No fue detectado un atentado minuciosamente planeado
La inteligencia rusa quedó en el foco de los interrogantes tras la matanza de Moscú
Analistas occidentales señalan que la FSB, la sucesora de la KGB, no da abasto con todas las cuestiones internas y externas de Rusia.
El servicio de seguridad ruso fue implacablemente eficaz a la hora de detener a los opositores a Vladimir Putin, pero un tiroteo masivo cerca de Moscú lo tomó por sorpresa, planteando interrogantes sobre sus prioridades, recursos y recopilación de información.
Encargado de perseguir a los saboteadores ucranianos dentro de Rusia, de mantener controlados a los activistas contrarios al Kremlin y de desbaratar las operaciones de las agencias de inteligencia extranjeras hostiles, el FSB, principal organismo sucesor del KGB de la era soviética, no da abasto.
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Eso, dicen exfuncionarios de inteligencia estadounidenses y analistas de seguridad occidentales, ayuda a explicar por qué puede haber pasado por alto otras amenazas, incluida la planteada por militantes islamistas, como Estado Islámico, que se atribuyó la autoría del ataque.
El FSB dijo que el atentado del viernes en la sala de conciertos fue "minuciosamente" planeado y que los agresores habían escondido cuidadosamente sus armas.
Responsables, se buscan
Putin afirmó el lunes que fueron islamistas radicales quienes perpetraron el atentado, pero dijo que Rusia seguía buscando entender quién lo había ordenado y afirmó que Ucrania tenía muchas preguntas que responder. Kiev niega cualquier implicación.
Cuando se le preguntó si el ataque representaba un fallo de los servicios de inteligencia, el Kremlin señaló que el enfrentamiento de Rusia con Occidente significa que las tareas de inteligencia no se están desarrollando de la forma en que solía hacerlo.
"Desgraciadamente, nuestro mundo demuestra que ninguna ciudad, ningún país, puede ser completamente inmune a la amenaza del terrorismo", admitió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que añadió que los servicios de inteligencia rusos trabajan sin descanso para defender el país.
Señales de advertencia
El tiroteo del viernes, en el que murieron al menos 139 personas y 180 resultaron heridas, socavó una de las promesas que Putin hizo hace tiempo al pueblo ruso: garantizar la estabilidad y la seguridad.
Tanto si los hombres fueron contratados por el Estado Islámico, como afirman el grupo militante y Occidente, como si puede haber habido algún tipo de conexión ucraniana, como insinuó Putin -y Kiev negó rotundamente-, hubo señales de advertencia que no parecen haber sido tomadas en cuenta.
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Según los analistas de seguridad, la forma en que se llevaron a cabo el ataque y la huida evidenciaba un amplio reconocimiento previo del lugar, y la prensa rusa publicó imágenes de circuito cerrado de televisión de uno de los agresores en una visita anterior.
El 7 de marzo, la embajada de Washington en Moscú emitió una alerta de seguridad a los estadounidenses, comunicándoles que estaba "siguiendo los informes de que extremistas tienen planes inminentes de atentar contra grandes concentraciones en Moscú, incluidos conciertos".
El 19 de marzo, tres días antes del tiroteo, Putin pronunció un discurso ante los jefes del FSB en el que rechazó lo que calificó de "provocadoras" advertencias occidentales sobre un acto terrorista.
John Sipher, que sirvió una temporada en Rusia durante su carrera en el Servicio Clandestino Nacional de la CIA, dijo que creía que el FSB pudo haber dejado pasar la advertencia porque estaba demasiado ocupado centrándose en las amenazas a Putin y su Gobierno.
La primera advertencia se produjo el 2 de marzo en el sur de Rusia, cuando las fuerzas especiales del FSB mataron a seis hombres armados a los que identificaron como miembros del Estado Islámico.
Estado islámico, ¿sí o no?
Estado Islámico reivindicó la autoría del atentado, algo que Estados Unidos consideró creíble. El grupo difundió lo que dice que son imágenes del atentado.
Responsables estadounidenses afirmaron que habían advertido a Rusia a principios de mes de la existencia de información confidencial sobre un atentado inminente.
Cuando se le preguntó si los servicios de seguridad rusos necesitaban ayuda de Occidente, Peskov respondió: "Nuestros servicios especiales están trabajando de forma independiente, ahora no hay ninguna posibilidad de ayuda".
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Peskov se negó a comentar sobre detalles de inteligencia, publicó la agencia de noticias Reuters.
Sin embargo, abundó que en conversaciones con otros líderes desde el ataque, otros jefes de Estado habían sugerido mejorar los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo.
La cooperación internacional es necesaria en la lucha contra el terrorismo, pero el diálogo está actualmente suspendido debido a la escalada de tensiones globales, planteó Peskov.
"La lucha contra el terrorismo es un proceso constante que requiere una cooperación internacional a gran escala, pero ahora, que estamos pasando por un período de confrontación muy tenso, esta cooperación no se lleva a cabo en su totalidad, no se lleva a cabo en absoluto", subrayó.
Pero el presidente Vladimir Putin no mencionó públicamente al grupo miliciano islamista en relación con los atacantes, que, según especificó, intentaban escapar a Ucrania.
Putin afirmó que algunas personas del "lado ucraniano" habían estado preparadas para animar a los agresores a cruzar la frontera.
Ucrania negó de inmediato haber participado en el atentado y el presidente Volodímir Zelenski ha acusado a Putin de intentar desviar la culpa del ataque a la sala de conciertos.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, puso en duda las afirmaciones de los Estados Unidos de que Estado Islámico, que una vez buscó el control de franjas de Irak y Siria, estaba detrás del ataque.
"Atención: una pregunta a la Casa Blanca: ¿Están seguros de que es el Dáesh? ¿Podrían pensárselo de nuevo?", preguntó Zajárova en un artículo para el periódico Komsomolskaya Pravda.
Zajárova sostuvo que Estados Unidos estaba difundiendo una versión para cubrir a sus "protegidos" en Kiev y recordó que Washington apoyó a los combatientes "muyahidines" que lucharon contra las fuerzas soviéticas en la década de 1980.
Estados Unidos tiene información de inteligencia que confirma la reivindicación de Estado Islámico, según afirmaron dos responsables estadounidenses el viernes.
Armada la polémica, terció el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien sostuvo que todo apunta a que el ataque fue perpetrado por Estado Islámico.
Planteó entonces que sería "cínico y contraproducente" que Rusia tratara de culpar a Ucrania.
Francia elevó su alerta terrorista al máximo nivel tras los tiroteos en Moscú, imitando las conductas de Dinamarca, Suecia y España de la semana anterior.