Ultimátum y respuesta
Lattanzi: "Si no lo hace Vialidad Nacional, lo haremos nosotros"
El intendente de Rufino denunció el estado crítico de la Ruta Nacional 33 y, tras una amenaza de intervención municipal, la repartición nacional inició trabajos provisorios de bacheo entre Rufino y Cañada Seca.
(Por Ana Inés Dobal) - Con una advertencia tajante, el intendente de Rufino, Natalio Lattanzi, puso contra las cuerdas a Vialidad Nacional por la falta de mantenimiento en un tramo clave de la Ruta 33. La presión surtió efecto: en menos de una semana, comenzaron obras de reparación parcial en la zona más deteriorada.
El viernes 4 de abril, visiblemente molesto por la falta de respuestas institucionales ante los múltiples reclamos elevados por su gestión, Lattanzi, emitió un ultimátum público a la Dirección Nacional de Vialidad. Su denuncia apuntó directamente al estado “criminal” de los baches que se profundizan sobre la Ruta Nacional 33, particularmente entre las localidades de Rufino y Cañada Seca, en el límite con la provincia de Buenos Aires.
“Si para mañana no está el material, de alguna manera vamos a salir nosotros a bachear los pozos criminales que tenemos de Rufino a Cañada Seca”, lanzó sin rodeos. La expresión no fue una exageración: la peligrosidad del trazado ha sido señalada por vecinos, transportistas y organismos de seguridad vial, debido al alto riesgo de siniestros en una traza donde el tránsito de camiones es constante y donde la infraestructura está colapsada.
Lattanzi aseguró que mantuvo múltiples comunicaciones con el Administrador General de Vialidad Nacional, como también con autoridades provinciales de Santa Fe, pero que la falta de ejecución de obras lo llevó a un límite: “Hablé con todos, pero necesitamos una solución urgente. Esto no da para más. Está en juego la vida de las personas”, advirtió.
Un principio de respuesta
La firmeza del reclamo tuvo repercusión. El martes 8 de abril, apenas cuatro días después de las declaraciones del intendente, personal de Vialidad Nacional se hizo presente en el tramo más comprometido de la ruta, e inició tareas de bacheo superficial. El propio Lattanzi supervisó los trabajos, que incluyeron el relleno de cráteres con material en caliente proveniente de Trenque Lauquen.
“Estamos haciendo presencia en la zona de trabajos. Vialidad ha dado respuesta a nuestros pedidos y un camión que llegó desde Trenque Lauquen con material en caliente (trazo fino) está rellenando los cráteres más grandes”, explicó desde el lugar. Las tareas se desarrollaron entre Rufino y Cañada Seca, una franja particularmente afectada por las lluvias recientes, que agravaron la ya crítica situación del pavimento.
Según detalló el mandatario, la superficie intervenida quedó más elevada, por lo que recomendó a los conductores circular con extrema precaución en el sector comprendido entre Rufino y Piedritas, donde se realizaron las tareas.
Acción mínima ante un problema estructural
Aunque celebró la intervención como un avance respecto al abandono previo, Lattanzi fue claro al calificar la acción como insuficiente: “Esta solución es un paliativo mientras se espera el reinicio de la obra”, aseguró. La repavimentación integral del tramo sigue pendiente, y los trabajos actuales no eliminan los riesgos de fondo.
“No vamos a dejar de reclamar. Esta ruta es estratégica para la región, y no podemos naturalizar que esté rota, con baches que parecen zanjas. No me voy a quedar de brazos cruzados mientras se pone en riesgo la vida de los vecinos”, sostuvo.
En la actualidad, la Ruta Nacional 33 es una de las principales vías de transporte entre el sur santafesino, el oeste bonaerense y los puertos del Gran Rosario. Su deterioro afecta tanto la logística agroindustrial como la seguridad vial de miles de personas que la transitan a diario. El pedido de Lattanzi representa el clamor de toda una región que exige obras de fondo, no simples parches.