La herencia de Alberto y Cristina
La crisis que deja Massa y está por delante de la gestión Milei
La magnitud del descalabro macro es mayúscula. La reacción de los mercados tiene como contracara la incertidumbre que plantea el temple político de Milei.
Javier Milei dijo anoche -y ratificó esta mañana- que es “una canallada” el intento de hacerlo responsable de lo que suceda con la sociedad y los mercados a partir del resultado electoral. El fallido candidato y aún ministro de Economía busca “tomar licencia” (eufemismo para no renunciar) mientras la realidad comienza a pasar factura de la campaña que Sergio Massa financió con arcas públicas (2% del PBI) que ya estaban agotadas.
En el pre-mercado de esta mañana las acciones argentinas en dólares subieron en Nueva York. Es una manera de los inversionistas financieros de señalar su celebración por el resultado de las urnas; también es la forma de cobertura que tienen ante lo que será una transición turbulenta en materia económica, por la herencia que esta vez el gobierno entrante marcará con beneficio de inventario.
Milei dijo que hay US$90 mil millones equivalentes de deuda en pesos que afrontar en 2024 y otros US$20 mil millones con el FMI; el organismo de crédito es el menor de los problemas. Cristalina Giorgieva ya anticipó que buscará “salvaguardar la estabilidad económica de la Argentina”, al saludar en redes al nuevo mandatario.
El presidente electo no dio señales -no lo hará de inmediato- sobre su equipo económico y su plan. Sí ratificó que no se levantará el cepo hasta que no se resuelva la deuda de las Leliqs, que es de $23 billones (léase 23 millones de millones). Hay que decirlo claro: el patrimonio de los bancos está en pesos, resguardados en esa especie. Y es la contracara de la supuesta dolarización, que no será inmediata ni mucho menos.
Milei ha adelantado apenas que habrá un shock fiscal, que el ajuste no lo paga la gente sino la política. Emilio Ocampo -futuro presidente del Banco Central- dijo que no cerrará la entidad pero que dejará de emitir para financiar al Tesoro. Enfrente, Miguel Pesce y Raúl Rigo son la contraparte de la transición en la huida del derrotado candidato oficialista.
Cristina Fernánde se va a Nápoles a explicar por qué fracasa la democracia; Alberto Fernández va a la India en su último vuelo con el nuevo avión presidencial; el ministro de Economía no quiere seguir. Gabriel Rubinstein es más digno: negó su renuncia. Son días decisivos hasta el 10 de diciembre y recién allí empieza el desafío.
¿Cuál es la herencia? Además de 50% de pobres y 10% de indigentes, datos que el mandatario electo destacó en su primer discurso, Milei tiene por delante un déficit fiscal primario de 3% del PBI y uno financiero (incluyendo pago de deudas) del 5%. Las tarifas de servicios públicos están atrasadas; los impuestos se adelantaron y los gastos crecieron por encima de la recaudación. Los sueldos perdieron 2% y las jubilaciones 9% sólo en 9 meses.
“La dinámica de ajustes sin corregidor desequilibrios de stocks puede ser letal”, advirtió Javier MIlei. No se hará cargo de esos desequilibrios; es su advertencia al Massa que busca escabullirse de la transición.
Alberto Fernández deja una deuda de más de US$ 400.000 millones, -el máximo histórico- y el riesgo país alcanza 2421 puntos. No hay financiamiento externo y el mercado en pesos es el que expresan las Leliq’s que Milei busca solucionar.
Vuelve este mes la inflación de dos dígitos y no hay precios en una Argentina sin moneda. A la velocidad presente, el Índice de Precios al Consumidor viaja al 300% anual. La tasa de interés para plazos fijos -efectiva anual- es de 253,31% y queda por debajo de la inflación.
El Banco Central está quebrado; las reservas netas son negativas en unos US$12.000 millones y hay deudas con importadores por unos US$ 40.000 millones (hay quien las calcula por encima de US$ 50 mil millones). La balanza comercial lleva un déficit de 7.396 millones en 10 meses. Las importaciones administradas mantienen a la economía sin insumos ni precios, lo que afecta a la actividad. La producción industrial cayó 3,6% en septiembre.
El cepo mantiene la brecha entre dólares financieros y el oficial, en poco menos de 150%, una cifra que mañana, con el retorno de los mercados financieros, volverá a crecer por las pretensiones dolarizadoras de los actores financieros.
Por delante de la gestión Milei está el descalabro descomunal que deja el Frente de Todos. ¿Es Milei un piloto de turbulencias? Promete 40 años de recuperación para que la Argentina vuelva a ser líder en el mundo; antes -mucho antes- tiene que demostrar un temple y una capacidad de diálogo que hasta ahora no ha sabido exhibir.
Dolarización, ley de ministerios, reformas del BCRA, reforma del Estado, Emergencia Económica, reformas laboral y tributaria. Son todas materias que no se resuelven por decreto sino por ley. Milei tiene 40 diputados propios y 8 senadores nacionales, si es que la garrocha no achica esos números. Y la sociedad estratégica con el ala derechista del PRO no le augura masas críticas para sancionar normas, menos aún con parte del radicalismo (Gerardo Morales, Evolución) advirtiendo que serán oposición.