Historia y actualidad
Nueva biografía de Julio Argentino Roca, una figura que dejó huella
La investigación, a cargo de Miguel Ángel De Marco, analiza a Roca como estadista y constructor de la Argentina moderna. Es posible, al mismo tiempo, trazar un paralelismo con la actualidad argentina.
(Por Juan Ignacio Novak) - La figura de Julio Argentino Roca todavía es, a poco de cumplirse 110 años de su fallecimiento, depositaria de fuertes controversias, sobre todo por la iniciativa conocida como la “campaña del desierto”. Sin embargo, hay consenso respecto al papel fundamental que ocupó en una generación de políticos que lograron sentar definitivamente las bases de la Argentina moderna. En su libro biográfico titulado sucintamente con el apellido del prócer y publicado hace pocos días por Emecé, el historiador Miguel Ángel de Marco se propuso escribir una biografía “integral” sobre el personaje. Que, a su criterio, no existía hasta ahora más allá de varios estudios muy meritorios.
Gentileza Emecé
Lo que detectó De Marco, no sin cierta sorpresa, es que en el caso de Roca casi todos los libros centrados en su vida se detenían en el momento en que iniciaba su acción política más intensa. Mientras que sobre otras figuras más o menos contemporáneas la bibliografía era mucho más profusa en tal sentido. “Intenté hacer una biografía que llegue a todos los públicos, en el libro no hay grandes expresiones eruditas”, señaló el autor en diálogo con este medio.
A pesar de los esfuerzos de los próceres que ocuparon el sillón de Rivadavia en los años previos, durante lo que se conoce como las presidencias fundacionales, hacia finales de la década de 1870 el país se semejaba al diseño de un albañil desprolijo. Había unas cuantas ciudades más o menos importantes dispersas en el territorio, pero la carencia de un sistema de conexión acorde a las necesidades era evidente. Faltaba un orden, que necesariamente tenía que provenir del poder central. En ese marco, un joven Roca inició la expedición militar que terminó de definir las características del actual territorio argentino y que dio pie a tantos cuestionamientos por su feroz avance en territorios dominados por los aborígenes.
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Al respecto, De Marco insiste en la necesidad de no apelar a categorías del presente para abordar hechos pasados. “En ese momento, se vivía una realidad de malones que realizaban ataques constantes a las poblaciones, había cautivas y una cantidad de atrocidades que para la gente de aquella época eran inadmisibles. Además, era necesario avanzar sobre los enormes espacios vacíos del territorio no solamente con el propósito de establecer, digamos, elementos civilizatorios propios del siglo XIX, sino también por razones limítrofes”, expresó el historiador. El libro pone de manifiesto cómo Roca advirtió la necesidad de garantizar la integridad del territorio. Por eso, durante su primer gobierno, tiende a asegurar la Patagonia, territorio en permanente litigio con Chile.
Un mensaje para el presente
En su primer tramo en el sillón de Rivadavia, Roca unificó el sistema monetario, construyó puertos, ferrocarriles y edificios públicos y dio continuidad al legado de Domingo Faustino Sarmiento para promover la educación. Más adelante, volvió a ser presidente en 1898. Esta vez, introdujo reformas como la conscripción obligatoria. Pero pronto percibió que el país ya era otro.
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“Fue advirtiendo con el paso del tiempo que su fuerza iba perdiendo vigor, que él mismo no era reconocido por todos como líder de su espacio. Y que iba camino a un fracaso final y a una especie de demolición de todo lo que había realizado si no tomaba una decisión”. Eran tiempos en que nacían otras fuerzas políticas, que iban a jugar roles significativos en el siglo XX. Entonces, al completar su segunda presidencia en 1904, se retira de la vida pública y deja que otros continúen con la tarea. Un gesto que lo ennoblece a la luz de los personalismos y mezquindades que guían la actual política argentina.
Otro linkeo que se puede hacer con la actualidad, tiene que ver con la constante reivindicación que el actual presidente Javier Milei realizó respecto a Julio Argentino Roca. De Marco traza un matiz, porque indica que si bien el “Zorro” era liberal, jamás hubiera acoplado a la idea de un liberalismo anárquico, sin cabeza. “Justamente una de las preocupaciones más grandes de Roca era que el Estado fuera firme, poderoso en sus instituciones y que las riendas de la vida del país estuviera guiada por un estado bien preparado, con una buena burocracia estatal. No con empleados que sobrasen, sino con empleados que supiesen”, indicó.
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Roca sigue despertando pasiones encontradas, y como señala De Marco, es necesario analizarlo con una mirada amplia, que no se quede en la condena fácil ni en la glorificación sin matices. Lo que está claro es que su figura, más allá de las controversias, dejó una huella en la historia argentina. Una historia que sigue siendo revisitada, discutida y reinterpretada.