Las exportaciones argentinas desde la economía del conocimiento totalizaron US$7.834 millones, 19,4% más que en 2021. La buena noticia tiene sin embargo una contracara generada por la turbulencia macroeconómica del país: es el resultado menos de un crecimiento de volumen que en el precio, distorsionado por la brecha cambiaria, que expulsa productividad argentina y disminuye la competitividad nacional.
La “fuga de cerebros” que limita la generación de dólares genuinos
La situación fue expuesta en el nuevo informe de Argencon, presentado el miércoles a la prensa a nivel nacional. La entidad que nuclea a empresas prestadoras de servicios de todos los verticales de la Economía del Conocimiento, cree que es posible duplicar la generación de divisas desde el sector. Pero no sin estabilidad macro.
“El crecimiento de exportaciones mundiales de servicios basados en conocimiento fue del 5,4%”, reseñó Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon. Apuntó que en 2021 el crecimiento había sido de más del 15%, pero la crisis económica global “ralentizó” el proceso y generó un modelo de selectividad (nearshoring y friendshoring) que llevó la producción a países cercanos o amigos de Estados Unidos y Europa.
Aunque América Latina tiene sólo 11,7% de la torta mundial, lidera el crecimiento global con un 19,3%. El desempeño argentino está muy por debajo, pero especialmente el de Uruguay es sorprendente: su aumento interanual llega al 53,6%, según datos del 3er trimestre de 2022. Las exportaciones uruguayas ya representan más del 30% de las argentinas, cuando en 2010 sólo alcanzaban al 8%.
“¿De dónde lo saca? La respuesta es fácil”, dijo Galeazzi. “Son recursos que operan en Uruguay pero son en gran parte de la Argentina. Es lo que llamamos fuga de talentos a países con economías más estables”, sostuvo el directivo. “Tienen programas de captura de talentos, una zona franca especialmente organizada, una estrategia que lleva más de una década”, detalló. Explicó así no solo la fuga de cerebros “free lance” sino la mudanza de emprendimientos empresarios.
“La Argentina dispone de la generación de talentos que probablemente es la mejor de la región, pero el entorno macroeconómico para que las empresas se desarrollen sobre base argentina, no es de los mejores”, insistió.
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La brecha y los parches
A manera de ejemplo, Galeazzi explicó que “en 2022 la brecha” del tipo de cambio oficial a los financieros o el blue, “osciló entre 85 y 130%”. Eso significa que “el exportador factura a menos de la mitad del dólar real en el MULC. Es el tamaño de la distorsión macroeconómica que tenemos. Eso espanta cualquier desarrollo económico nacional”.
Por el mismo fenómeno -explicó- “el salario de un programador en dólares oficiales puede valer 30% más a fin de año que a comienzos, según se haya atrasado el dólar”, lo que daña el presupuesto de una empresa que opera en la Argentina respecto de costos a nivel internacional.
Detalló que en 2022 los salarios del sector subieron 120% mientras que el precio del dólar evolucionó 70%.
Sobre los intentos del gobierno desde la normativa, para impulsar al sector, Galeazzi dijo que “la ley de Economía del Conocimiento fue votada, suspendida, reformada”, por lo que pidió “volver al consenso” para “capitalizar el valor que creamos”
Sobre la circular 7518 del BCRA para proveer dólares libres en parte de las exportaciones, Galeazzi dijo que “fracasó” por su complejidad administrativa. De igual manera evaluó al DNU 679 impulsado por Sergio Massa. Y por otro lado cuestionó sobrecargos aduaneros a la importación de equipos tecnológicos necesarios para el desarrollo del sector.
En cuanto al “monotributo tch” -que aprobó Diputados y revisará el Senado- advirtió que “es más distorsivo” porque genera más brecha entre quien trabaja en el ecosistema formal y aquél que podría recibir hasta US$30 mil sin pasar por los pesos que emite el BCRA.
Al respecto, Sebastián Macorrea -presidente de Argencon- pidió por un “régimen uniforme para toda la economía del conocimiento”, que contemple “el derecho del trabajador individual a free lancer, como el de cualquier Pyme” del país.
Empleo formal
La economía del conocimiento emplea a 481 mil personas, que representan 7,4% del volumen nacional registrado. El año pasado se crearon 23 mil nuevos puestos formales. Con plena ocupación, el sector tiene problemas para retener a los “senior”; el sistema educativo aporta renovación pero existe “alta rotación” (hasta 30% por empresa) ante la alta competitividad del sector.
Salarios por encima del dólar
“La relación entre la evolución de los salarios y la del precio del dólar oficial es esencial para establecer el costo de producción. Lamentablemente la macroeconomía argentina sufre una fuerte inestabilidad entre esas dos variables, presentando períodos de fuerte ‘atraso’ del dólar, y consecuente aumento del precio exportado, con otros de mayor ‘aceleración’ de la devaluación, con el efecto inverso”.
El informe de Argenconomics señala que “en 2022 el aumento de los salarios nominales de las industrias del conocimiento en muchos casos superó el 120% anual, dado el estado de alta demanda de empleo del sector y la competencia con salarios internacionales. Esto implicó un encarecimiento real -en dólares- del costo de los servicios exportados, ya que el ritmo de devaluación del dólar oficial que fue “sólo” de 71%.
“Este efecto trasladado a precios explica el creci- miento del valor nominal exportado. Cabe destacarse la excepcionalidad del incremento de los costos en dólares registrada en 2022. Es altamente improbable que, de continuar este atraso cambiario, el incremento de los costos pueda seguir siendo absorbido por los precios de venta. Sobre todo cuando la demanda global de los servicios del conocimiento está desacelerándose y haciéndose más selectiva”.