Cuando muchos productores estaban a punto de “tirar la toalla” y desistir de sembrar trigo por falta de humedad en el perfil, las lluvias de 24 y 25 de mayo descargaron altos volúmenes de agua en el centro sur santafesino, situación que consolidaría un incremento en el área triguera ante la necesidad de liquidez que dejó la sequía.
La lluvia salvadora impulsaría una siembra masiva de trigo
Entre ambas jornadas, y con pronósticos de nuevas precipitaciones en el corto plazo, se registraron acumulados que superaron los 100 milímetros en varias zonas, con picos de hasta 150 y 200.
Antes de estos eventos, las mediciones de agua útil mostraban la inconveniencia de sembrar. “Hasta 30/40cm hay humedad; después viene seco y allá abajo, debajo del metro y medio, vuelve a haber algo de humedad”. Con ese panorama “no es muy alentador sembrar la fina; no tenemos agua en el perfil”, había explicado desde Gálvez el ingeniero agrónomo Leonel Tornotti. Según su estimación, se necesitaban como mínimo 150mm para recargar bien el suelo y llegar con ese “combustible” a agosto, septiembre u octubre, que es el período que más agua requiere el trigo para hacer un piso de rendimiento. Afortunadamente, ese fue el registro de los pluviómetros en los alrededores de Gálvez durante las últimas 48 horas.
En Humboldt, entre miércoles 24 y jueves 25 se acumularon 65 milímetros, que se sumaron a otros 20 del fin de semana previo. Desde allí, el ingeniero agrónomo Guillermo Gianinetto planteó la misma necesidad entre los productores de la zona. “Desde ese punto de vista, (vino) de 10 la lluvia; es una bendición, porque ya estábamos medio preocupados; veníamos con los perfiles muy secos”.
Sobre el efecto entre los productores, estimó que la humedad reafirmará lo que hasta el momento era esperable: una siembra casi masiva ante la necesidad de recuperar liquidez. “La intención de siembra siempre fue alta por necesidad; acá pegó muy fuerte todo lo que fue la campaña gruesa, maíz y soja, que fue muy mala”, indicó. Pero se estaba evaluando si sembrar o no por las condiciones del suelo.
“Hoy con esta lluvia y la posibilidad de algo más hasta el viernes se confirma esa intención de siembra, que siempre fue alta, pero esperando esta lluvia”, celebró.
Para Gianinietto, la vuelta de las precipitaciones “vino como como anillo al dedo”. Y subrayó que la implantación del cereal se necesita “no tanto evaluando rotación” sino para “tener algo de dinero en diciembre, para poder afrontar después la la campaña de gruesa; porque ya el tirón hasta marzo, abril o mayo del año que viene (cuando llegan las cosechas de maíz o soja) era muy largo”.