La historia del “monstruo” de Nelson: violó a sus hijas y mató a los hijos que tuvo con ellas
La tranquila localidad de Nelson, ubicada a unos 40 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe tiene entre sus historias la terrorífica secuencia de hechos protagonizada por un sujeto que violó a sus propias hijas, las embarazó y luego mató a los bebés, algunos antes de nacer. El hecho ocurrió en 1929 y generó gran conmoción en la opinión pública.
Las crónicas de la época relataron con lujo de detalles lo sucedido y diario El Litoral cubrió el horrendo hecho. El 25 de octubre de 1929, este diario dio a conocer cómo se descubrieron las atrocidades en Nelson. Una niña de 12 años, que trabajaba para una familia de la zona, había manifestado a otra joven de su edad que “su papá había matado un chico porque lloraba mucho”. Fue entonces que un agente policial debió corroborar semejante relato. Se trataba de la tercera y menor de las hijas de Argüello.
Por su parte, Diario El Orden también se hizo eco del suceso. “Ha sido descubierto un crimen monstruoso a cuyo relato se resiste la pluma, por la crudeza repugnante y terrible del hecho consumado. Un padre incestuoso, que hacia vida marital con dos de tus hijas desde 6 años atrás, se ha confesado autor de cuatro infanticidios”, así comenzaba un artículo publicado el 26 de octubre del citado año.
Al parecer, este espeluznante individuo, llamado Ramón Argüello (49), quedó viudo unos seis años antes de ser descubierto y no tuvo otra mejor idea que elegir a su hija más grande como “compañera”. En realidad, comenzó una relación incestuosa de la que resultaron tres hijos, víctimas posteriores de este atormentado sujeto. No contento con ello, este hombre también violó a otra de sus hijas, la segunda en el linaje y también nacieron dos bebés de esta relación incestuosa.
“Hace tiempo que se hablaba en la población de Nelson de este hombre que observaba tal conducta con sus hijas. Un vecino que sospechaba lo ocurrido, presentó sus dudas a un policía del lugar y éste se dedicó a indagar al respecto. El resultado de sus averiguaciones fue el descubrimiento de una serie de crímenes y el hallazgo del cadáver de una de las criaturas, encontrado bajo un árbol, enterrado a corta distancia del rancho”, continúa la citada crónica periodística de 1929.
Rumores y temor
Nada hacía suponer en el pueblo que semejante historia de terror estaba aconteciendo. Sin embargo, las alertas se encendieron unos cinco meses antes de conocida la saga. “En el campo de Schneider se encontraron restos humanos pertenecientes a una criatura de pocos días. La policía efectuó una serie de investigaciones que no dieron resultados. Se habló un tiempo, la gente de Nelson diose a tejer historias, no sin mirar la casa de Argüello, pero no pasó de allí. En el ánimo de las gentes estaba que aquel hombre callado, alcoholista, y retraído, temido por todos, era un tipo de averías, y para no tener trato con él nadie dijo a la justicia sus pensamientos”, contó El Litoral el 26 de octubre de 1929.
Detención y hallazgo
Conocido el horripilante caso, los altos mandos de la policía de la ciudad de Santa Fe viajaron a Nelson para llevar a cabo la detención. Primero fue llevado a la comisaría del pueblo y luego trasladado a la capital provincial. Fue custodiado por altos jefes de la fuerza y también se arrestó a su segunda hija.
En sus páginas, El Litoral recreó la secuencia que derivó en el arresto del “monstruo”. Un agente llegó hasta la precaria vivienda en la que vivía Argüello con lo suyos y con extrema prudencia procedió. A continuación la transcripción de ese tenso momento.
“Sargento — (golpeando las manos) ¿Está don Argüello?
Argüello —(desde adentro): ¿En qué anda sargento?
Sargento — Quería hablarle dos palabras.
Breves segundos. Argüello se pone el saco y carga un revólver. Ya afuera de su casa, el sargento procede con toda cautela, y le echa la mano encima. Argüello, hombre chúcaro, comprende el peligro y saca su arma, pero el sargento ya le ha puesto el revólver en el pecho”, describió el vespertino santafesino.
Mientras la policía desplegaba sus fuerzas para detener a este ruin sujeto, otros oficiales hallaron los restos de un bebé recién nacido. “De acuerdo a los datos suministrados, los empleados policiales habían efectuado el hallazgo de los restos de una criatura de 8 días, enterrada en un sitio del monte que se halla en Campo Lagos, donde el criminal había efectuado algunos trabajos”, publicó El Litoral.
Confesión
Ya en sede policial, el individuo no tardó en reconocer sus atroces actos. “Argüello confesó de plano sus crímenes. Acompañado de los empleados se dirigía al Campo Lagos donde había enterrado el último bebé que fue ahorcado después de 8 días de vivir, y porque ‘lloraba mucho’”, explicó El Litoral.
Al mismo tiempo, Diario El Orden detalló: “Fue trasladado a esa ciudad (por la capital provincial) lo mismo que una de sus hijas y el concubino de ésta”. Mientras que la hija mayor se creía que estaba viviendo en la localidad de Esperanza.
La condena, un año después
Un año después de la detención de Argüello, llegó el juicio. Desde la fiscalía santafesina si pidieron 15 años de reclusión para el responsable de violar a sus hijas y de asesinar a los hijos de esa relación incestuosa. Sin embargo, el sujeto recibió 20 años de prisión al ser condenado por la Justicia provincial.
“El juez de Sentencia Dr. Manuel Giménez ha fallado esta mañana en el proceso que por diversas infamias se seguía a Ramón Argüello, vecino de la localidad de Nelson, autor de los delitos de violación, corrupción de menores y otros, consumados contra sus hijas y contra una de ellas, la mayor, que había llegado a ser la cómplice de Argüello”, explicó EL Litoral el sábado 11 de octubre de 1930.
En el artículo de este diario, se detalló que “las comprobaciones que se obtuvieron en un principio, fueron ampliamente ratificadas por las declaraciones que los detenidos prestaron, facilitando con ello la labor de la Justicia”.
Pese a ello, “el doctor Giménez hace en fallo un estudio de todas las circunstancias del suceso, llegando a la conclusión de que el delito de infanticidio que primeramente se imputara Argüello y que motivo el descubrimiento de sus amorales actividades, no está plenamente comprobado”, publicó El Litoral.
Por último, esa nota del vespertino sentenció: “Al dictar sentencia, condena a 20 años de reclusión a Argüello como autor de los delitos de violación, corrupción y aborto con las accesorias del artículo 12 del Codigo Penal y a su hija (mayor), culpable de aborto, a tres años de prisión”.
Gonzalo Zentner (El Litoral)