Juan Mateo Chulich, el secretario general del Sindicato de Choferes de Camiones de Santa Fe que responde a nivel nacional a Hugo Moyano, quedó involucrado en una escalofriante escucha telefónica. En una causa donde lo investiga un fiscal de la ciudad de Venado Tuerto por presuntas extorsiones y amenazas, el dirigente mantuvo un llamado con un preso de Piñero que le pide “bajar una moneda” para “cagar a tiros” a Sergio Aladio, el titular de Camioneros provincial, que es opositor.
Inquietante audio de un “pacto” entre dirigente camionero y sicario, surge de investigación con base en Venado
“Hola, ¿Juan? Cuchá (sic), tu número me lo pasó Seba Camaño. Nosotros somos los que le prendimos fuego el sindicato a Aladio. ¿Ahora vos querés que lo caguemos a tiros? Tenés que bajar la moneda, amigo. Bajá la moneda y lo cagamos a tiros al toque…Como la vez pasada. Vos sabés que bajás la moneda y lo hacemos al toque. Después nos comunicamos bien. Bajá la moneda y le hacemos lo que vos quieras, como siempre”, le dijo el 20 de septiembre del año pasado un recluso aún no identificado desde uno de los pabellones de la cárcel de Piñero a Chulich, cuyo teléfono estaba intervenido.
-Hola
-Hola, ¿Juan?
-Sí, quién habla.
-Cuchá, tu número me lo pasó el Seba Camaño.
-Sí, quién, ¿Quién habla?
-Cuchame. Nosotros somos los que prendimos fuego al sindicato de Aladio. ¿Ahora vos querés que lo caguemos a tiros? Tenés que bajar la moneda amigo, bajá la moneda y lo cagamos a tiros al toque… como la vez pasada, vos sabés que bajás la moneda y lo hacemos al toque.
-Pero…
-Después hablá… Nos comunicamos bien, bajá la moneda y le hacemos lo que vos quieras, como siempre.
-Listo, listo.
La comunicación fue detectada por la Agencia de Investigación Criminal y el fiscal Iván Raposo de Venado Tuerto, quien había pedido intervenir el teléfono del dirigente cercano a Moyano. El origen de la causa fue una denuncia que radicó el 29 de junio del año pasado un afiliado de esa ciudad del sur santafesino, quien aseguró que había sido amenazado para desafiliarse de la obra social de Camioneros a nivel provincial para ser traspasado a la nacional.
En la presentación judicial, la víctima indicó que había sido intimidada por personas que sostenían ser de parte de Chulich y Moyano, quienes le decían que le iban a dar de baja coberturas médicas si no pasaba de la obra social provincial de Camioneros a la nacional.
De la comunicación entre el preso y Chulich aún no se pudo establecer si efectivamente hubo un ataque incendiario cerca de septiembre del año pasado –tal como da a entender el recluso– a sedes de camioneros que responden a Aladio, dirigente opositor. Sí ocurrió uno, pero fue en noviembre de 2017, cuando sospechosos arrojaron cubiertas quemadas a la puerta del gremio que está situado en Pasco al 1000, en barrio Abasto.
La llamada entre el dirigente moyanista y el interno de Piñero tampoco se pudo vincular por el momento con alguna balacera entre septiembre del año pasado y la actualidad.
Lo concreto es que el fiscal Raposo avanzó en la investigación e imputó por amenazas coactivas a Juan Mateo Chulich, presidente de la obra social nacional de Camioneros de Santa Fe y del Sindicato de Choferes de Camiones, y a su hijo Lucas, que es el referente del gremio moyanista en el departamento General López, donde tiene asiento Venado Tuerto.
Pero esa mecánica intimidatoria no solo habría ocurrido en Venado Tuerto. El año pasado, el fiscal Mariano Ríos Artacho de Rosario allanó la sede que tiene la obra social nacional de Camioneros en la ciudad ante cuatro denuncias similares de afiliados del gremio provincial, quienes habían manifestado extorsiones para ser obligados a traspasarse al gremio moyanista.
En la investigación que se tramita en Rosario y aún no tiene imputados, los denunciantes señalaron que desde que comenzaron a ser amenazados tuvieron inconvenientes para conseguir medicamentos para familiares con discapacidades o con enfermedades. E incluso aseveraron que fueron afiliados a la obra social nacional de Camioneros “sin su consentimiento” y que comenzaron a pagar más caras las prácticas que realizaban.