La inflación 2022 se proyecta con niveles similares a los de este año
Ignacio Hintermeister
El Litoral
La variación interanual del Índice de Precios al Consumidor en Julio fue del 51,8% según el Indec. Según el Relevamiento de Expectativas del Mercado, por el cual el BCRA consulta a analistas económicos y financieros, el año terminaría con una inflación del 48,4%. Daniel Artana vaticinó que el año próximo la dinámica de precios no sería distinta.
“Las urgencias electorales -dice el economista de Fiel- llevarán a una mayor emisión monetaria”. El rojo de las cuentas primarias fue de 0,7% del PBI en el primer semestre gracias al ajuste en salarios y jubilaciones; pasará a 3,5% por las mayores erogaciones en campaña.
Desde la última edición de Indicadores de Coyuntura de Fiel, Artana advierte que eso “se financia con emisión” a corto plazo, mientras del otro lado el BCRA “esteriliza alrededor de medio billón de pesos”, lo que dejará un “remanente de pesos por encima de lo que desean tener los demandantes de dinero que sería del orden de 15% a 20%”.
“Ese desequilibrio requerirá una reducción en la oferta real de dinero por la vía de un aumento en los precios de esa magnitud. Si se lo suma a la inflación necesaria para financiar el desequilibrio del año 2022, es fácil concluir que la inflación el año próximo será parecida a la de este año (pronóstico de FIEL desde hace varios meses atrás)”.
Inconsistencias electorales
Para el economista en jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, las “inconsistencias electorales” no sólo echan sombras sobre las promesas de Alberto Fernández sobre la baja de la inflación. Artana también señala a quienes prometen bajar impuestos desde la oposición.
Impuesto a los cheques, Ingresos Brutos, tasas municipales de Seguridad e Higiene “justificarían” esas bajas. “Pero hay un pequeño problema: esos altos impuestos no alcanzan siquiera para financiar el gasto público actual”.
Artana desconfía de la “magia de la curva de Laffer” (bajar impuestos excesivos sube la formalidad y la recaudación) por lo que advierte que “tarde o temprano habrá que encarar una reducción profunda del gasto estatal.
“Las licuaciones del gasto previsional y de los salarios públicos que ha realizado este gobierno para financiar parcialmente subas en otros gastos no son sostenibles”.
Miedo al costo político
“Muchos observadores -dice Artana- se asustan ante la complejidad de la tarea y su supuesto costo político, pero si no hay espacio para seguir subiendo impuestos, las opciones que se han utilizado desde 2005 hasta hoy también son costosas: inflación, que agrava los problemas sociales y afecta el funcionamiento de la economía, o endeudamiento externo, que primero atrasa el tipo de cambio real y luego termina en defaults”.
¿Deuda en pesos?
“La opción de financiamiento local está muy acotada y tampoco está exenta de problemas”, señala Artana. “Es curioso que la deuda en pesos sea vista como un ‘paga Dios’ cuando uno de los principales tenedores es el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de ANSES”. Recuerda el economista que una licuación de deuda en pesos, a la salida del Plan Primavera, terminó en hiperinflación.