamos”, añadió.
Hace décadas que este país del Sudeste Asiático debatía una reforma de su código penal, que se remontaba a sus tiempos como colonia de Países Bajos.
Algunos de los artículos más controvertidos de la nueva legislación criminalizan el sexo pre y extramatrimonial, tanto si es tenido por ciudadanos como por visitantes extranjeros, así como la convivencia de parejas no casadas.
Existe miedo por cómo puede impactar estas nuevas reglas en la comunidad LGTBQI+ en Indonesia, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo no está permitido.
El portavoz del equipo encargado de esta ley en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Albert Aries, defendió las enmiendas y aseguró que estas nuevas reglas protegerían la institución del matrimonio.
También señaló que los actos de sexo pre y extramarital solo podían ser denunciados por el cónyugue, los padres o los hijos, lo que limita el alcance de la revisión.
Para grupos de derechos humanos, esta legislación supone un control de la moralidad y un giro hacia el fundamentalismo en un país largamente alabado por su tolerancia religiosa, cuya Constitución defiende el laicismo.