(Por Nancy Balza) – Los padecimientos en salud mental quedaron expuestos, podría decirse que en carne viva, con la pandemia por Covid-19. Aumentaron las consultas y se visibilizó esta otra forma de sufrimiento que, a la vez, genera una mayor demanda de atención por parte de profesionales especializados.
La demanda en salud mental se duplicó en adultos y se triplicó en infancias y jóvenes
Esa demanda fue medida en el mundo y en ese marco se conocieron recomendaciones, por ejemplo, de la Organización Panamericana de la Salud. Pero también hay cifras a nivel local.
El Litoral dialogó con Celina Pochettino, directora de Salud Mental de la provincia, para tener una aproximación a un tema complejo que no distingue entre personas adultas e infancias y juventudes, aunque requiere de diferentes abordajes. Y que tiene al suicidio y los consumos problemáticos como ejes indiscutibles.
– En materia de salud mental, ¿todavía seguimos hablando de post pandemia?
– Podríamos decir que estamos atravesando las consecuencias de la pandemia. La pandemia tuvo un impacto claro en la salud mental de la población, no solo en Santa Fe, sino en el mundo y en la región. Hay estimaciones de un aumento de por lo menos un 25 % más de padecimientos graves en salud mental según datos de la Organización Mundial de la Salud. Pero es una estimación que tiene su interpretación regional: tenemos números que nos preocupan y nos ocupan porque venimos registrando, en las atenciones de urgencia por guardia, un aumento del 100 % en adultos, es decir que se duplicaron, y de un 250 % a 300 % en niños, niñas y juventudes. Por lo cual los números que nos alertan son los de nuestros equipos de guardia.
– Es así, creo que falta mucho aún pero claramente la pandemia ha permitido poner en agenda el problema. Porque atravesar el aislamiento que implicó la crisis sanitaria para cuidarnos nos puso en la paradoja de tener que hacer todo lo contrario de lo que es necesario para cuidar la salud mental, como sostener los lazos sociales y la cercanía con el otro. Los problemas de salud mental tienen que ser una política central en el marco del área específica pero también con una mirada interministerial.
Una de las cuestiones muy importantes es que la provincia tiene un Plan de Salud Mental con resolución ministerial que incluye los ejes prioritarios que se consultaron a las cinco regiones de la provincia, a referentes de salud, universidades, sindicatos, usuarios. Las estrategias de construcción y dispositivos las estábamos orientando ya a este plan que esperamos que nos trascienda y se apropien todos y todas (tiene vigencia hasta el año 2028). Con muy buena trayectoria los equipos de urgencias que se sumaron a las guardias de los Hospitales Generales, han permitido atención de calidad, mejor recepción ante la emergencia y formación del personal de salud no especializado.
En marzo inauguramos en Rosario un centro territorial de salud mental que es, para nosotros, un dispositivo necesario para la atención primaria y general. Para la ciudad de Santa Fe tenemos dos centros proyectados, uno en el viejo Hospital Iturraspe, hoy centro oncológico, y otro en el Mira y López. En esta tarea estamos acompañados por la Organización Panamericana de la Salud. Siempre teniendo en cuenta que la política interministerial es clave para el abordaje de las complejidades de la salud mental.
– Cuando señalamos el aumento de la demanda en adultos y del 250 % de incremento en niños y jóvenes, ¿de qué padecimientos estamos hablando?
– Nosotros elegimos hablar de crisis subjetivas. Ese número tiene que ver con la situación de urgencia subjetiva y responde a una descompensación, intentos de suicidio, a las consecuencias de algunas violencias y a consumos problemáticos. Son los modos de presentarse del sufrimiento de esta época en las guardias y son los números de Santa Fe; el 25 % que mencionaba antes surge de un relevamiento que hace la Organización Mundial de la Salud en post pandemia.
Estos números son de las presentaciones en las guardias. Eso nos señala varias cuestiones, por un lado la necesidad de fortalecer el primer nivel para acompañar estas situaciones antes de que lleguen a una crisis. Y también la importancia de fortalecer la política de infancia y juventud en articulación con educación, desarrollo social y cultura, que son patas estratégicas y claves para la prevención de las violencias y de los sufrimientos de las infancias. Todo esto además del acompañamiento a las infancias más vulneradas.
De suicidio también se habla
El modo de presentarse el sufrimiento en los jóvenes nos ha llevado a diseñar junto con Unicef distintas estrategias de acompañamiento escolar para la atención temprana. Para eso se eligieron escuelas de las cinco regiones de la provincia en un trabajo que tiene que ver con la prevención del suicidio porque consideramos necesario tener una política concreta en esa materia.
En esta tarea estamos acompañados por el Programa Nacional de prevención del Suicidio y con un despliegue para los equipos de salud y de mesas interministeriales en cada territorio, porque cada uno atraviesa esta problemática de una manera distinta y es necesario contar con el involucramiento de los actores de la sociedad civil y de otros ministerios para la construcción de mesas de trabajo para la prevención, atención y posvención de la problemática.
– Días atrás se conocieron datos del MPA referidos a suicidios para el área metropolitana de Rosario. Es un tema que preocupa y del que claramente no se hablaba con la misma apertura un par de años atrás.
– Nosotros decimos que hablar es una manera de cuidar en salud mental. El suicidio históricamente fue un tema tabú y hay una forma de abordarlo incluso en los medios de comunicación de manera responsable; sabemos probadamente que eso genera posibilidades de prevenir y señalarlo a tiempo. Es importante establecer criterios de cuidado y que la comunidad esté atenta al padecimiento y al sufrimiento de cualquier familiar o referente afectivo.
