José Julio Marinelli, un obrero y artesano del sonido
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Quienes lo conocen, lo definen como un gurú en el armado y operación de sistemas de sonido profesionales, operación de consolas, ecualizadores, procesadores digitales de señal de audio, compresores, limitadores, entre otros elementos vinculados al mundo de la música. De todos modos, José Julio Marinelli (66), no deja de ser un auténtico trabajador del sonido, sin perder su esencia.
Autodidacta y experimentador, entró a este mundo a fines de 1976 después de terminar la colimba, para más tarde, en 1982, poner a andar su propio proyecto, conocido hasta la fecha como “Audi Set”, donde fue pionero en tecnología de grabación en todo el norte de la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fe.
“El estudio de grabación no era algo muy usado en ese entonces. Me invitaron y ahí empecé, con equipos a válvula. Fui creciendo hasta tener mi propia empresa de sonido, haciendo trabajos para otras personas y en el 92 me instalé en Carreras, desde donde trabajo hoy”, sostuvo en diálogo con Sur 24.
Para Marinelli, ser un “buen sonidista” llegó de la mano de la buena atención del trabajo que hacía. “Con un profesional o uno que recién se inicia, tanto operando o grabando, en ambos casos me involucro en el proyecto y me hago parte. Es de la persona que me contrata, pero también mío”, graficó.
“Soy un músico frustrado –insiste entre risas-. Como no pude fui sonidista. Siempre hice sonido y salió bien, teniendo en cuenta que nunca estudié. La propia dedicación que le brindaba hacía la diferencia. Las cosas que tuve fueron de buen estándar y las hacia rendir”.
Su primer empleo, fue con el histórico grupo de folclore entrerriano “Los Hermanos Cuestas”, y lo hizo con sus queridos equipos valvulares. “Era una cena para 600 personas en un galpón. Se usaban cuatro micrófonos. Dos para los cantantes, uno para dos guitarras y otro para el acordeón”, recordó.
Desde ahí, pasó a las tareas con transistores y así dio saltos hasta llegar a las consolas digitales: “Igual, prefiero las consolas analógicas, porque son más cálidas al oído. Lo digital es lindo, cómodo, pero en el sonido no hay grandes cambios para mí”.
En su currículum extenso, aparecen muchos grandes artistas que en esos años no llegaban al interior con operadores, según cuenta Marinelli. “Trabajé con Horacio Guaraní, Los Carabajal, Los Manseros Santiagueños, León Gieco, Víctor Heredia, Domingo Cura y Cacho Tirao, entre otros. Me quede con las ganas de hacerle sonido a Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui”, admitió.
Luego, agregó que operó para artistas en el escenario mayor de Cosquín y que por si fuese poco en su currículum, el cuarto o quinto LP (no recuerda con exactitud) de Los Palmeras, se hizo en sus estudios en San Nicolás, cuando Martín Robustiano “Chani” Gutiérrez era el productor del grupo de cumbia santafesino.
“Tengo apertura total a los géneros para trabajar porque hice de todo. Y a cada trabajo lo disfruté. A ninguno lo sufrí. A todos los hice porque me gustaron. De hecho, siempre hice lo que me gusta. Sentí pasión y compromiso para hacerlo. Por eso anduve en toda la zona, muchos lugares del país e incluso Uruguay y China”.
Formador de formadores
José Julio, se siente orgulloso de haber formado trabajadores y de nunca haberse guardado conocimientos: “Todo el que quiso aprender conmigo, lo logró. A enrollar un cable u operar. Tuve hasta una persona sorda a la par, que no tenía los pabellones de la oreja formados y los orificios tapados. Aprendió a escuchar y pasaba música. Siempre me gusto enseñar porque así aprendo yo también”.
Actualmente, está enfocado en la dirección de la “FM Estación Carreras”, 88.7, proyecto que fue reflotado durante la pandemia y desde donde opera los controles. “Eso me mantiene con ganas, porque de a poco me voy retirando. En el estudio de grabación, ahora selecciono a los artistas con quien grabar”.
Y continuó: “Al trabajo lo tomé como una profesión sin tener en cuenta lo que me iba a generar el dinero. Por eso me quedé en Carreras, porque es el lugar donde nací, me gusta el pueblo, la gente y vivo muy tranquilo”.
Se reconoce admirador de Jorge “portugués” Da Silva, quien fuera sonidista de los míticos estudios ION y parte del ciclo “Encuentro en el estudio”, con Lalo Mir. “Me quisieron llevar de operador a ION donde estaba el ‘portugués’, pero yo no quise. Lo conocí a Da Silva, que admiraba como técnico y desde entonces como persona. Me sentí identificado porque me enseñó un montón de cosas cuando pude conocerlo. No debe haber alguien tan reconocido como él”.
Además, valora el desempeño del operador de Jorge Rojas, Pablo Chapur, en quien ve ciertos criterios de trabajo parecidos a los suyos. “El sonido que busca es cristalino y cálido, no penetrante que golpea, pero que llena. Se escucha todo, no hace mal. Me decían en los festivales por ejemplo que mi sonido era lindo porque podían seguir hablando con el que está al lado y escuchar a la vez la música”, agregó.
Por último, reflexiona: “La mejor paga que tuve a lo largo de los años es la cantidad de amigos incondicionales que tengo. Eso me dio una alegría inmensa mucho más que cualquier plata que podría haber ganado”.
En un lugar impensado
Convocado por el productor Carlos Klavins en diciembre de 2008, partió a la República de China donde estuvo un mes trabajando con una compañía de tango conformada por 30 artistas, 18 bailarines, 6 músicos y 2 cantantes. Tuvo bajo su responsabilidad el sonido de los espectáculos, operando los equipos técnicos más avanzados del mundo. Recorrió las ciudades de Shanghai, Fuzhou, Suzhow, Jiaxing, Huzou, Dalian y Ningbo, con shows en los más grandes e importantes teatros de cada una de estas ciudades chinas.[/vc_column_text][vc_gallery type=”flexslider_slide” interval=”3″ images=”32680,32681,32682,32684,32685,32686,32687,32688,32689,32690,32691,32692,32693,32694,32695,32696,32697,32698,32699,32700″ img_size=”full”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/6″][/vc_column][vc_column width=”1/6″][/vc_column][/vc_row]