La verdadera historia del contrato eléctrico que nunca se redactó y está cerca de vencerse
A menos de cuatro meses del vencimiento del contrato de concesión del servicio de distribución de la energía eléctrica en la ciudad, hoy en manos de la Cooperativa Eléctrica, las conversaciones entre el poder concedente y la concesionaria se intensifican. Y si bien es unánime la voluntad de la Intendencia y el Concejo de continuar el vínculo con la empresa cooperativa de Mitre y Belgrano, y todos destacan el “buen diálogo” de los últimos tiempos, sobre todo a partir de la incorporación de asesores técnicos municipales, subsisten algunas discrepancias que habrá que solucionar en las próximas semanas.
Mientras todo eso ocurre, y el debate por la nueva concesión empieza a ganar espacio en la agenda mediática local, es oportuno recordar que en la actualidad rige un contrato extendido en forma transitoria por la ordenanza 2726/99, sancionada a fines de 1999, aunque con la reforma (en uno de sus artículos) acordada en 2003. Desde entonces se adeuda la redacción de un nuevo contrato que nunca se elaboró. Tanto es así que a menos de 120 días del vencimiento de esa prórroga de 18 años, ahora es imperioso acelerar las negociaciones (ver edición impresa de hoy de Sur24) para acordar un nuevo contrato, al menos en su núcleo principal.
Hombre clave
Una figura clave en el proceso de extensión contrarreloj del contrato de concesión de la Cooperativa Eléctrica fue el entonces concejal justicialista Alberto Turcato, quien ahora, más de 21 años después, ante la consulta de Sur24, recuerda las vivencias de esas apremiantesn jornadas: “El 10 de diciembre de 1999 había asumido como concejal y recuerdo que en esos días la Cooperativa Eléctrica ingresó un proyecto solicitando la prórroga de la concesión del servicio por 30 años a partir de su vencimiento, que operaba en octubre de 2003. Alegaban urgencia porque en cuestión de días se aprobaría la privatización de la EPE, incluso el rumor -reconoció- era que pasaría a manos extranjeras. Yo pertenecía a la agrupación ‘12 de Junio’ y luego de un discusión interna decidimos intervenir para que el Municipio no perdiera su poder concedente y se preservara como prestadora una empresa local como la Cooperativa Eléctrica”.
Y continuó: “El bloque radical iba a acompañar el proyecto de la Cooperativa tal cual había ingresado y el Ejecutivo tenía algunas exigencias, como el pago de un canon anticipado y ciertos requisitos técnicos previo a la formación de la Comisión Redactora. Si bien la pretensión del oficialismo no era ilegítima, y hasta se podía juzgar razonable, ante la urgencia yo priorizaba la prórroga de la concesión, pero reformulando las condiciones contractuales, sobre todo en la definición de tarifas e inversiones, y en el control de los servicios anexos. Así fue que ingresó mi proyecto, que proponía 15 años de prórroga, y luego se concilió con la UCR, que acompañó mi iniciativa, otorgando 18 años a partir de octubre de 2003. La comunidad valoró la decisión porque ante la ola privatizadora se priorizaban los intereses locales”, historió el actual presidente del Colegio de Abogados de la 3° Circunscripción Judicial.
Luego añadió que dicha prórroga “no era irresponsable, sino que en el artículo 2 de la ordenanza 2726 (aprobada el 29 de diciembre del ’99) se disponía crear una Comisión Redactora para definir el nuevo contrato de concesión, integrada por delegados del Ejecutivo, el Concejo y la Cooperativa, en un plazo de 180 días. Y se hacía constar que la no aceptación por parte de la Cooperativa del nuevo contrato operaría como condición resolutoria de la ordenanza y la concesión otorgada, es decir que si no había nuevo contrato, la 2726 quedaba sin efecto y por ende no existía la prórroga”, detalló Turcato.
Tiempos de convenio
Sin embargo, disconforme con la ordenanza, que no contemplaba el suculento canon, la Intendencia la vetó y el Concejo rechazó el veto, por lo que se generó un clima hostil, jamás se formó la Comisión Redactora y se originaron juicios cruzados entre Municipio y Cooperativa. Ese escenario conflictivo se prolongó más de tres años, hasta entrado 2003, cuando ya acechaba el fin de la concesión (fines de octubre), pero el 4 de marzo el intendente Roberto Scott y el presidente de la Eléctrica, Marcelo Cacciurri, suscribieron un acuerdo que abarcaba el desistimiento de pleitos recíprocos; el reconocimiento municipal del derecho de la CEVT al uso gratuito de los bienes del dominio público afectados al servicio concesionado; el compromiso de la Eléctrica de abonar al Municipio la suma de 800 mil pesos; y las bases de un nuevo proyecto de ordenanza, promoviendo la derogación del artículo 2 de la 2726/99 -descripto más arriba- y la integración de una Comisión Redactora que “deberá constituirse a más tardar el 1 de marzo de 2003 (…) y concluirá su cometido a más tardar el 30 de junio de 2003…”.
También acordaron que “el nuevo régimen contractual de la concesión entrará en vigor a partir del día siguiente al de la conclusión del contrato de concesión hoy vigente…”, aclarando que “si a la fecha mencionada en el párrafo anterior no hubiere sido aprobado el nuevo régimen contractual, a partir del vencimiento del plazo originario del actual contrato de concesión permanecerán vigentes, en forma transitoria, todas las condiciones del contrato de concesión celebrado el 28 de octubre de 1983…”.
Estos documentos reflejan que el convenio entre Intendencia y CEVT no incluyó, como en el ’99, la condición resolutoria, sino que se dejó el resquicio para que “en forma transitoria” siguiera en vigencia el precario articulado del ’83, si por alguna causa no se redactaba el nuevo contrato. Sin embargo, ese mismo texto fue refrendado por el Concejo, en forma unánime, a través de la ordenanza 3076 aprobada el 7 de octubre de 2003.
El voto que no fue
Sin embargo, Turcato aclaró por enésima vez: “Mi voto del ‘99 no fue el que definió la prórroga, lamentablemente, porque de aprobarse la ordenanza originaria se hubiera elaborado un contrato de concesión, dejando sin efecto el de aquel entonces, que no es ni más ni menos que el que rige hoy. Pasaron casi 18 años desde que entró en vigencia la prórroga y en ese lapso hubo cambios en la Intendencia y se sucedieron distintas composiciones legislativas, pero nadie elaboró el nuevo contrato nuevo. Esta es la verdad, lo demás es ignorancia o malicia, así que jamás asumiría una culpa por un voto que, en definitiva, se volvió abstracto, un voto que no fue. Sólo puedo admitir una actitud ingenua cuando aprobé, junto con los otros ediles (Jorge Lagna, Miguel Pedrola, Noemí Rasello, Lisandro Enrico, Delfor Hernández, Esteban Stiepovich, Juan Moscoso y Roberto Meier), un convenio para salvaguardar a la ciudad de juicios millonarios, pero sin insistir en la inclusión de la condición resolutoria que hubiera dejado sin efecto la ordenanza si no se hacía el contrato en un cierto plazo. Claro que nunca supuse que esa transitoriedad se transformaría en una eternidad”, sentenció Alberto Turcato, quien asumió como edil en medio de los ardientes debates por la concesión, a fines de 1999, y completó el mandato un par de meses después de votar, en octubre de 2003, la ordenanza que convalidó el acuerdo entre la Municipalidad y la Cooperativa Eléctrica, y cuyos ecos aún resuenan.