Diez años de lucha contra los consumos problemáticos
“La principal puerta de entrada de las drogas es la falta de afecto”
El conferencista Sergio Appa cumple 10 años desde su primera charla contra las adicciones, en el Colegio Industrial de Venado Tuerto, que luego lo proyectó a la creación de Espacio Ariel. Hoy, asegura que las drogas captan con creciente facilidad a los niños, adolescentes y jóvenes con carencias afectivas en el entorno familiar.
Este domingo 25 de agosto se cumplen 10 años del inicio de las actividades del hoy acompañante terapéutico Sergio Appa en el combate contra las adicciones, en un primer paso de lo que tiempo después se formalizó como Espacio Ariel, una vez recuperado de su propio calvario en el oscuro mundo de las drogas. Sobre esta significativa fecha, reflexiona: “lo nuestro se basa en el sacrificio, con pocos recursos económicos y la convicción de que se puede ayudar a la gente y se puede salir de las adicciones a partir de la fuerza de voluntad, como puedo dar testimonio por haber transitado el consumo y la rehabilitación”.
También el 25 de octubre es un aniversario refundacional en la vida de Appa, pues ese día de 2011, con ayuda de su madre Hilda, se internó en Cuarta Opción, la comunidad terapéutica de la localidad bonaerense de Francisco Álvarez. “Cada 25 de octubre festejo un año más de sobriedad, porque ese día inicié el camino de la recuperación, del volver a nacer (…) Tras unos años de tratamiento, que incluyó momentos de dolor, replanteos y maduración, no sólo logré la sanación personal, sino que me convencí de la necesidad de ayudar a las personas que atraviesan la misma problemática de las adicciones”, describió. Y así fue que, en 2017, fundó Espacio Ariel, el equipo de trabajo que hoy dirige y batalla a diario contra los consumos problemáticos.
Sin embargo, en el camino de su propia reinvención, aquel 25 de agosto de 2014 también ocupa un lugar trascendente para el diplomado en Adicciones, que había sido convocado a brindar una charla para estudiantes en el Colegio Industrial de Venado Tuerto, y lo hizo en compañía de su madre, que ese día cumplía años. “Se me ocurrió pedirle que antes hablara ella, que contara su propio padecimiento, y aún hoy recuerdo las lágrimas de los chicos y los profesores cuando la escuchaban contar una historia familiar muy dura. Luego, a la salida, ella me abrazó, llorando, y me dijo que estaba orgullosa de mí y que había temido morir sin antes ver a su hijo realizado”. Y redondeó: “Hoy, con sus casi 92 años, mi madre siente que lo que tenía que hacer en esta vida ya está cumplido, porque quería ver a su hijo de pie, luchando, siendo una buena persona, ayudando a los demás, luego de haber luchado para volver a vivir y para recuperar la dignidad, que es lo que quita la droga, porque quiebra la voluntad y doblega a la persona”.
Falta de atención
“La problemática de las adicciones es muy grave, cada día más; hay mucha gente que está muriendo por las drogas, o que entra en la locura o en el delito, y es duro saber que muchas veces lo que hacemos no basta. A veces, el adicto no acepta la ayuda, y otras veces, a su manera, la pide, pero no todos pueden comprender el dolor que se siente en esa condición, y se vuelve fácil criticarlo y juzgarlo, etiquetarlo como mala persona, y nos equivocamos, porque detrás de esa persona hay una historia y, como decimos en Espacio Ariel, no somos un diagnóstico, somos una historia”, diferenció. “De las adicciones se puede salir, aunque es difícil y no todos lo pueden hacer; en mi caso tuve la compañía de una familia que me apoyó, pero no todos la tienen”, reflexionó, comprensivo.
Sobre el ingreso a los consumos problemáticos, Sergio Appa opinó: “muchos chicos no son contenidos en sus hogares, sus padres tal vez creen que, como son más grandecitos y transitan la adolescencia, no hace falta escucharlos y observarlos”, y acotó que “la puerta de entrada de la droga en la vida de estos chicos es la falta de afecto, los traumas emocionales, los abandonos, el desamparo. Hay jóvenes que viven solos, aunque estén bajo el mismo techo que su familia. Sin poder soltar sus emociones, viene el problema de querer tapar ese dolor y lo más sencillo, lo que mejor calza, es la droga, que se consigue con facilidad”.
“Tenemos que ser mejores personas, mejores compañeros, porque estamos perdiendo la esencia humana, nos focalizamos en el egoísmo del individualismo; lo reclaman los mismos jóvenes, hartos del egoísmo de los mayores, que a la vez somos muy rápidos para pontificar que ‘la juventud está perdida’, y eso es una mentira. Yo soy de lo que creen en nuestra juventud y de los que dicen que los más grandes estamos en deuda con ellos, por no ser ejemplo, porque lo que se transmite es más violencia y más grieta”, consideró el referente de Espacio Ariel.
Concientizar sin pausa
Appa contó que una delegación de Espacio Ariel participó, junto a otras 200 agrupaciones de todo el país vinculadas a la lucha contra las adicciones, de una reciente charla convocada por la Sedronar en la Ciudad de Buenos Aires, que resultó “muy productiva” para todos, aunque admitió que “los recursos estatales para la acción son mínimos y peor aún con los últimos recortes a nivel nacional, así que el organismo está muy acotado, pero no vamos a dejar de trabajar por la protección de la salud de nuestros jóvenes”.
En este sentido, destacó la articulación con organizaciones hermanas de la región, como la ONG Podemos: “Estamos trabajando en sintonía con la senadora provincial Leticia Di Gregorio, siempre recorriendo instituciones y localidades”.
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Y, por otra parte, acotó que el jueves último, junto a la Municipalidad de Rufino, donde actúan desde hace tres años en prevención y contención, desarrollaron una actividad de concientización en el club social Los Pampas. A la vez, Espacio Ariel trabaja, en virtud de distintos convenios, en San Gregorio y Maggiolo, y asiste y orienta a otras 12 localidades del departamento General López.
Asimismo, Sergio Appa agradeció la ayuda de empresas privadas que confían en la asociación que coordina, desde la región, Rosario y Buenos Aires, en busca de generar una “metodología de rehabilitación superadora”, con el doble propósito de ampliar el campo de acción en el sur santafesino y proyectarse en el mediano plazo hacia la provincia y el país. En tal sentido, tras garantizar que “seguimos trabajando para cerrar algunos convenios”, el acompañante terapéutico enfatizó: “vamos a demostrar que aun con recursos escasos, podemos ayudar a quienes lo necesitan, trabajando siempre en el territorio, según nuestro estilo”.
Consumo en alza
Con respecto a los consumos problemático, el especialista advirtió que “vienen en alza, con las sustancias tradicionales y otras más novedosas en el país, como el tusibi o cocaína rosa, una droga sintética originaria de Colombia que puede contener una mezcla de ketamina, MDMA y colorante alimentario rosa. Hay que estar muy atentos, porque su circulación crece también en nuestra región del sur de Santa Fe. Es una combinación que induce alucinaciones visuales y auditivas y, según la dosis de los distintos componentes, puede estimular o deprimir el estado nervioso, causando estragos en breve lapso en el organismo”.