Desde el Ministerio de Salud, con el área de Epidemiología y el área de estadística venimos trabajando en la notificación obligatoria. Desde hace un mes y medio los intentos de suicidio son de notificación obligatoria a partir de la instrucción del Ministerio de Salud de la Nación y para eso es fundamental contar con el MPA. Es necesario articular para construir esos datos.
– ¿El de los suicidios es un tema central en la política de salud mental?
– Sin dudas es un tema central y por eso, en el marco de este plan provincial está enunciado y tiene el acompañamiento de Nación. Insisto, es un tema muy complejo, un problema de salud pública pero también es multicausal y por eso se debe abordar desde diferentes enfoques. Por lo cual requiere involucrar a muchos actores, entre otros, a los medios de comunicación.
– ¿Cuál es la situación en las personas adultas?
– También en los adultos nos preocupa este momento actual. El derecho a la salud mental tiene que ver con el derecho a la vivienda, al trabajo. Nos preocupa avanzar en la transformación del sistema de salud mental donde todavía tenemos mucho por hacer en la transformación de los hospitales monovalentes y abrir servicios en la comunidad para dar respuesta de cercanía. En esa línea se encuadran los centros territoriales de salud mental.
– A esta altura está claro que hay que hablar de salud mental.
– Es un tema demorado pero se necesita perder el miedo, pedir ayuda, acercarse a buscar esa ayuda. Pero para eso es necesario concentrarnos en la formación de nuestros equipos que hace muchos esfuerzos por abordar el tema de la salud mental. También es necesario que cada ministerio tenga su agenda de salud mental porque es un tema transversal que no puede ser abordado sólo desde un área específica.
– ¿Hay profesionales suficientes para hacer frente a esta demanda?
– Tenemos una preocupación grande respecto de la convocatoria a residencias como lo vemos con las especialidades en pediatría. Es un problema de la época. Nos preocupa y nos ocupa generar políticas de cuidado para los equipos de salud porque este incremento de la demanda sin duda exige y tensiona a nuestro sistema, y requiere más personal para dar respuestas complejas.
Es necesario acompañar a los equipos de salud con formación. En este contexto social tan complejo es necesario acompañar nuestras prácticas de salud con espacios de discusión.
Si bien se han sumado equipos en todo el territorio, continuamos proponiendo la incorporación de más profesionales para fortalecer las estrategias del plan provincial.
El decálogo de la OPS
Las secuelas de la pandemia por Covid-19 en la salud mental es preocupación local, regional y mundial. El 9 de junio pasado la Organización Panamericana de la Salud lanzó “Una nueva agenda para la salud mental en la Región de las Américas” . Fue el resultado de un trabajo desarrollado durante todo el 2022 para analizar los efectos de la pandemia y establecer un conjunto de políticas y estrategias “formuladas de manera que puedan ser incorporadas en las estrategias de recuperación pospandémica de los países”.
Estas son, presentadas en forma sintética, las 10 recomendaciones de OPS.
- Elevar la salud mental a nivel nacional y supranacional.
- Integrar la salud mental en todas las políticas.
- Aumentar la cantidad y mejorar la calidad del financiamiento para la salud mental.
- Garantizar los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental.
- Promover y proteger la salud mental a lo largo de la vida.
- Mejorar y ampliar los servicios y la atención de salud mental a nivel comunitario.
- Fortalecer la prevención del suicidio.
- Adoptar un enfoque transformador frente a las cuestiones de género en pro de la salud mental.
- Abordar el racismo y la discriminación racial como importantes determinantes de la salud mental.
- Mejorar los datos y las investigaciones sobre la salud mental.
Un plan hasta 2028
Con fecha 30 de mayo, el Ministerio de Salud de la provincia aprobó el Plan Provincial de Salud Mental 2022-2028, “un instrumento vacante que tenía la política y se construyó en forma participativa”, según definió la secretaria del área Celina Pochettino.
El plan tiene como fin “la efectiva transformación del modelo de atención basado en el hospital monovalente con el sesgo segregativo consecuente, en uno de cuidados en salud mental y adicciones integral, comunitario y con perspectiva de Derechos Humanos”.
A la vez, establece seis ejes de trabajo: fortalecimiento de la red de Salud Mental y procesos de cuidado en el primer nivel de atención; abordaje integral de la Salud Mental en hospitales generales, SAMCos y el Sistema de Emergencias y Traslados; transformación y sustitución de hospitales monovalentes; fortalecimiento y articulación de la red sustitutiva de Salud Mental; formación y transformación de las prácticas y lógicas manicomiales, y producción epidemiológica e investigación en Salud Mental, incluyendo la temática de los consumos problemáticos conforme lo establece el artículo 4° de la Ley Nº 26.657.
En palabras de Pochettino y tal cual señala la resolución, para su elaboración se contó “con la participación de autoridades ministeriales, universidades, referentes de colegios profesionales, espacios formativos de residencias y actores territoriales con representatividad de las cinco regionales de Salud de la provincia, sindicatos, personas trabajadoras del campo de la salud, organizaciones sociales y personas usuarias”.
Entre los principios transversales que rigen el plan se cuenta la perspectiva de género y diversidades, el enfoque de derechos, la interculturalidad, interdisciplina y territorialidad, a lo que se suma una perspectiva en infancias y juventudes.