(Por Luis Rodrigo) – Hace algo más de nueve meses, el 25 de enero de este año, la Empresa Provincial de la Energía (EPE) emitió un comunicado de prensa con el que aclaró que no fue responsable de una serie de apagones que sufrieron los santafesinos, sino que se debieron a fallas en el llamado Sistema Argentino de Interconexión (SADI).
La EPE teme que en enero le falle el sistema nacional
Ahora, la EPE divulga sus reiterados pedidos a un organismo nacional para que se invierta en obras de transporte de la energía en alta tensión para abastecer a la región Litoral y el Noreste Argentino (NEA), al mismo tiempo que insiste con la necesidad de que la demanda modere su consumo -y con ello sus picos- con claras recomendaciones para los usuarios residenciales, comerciales e industriales para poder brindar el servicio en momentos críticos.
En aquella oportunidad, la compañía estatal se tomó el trabajo de brindar un detalle, mediante un cuadro de doble entrada, sobre cada uno de los eventos en los que la EPE quedó sin suministro por problemas ajenos que se produjeron en las instalaciones de alta tensión (500 kV), en la temible franja de las 13 a las 17 horas. Habló de 17 situaciones de colapso entre el 11 y el 25 de enero, y del tiempo que lleva a las protecciones eléctricas del SADI volver a permitir que se restablezca el flujo de energía. Son cortes que disponen sistemas automáticos para evitar males mayores, pero cuya vuelta al servicio lleva como mínimo una media hora. Generaron “interrupciones intempestivas del servicio” que ciertamente la distribuidora provincial no puede resolver.
Por estos días, la información oficial indicó que en el marco de una reunión del Consejo Federal de Energía reafirmó “la necesidad de obras de ampliación en el sistema del NEA” y “advirtió las consecuencias para el abastecimiento en la provincia, por eventuales colapsos de tensión en jornadas de demanda récord”. En otras palabras, la EPE abre el paraguas. O mejor la sombrilla, porque además preocupa que el período de sequía se extienda sobre los primeros meses de 2023 y se ocasione más consumo energético.
Es cierto lo que se advierte. En la Argentina, al peligroso cóctel que encarece la energía a nivel mundial por el conflicto bélico en Europa y el cambio climático, se suma en buena parte del Cono Sur el llamado fenómeno de “La Niña” de pocas lluvias. Y las dificultades son mayores para un sector que tiene sus tarifas atrasadas respecto de la inflación y lo mismo su infraestructura.
“Obras necesarias”
La comunicación oficial del gobierno santafesino indica que el pedido (no utiliza la palabra “reclamo”) fue parte de un encuentro en el que, con la presencia del subsecretario de Energía de la Nación, Santiago Yanotti, “se abordó la necesidad de obras de ampliación en el sistema nacional de transporte de energía”.
Fue la primera reunión del funcionario nacional con “autoridades regionales que integran el Consejo Federal de Energía Eléctrica” y días atrás dialogó con representantes de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa, quienes conforman el grupo correspondiente a las provincias de la zona Centro Este de nuestro país.
Se trata de ampliar “la capacidad del transporte en el sistema eléctrico” con “obras de transporte de 500 kV y de 132 kV, en el área eléctrica del noreste argentino, ya que los colapsos de tensión en jornadas de alta demanda, impactan directamente en el sistema santafesino de distribución de energía”.
Aunque el área del NEA está fuera de la jurisdicción de la provincia de Santa Fe, estos eventos en el sistema nacional de alta tensión “tienen consecuencias para el normal abastecimiento del servicio eléctrico” en el mapa de la bota. “A modo de ejemplo, en un sólo día del último verano, se registraron 6 colapsos de tensión originados en esa zona del país, que afectaron a los usuarios del Litoral argentino”, recordó la EPE a propósito de su advertencia de enero pasado.