"Zona liberada"
La nueva aventura de Silvana Aguirre, una oficial de policía de Rosario fuera de lo común
Desde “Ninfas de otro mundo”, el personaje creado por la escritora Melina Torres desafía convenciones. En “Zona liberada”, la última entrega de esta serie de novelas, Aguirre se enfrenta a un caso intrincado en las islas de Entre Ríos, donde se entrelazan muerte, negociados y corrupción.
Por Juan Ignacio Novak
Desde “Ninfas de otro mundo”, Silvana Aguirre se ganó un justo lugar en el universo literario argentino. Es que esta oficial de policía de Rosario creada por la escritora Melina Torres, a quien le toca resolver casos intrincados con la colaboración de su ayudante Ulises Herrera, no posee solamente habilidades para su profesión, sino que, como los buenos personajes de ficción, tiene muchísimas capas.
Ya desde su propia condición de mujer, Aguirre elude los clichés del género. Pero además es cortante, malhumorada y al mismo tiempo férrea defensora de sus amigos. Luego de “Ninfas…”, los lectores la volvieron a descubrir en acción en “Pobres corazones” y ahora le toca nuevamente meterse en un laberinto que incluye muerte, negociados, islas quemadas y corrupción en “Zona liberada”, que se presentó el pasado fin de semana en la Feria del Libro de Santa Fe.
Foto: Gentileza Penguin Random House
Torres dialogó con El Litoral sobre un personaje que ya se convirtió para ella en una parienta y sobre la nueva trama en la cual se ve implicada. De ella destacó la lealtad: “cuida mucho a los que forman parte de su equipo”. Para Melina, la riqueza de su trabajo está, precisamente, en la caracterización de los personajes en sus diálogos, en sus acciones, más que en las características de la trama en la que se ven envueltos.
En efecto, para crear algunos de los que integran el plantel de su novela, leyó mucho sobre la construcción del Guasón (Joker en el original) “Me gustó mucho la humanidad del personaje. No importa lo amoral que pueda llegar a ser, sino su pequeña épica. Cualquiera tiene su pequeña épica cotidiana más allá de las macanas que pueda llegar a cometer”.
Foto: Lucrecia Ricciardi
Respecto a la construcción de “Zona liberada”, explicó que suele poner en boca de Silvana Aguirre frases vinculadas con el mundo del fútbol, para lo cual tuvo que leer e investigar mucho. “Me compro biografías, busco discursos. Son lugares donde me llevó la literatura y en los cuáles jamás hubiera pensado. Pero enriquecen mucho a los personajes, los hacen muy cercanos y cotidianos”.
Romper tradiciones
A la vez, hay referencias intertextuales: el comisario Salvo Montalbano, protagonista de una serie de novelas del escritor Andrea Camilleri o Pepe Carvalho, creado por Manuel Vázquez Montalbán, quien comparte con Aguirre su pasión por la gastronomía. “Son pequeñas inspiraciones que retroalimentan, Aguirre está construida o amasada así”, señaló Melina.
En “Zona liberada”, igual que en las anteriores novelas de Melina, un recurso que proviene de la vertiente del policial negro y que consiste en trabajar a la propia ciudad (en este caso, Rosario) como un personaje que posee el mismo peso que el resto de los protagonistas.
Foto: Lucrecia Ricciardi
Pero hay una arista que es disruptiva respecto a la mentada tradición: aquí la mujer ocupa otro lugar, mucho más central, que no es ni víctima, ni secretaria ni femme fatale. “Silvana Aguirre viene de la pluma de una mujer escritora que soy yo. Entonces me importaba que no fuera un varón. Lo primero que surgió fue que sea una mujer, lesbiana y con poder”.
Tierras de conflicto
Sobre la trama en sí (que, pese a su potencia, ocupa un lugar menos relevante que los propios personajes y sus caminos) cabe señalar que la oficial Aguirre cruza a la isla de Entre Ríos para colaborar en un caso que incluye la muerte de un artista de fama internacional. Todo se complica por el entorno, ya que las islas son zona liberada, tierras que se incendian a diario para llevar adelante negociados. “Fue una novela de largo aliento que incluyó mucho tiempo de trabajo y de investigación. Quería hablar sobre cómo se fue metamorfoseando la zona de las islas desde el 2000 hasta hoy”, expresó Torres.
Foto: Lucrecia Ricciardi
Puso hincapié, por último, en el juego de contrastes que trató de vertir entre el mundo del pintor fallecido sobre el cual debe investigar Aguirre y el propio mundo de la oficial, que en muchos casos da pie a momentos de humor, pero desarrollados con la intención de enriquecer a los personajes, no de menospreciarlos. “Está hecho con buena madera”, cerró.