(Por Juan Ignacio Novak) – El 9 de julio de 1816, representantes de las provincias confluyeron en la ciudad de San Miguel de Tucumán y proclamaron la independencia de España y de cualquier otra dominación extranjera. Esta acción fue resultado de un proceso que había comenzado años antes, en el marco de la Revolución de Mayo de 1810. El Congreso de Tucumán tuvo que definir el futuro político del territorio.
La icónica pintura que inmortalizó el 9 de julio de 1816
Este hecho trascendental para la historia argentina fue representado desde el arte, específicamente desde la pintura. De hecho, una de las imágenes más icónicas es una acuarela de Antonio González Moreno, que reconstruye una de las escenas en que un grupo de patriotas proclamaba la independencia.
La obra data del año 1941, sus medidas son 500 x 640 mm y es parte del patrimonio del Museo Histórico Nacional desde que el propio autor la donó, en 1943. Para hallar el origen de esta acuarela hay que remontarse hasta el momento en que el diario La Prensa (que había sido fundado en 1869 por José C. Paz) convocó a un concurso para poder ilustrar su edición del 9 de julio, cuyo ganador fue precisamente González Moreno.
El trabajo fue publicado como tapa de la segunda sección del periódico, junto a un pie en el cual se identificaba a los personajes retratados. La ilustración, según indica la página web del Museo Histórico Nacional, tiene como marco al sector de la presidencia del Congreso de Tucumán, en el momento en que se proclama la independencia. Según la misma fuente, el artista se documentó en los retratos existentes, para mostrar a 16 de los 29 congresales que estuvieron presentes.
“El aire triunfal del conjunto respeta los cánones usuales de la pintura histórica argentina”, señala la mencionada página. Hubo, a lo largo del tiempo, otras representaciones de los hechos acaecidos en 1816, pero la más duradera, por la frecuencia con que fue utilizada, es la de González Moreno. En buena medida, producto de la difusión que le otorgó la revista Billiken, un clásico de las escuelas argentinas durante décadas.
Vida del artista
Un dato curioso es que la representación más conocida de uno de los hechos fundantes de la Argentina tal como la conocemos hoy, pertenece a un personaje nacido en Europa. Es que González Moreno nació en París en 1896, hijo del agregado de la Embajada Argentina en Francia.
Recién visitó Argentina en 1917, con el fin de enrolarse, pero mantuvo buena parte de su formación en el Viejo Continente, en la Escuela de Bellas Artes de París. Fueron sus maestros Raphael Collin, Jean Paul Laurens y Marcel Bachet.
Desde 1934, ya radicado en Argentina, desarrolló su actividad artística, plasmada en la forma de obras en las cuales se representan hechos como la fundación de la Universidad de Buenos Aires, ejecutado en 1948 y actualmente conservado en el Salón de Actos de dicha institución y del Protomedicato de Buenos Aires.
Además del cuadro dedicado al 9 de julio de 1816, González Moreno dedicó otras de sus obras a próceres argentinos y sudamericanos. Entre ellos figuran las dedicadas a la figura de José de San Martín, el retrato del general uruguayo Manuel Oribe, un óleo sobre tela del que fuera presidente del vecino país. El pintor falleció en el mes de julio del año 1968.