Jeannot: “Nos pusieron en la disyuntiva de incumplir el decreto o echar gente”
Este sábado el Ministerio de Seguridad provincial dispuso un nuevo operativo para verificar el cumplimiento de las restricciones de circulación y de los horarios de funcionamiento de los negocios del rubro gastronómico, siendo notificados siete empresarios del rubro por trabajar con público dentro del local después de las 19. Todos ellos fueron notificados y citados, por orden de la Fiscalía, para abrirles causas por infracción a los artículos 205 y 239. Idéntica situación se había dado el viernes con cinco negocios del centro venadense. Cabe acotar que la mayoría de ellos sufrieron actas de infracción por duplicado (viernes y sábado).
Uno de los que recibió la doble visita de los inspectores es Darío Jeannot, con bar y restaurante sobre calle San Martín, quien justificó que “la actitud que tomamos algunos gastronómicos este fin de semana fue consecuencia de la desesperación que genera la opción de incumplir el decreto provincial o despedir empleados, o bien cerrar directamente el negocio, como ya sucedió en numerosos casos en Venado en los últimos meses. No hay ningún tipo de respuesta oficial, no hay un horizonte claro hacia dónde vamos y la situación ya no da para más”, resumió.
Además, el ex jefe local de la Anses exteriorizó su disgusto por la “evidente discriminación” hacia el sector de la gastronomía respecto del resto de los sectores de la producción y el comercio que sí pueden trabajar.
“A nivel nacional, 11 mil establecimientos gastronómicos y hoteleros debieron cerrar y eso significa más de 100 mil personas que quedaron en la calle. Parece que (los gastronómicos) somos los culpables de todos los males en la cadena de contagios, pero nadie puede aseverar dónde se producen -los expertos sospechan que ocurren en las reuniones sociales del ámbito privado-, y lo cierto es que en su momento, con los bares cerrados los casos positivos de Covid-10 no se detuvieron, aunque ahora por suerte empezaron a disminuir”.
En este sentido, recordó que “los dos primeros fines de semana del mes se implementaron restricciones muy similares a una fase 1, pero la Policía no controló y todo el comercio, como es comprensible, trabajó casi con normalidad. No entendemos entonces porqué son tan severos ahora con la gastronomía”, interrogó.
“Una cosa increíble”
Consultado sobre la respuesta del público, Jeannot destacó que “ante la extensión de los horarios de apertura de bares y restaurantes, la gente respondió de la mejor manera, más allá de que la policía ingresó en los locales a labrar las actas de infracción, en algunos casos con despliegues desmesurados”. Y amplió: “A nosotros nos acorralaron, nos dejaron sin opción. Es inadmisible que por querer trabajar con todos los protocolos sanitarios, haya que soportar aprietes policiales y citaciones de fiscales, es una cosa increíble”, rezongó.
“No creo que haya sido una minoría la que decidió trabajar hasta las 23. Me animo a decir que de los pocos negocios gastronómicos que vamos quedando en pie, somos las dos terceras partes los que decidimos trabajar”, estimó el abogado, acotando que la decisión de ampliar el horario era por el viernes, sábado y domingo de esta semana -los tres días de mayor actividad en el rubro- y que desde este lunes hasta el jueves seguirían hasta las 19, para retomar hasta las 23 a partir del viernes venidero.
“Soy consciente de que ser concejal significa una responsabilidad mayor al momento de adoptar esta clase de determinaciones de repercusión pública, aunque sea en el ámbito privado, pero confío que la ciudadanía sabrá comprender, porque nos pusieron en la disyuntiva de hacer lo que hice o echar gente. No tenía margen, nos acorralaron, por eso actuamos como actuamos este fin de semana”, reveló el concejal del monobloque Venado Renace.
“Tenemos más de 20 familias cuya economía hogareña depende directamente del trabajo en nuestro negocio, además de otros tantos de vínculo indirecto, y yo me siento responsable de esa situación”, completó Darío Jeannot, dispuesto a enfrentar las consecuencias de la transgresión de una normativa cuya legalidad, como es obvio, reconoce, aunque cuestiona con vehemencia su legitimidad, en sintonía con la mayoría de sus colegas del comercio gastronómico venadense.