De este modo, una serie de ensayos de la ciencia contemporánea les dio la razón a los pueblos originarios. El uso etnomedicinal de esta planta es bien conocido en la medicina popular y los primeros informes escritos se remontan a las misiones jesuitas en el siglo XVI, describiendo su uso por las tribus aborígenes (guaraníes del noreste de Argentina) como un tratamiento digestivo, antiulceroso y para el dolor, y para tratar mordeduras de serpientes.
Investigadores argentinos prueban la eficacia del laurel amarillo contra el veneno de yarará
Los hallazgos fueron publicados recientemente en inglés en la revista “Journal of Ethnopharmacology”. La investigación fue realizada por Ana María Torres, Gonzalo Adrián Ojeda, Emilio Angelina, Soledad Bustillo, Nélida Peruchena, Loris Tonidandel, Roberto Larcher, Tiziana Nardin y Eduardo Dellacassa.
Salud pública
La mordedura de serpiente venenosa sigue siendo un importante problema de salud pública en muchas regiones del mundo, particularmente en áreas rurales que carecen de instalaciones médicas; se estima que cada año se producen 5,4 millones de mordeduras de serpientes. En la región nororiental de Argentina, la tasa de estos casos asociados a accidentes ofídicos se encuentra por encima de la tasa promedio del país. El género Bothrops (víboras yararás) es responsable del 97 % de los casos, siendo la yarará chica oriental (B. diporus) la especie reportada con mayor frecuencia.
El veneno de serpiente es una mezcla compleja que comprende de 50 a 200 componentes que pueden presentarse en múltiples isoformas de proteínas y péptidos. Estas enzimas han sido implicadas como responsables de los efectos locales y sistémicos del veneno. Los síntomas locales incluyen hinchazón, hemorragia, ampollas, hematomas y necrosis.
La administración de suero antiveneno heterólogo es el tratamiento estandarizado para la intoxicación por veneno; sin embargo, los efectos secundarios podrían ser significativos. Sumado a esto, el suero antiveneno tiene baja efectividad sobre los efectos locales producidos por el veneno inmediatamente después de la picadura; también requiere condiciones especiales de almacenamiento y personal calificado para su aplicación.
Terapia con plantas
Existen varios estudios sobre plantas con propiedades alexitéricas, centrándose en la capacidad de aliviar síntomas como dolor, sangrado, inflamación, infección o incluso intoxicación. Los informes sobre la medicina indígena de América Central y del Sur contienen referencias al uso de varias especies de plantas de la familia Lauraceae, incluidos los géneros Nectandra y Ocotea, en la terapia de infecciones de los sistemas genitourinario, gastrointestinal y broncopulmonar. Además, se han utilizado en el tratamiento de mordeduras de serpiente, dolor de muelas, reumatismo y otros trastornos inflamatorios.
En particular, Nectandra angustifolia, popularmente llamado “laurel amarillo”, “laurel de río” o “aju’y hû”, es una especie nativa de América del Sur, predominantemente en el noreste de Argentina, Brasil y Paraguay.
Etnofarmacología
Los extractos de plantas constituyen una mezcla compleja de compuestos con una variedad de actividades farmacológicas. Un amplio grupo de compuestos han sido reportados como agentes neutralizantes efectivos contra diferentes especies de Bothrops.
Entre estas especies químicas, los compuestos polifenólicos han sido ampliamente estudiados debido a sus beneficios biológicos. Los flavonoides involucran un grupo de compuestos naturales con estructuras fenólicas variables y muchas propiedades bioquímicas, entre las cuales su actividad antioxidante es la mejor descrita.
Existen algunos reportes sobre las propiedades alexitéricas de los flavonoides contra especies de Bothrops, y específicamente contra el veneno de la yarará chica oriental. Sus efectos antiinflamatorios también son de particular interés ya que podrían ser los responsables del efecto local de los extractos de plantas en el tratamiento de las mordeduras de serpientes. Entre los flavonoides, la quercetina y sus derivados han sido señalados como compuestos con varias actividades biológicas, incluyendo efectos antiinflamatorios.
Efecto antiinflamatorio
La investigación científica de las plantas utilizadas en la medicina tradicional es un tema de creciente interés como forma de identificar nuevos agentes antiinflamatorios que eviten los efectos secundarios que pueden ocurrir al usar varios antiinflamatorios comerciales a largo plazo.
En ese contexto, el potencial del uso de plantas del nordeste argentino para la bioprospección de principios activos en biomedicina dio lugar al desarrollo del proyecto “Agregado de valor a biomasa del NEA rica en polifenoles. Evaluación de sus efectos benéficos para la salud y modelado sobre blancos moleculares”.
Pese al difundido uso de esta planta con fines medicinales, ni la caracterización química de su extracto ni sus propiedades biológicas habían sido reportadas por pruebas biológicas in vitro.
Se trata de una iniciativa aprobada por la Agencia Nacional de Promoción de Ciencia y Tecnología y complementado por la línea del “Pue Conicet”. Dentro de esa línea de investigación, se llevó a cabo un estudio específico para evaluar la actividad antiinflamatoria del extracto etanólico del laurel amarillo, previo al estudio de su capacidad anti veneno de yararás.
Este trabajo fue realizado de manera conjunta por el “Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas” de la Facultad de Medicina (Libim), liderado por la Dra. María Victoria Aguirre, y el “Laboratorio de Productos Naturales”, a cargo de la Dra. Ana María Torres, ambos laboratorios integrantes del Instituto de Química Básica y Aplicada del Nordeste Argentino (Iquiba).
Para el estudio se obtuvieron y caracterizaron componentes bioactivos a partir de un extracto etanólico de Nectandra angustifolia (Laurel amarillo), en relación con su fitoquímica, comprobándose actividad antiinflamatoria en modelos in vitro e in vivo.
“El estudio muestra por primera vez que el extracto etanólico de Nectandra angustifolia tiene un alto contenido de flavonoides y que posee propiedades biológicas antioxidantes y antiinflamatorias como lo demuestran los análisis multiparamétricos de ensayos in vitro y un modelo in vivo de inflamación”, destacaron los investigadores.
En el marco de este trabajo se destacan los aportes del bioquímico y tesista Leandro Adrián Ferrini; del Dr. Juan Pablo Rodríguez, de la Dra. Gabriela Olea y del Bioq. Juan Pablo Melana, pertenecientes al Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas (Libim) de la Facultad de Medicina, y del Dr. Gonzalo Ojeda y de la Dra. Gabriela Ricciardi, pertenecientes al Laboratorio de Productos Naturales “Ing. Armando Ricciardi”.
En tanto, respecto a las perspectivas de la línea investigativa sobre plantas utilizadas en la medicina tradicional, la Dra. Aguirre consideró que “la misma resulta de fundamental importancia para proveer de bases científicas que validen el uso ancestral de la etnofarmacología regional y sus posibles aplicaciones biotecnológicas”.