Luis ‘Pipi’ Ceballos, un guerrero de la vida
A los 16 años la vida de Luis Miguel Ceballos cambió para siempre. Amante de los deportes y cuando había podido llegar a debutar en la Primera de Sacachispa FBC como arquero, tuvo un accidente de tránsito y quedó con una discapacidad motriz en la rodilla derecha. “A pesar de todo lo que me fue pasando siempre sentí la mano de Dios para ir superando obstáculos y adversidades”, le comenzó diciendo a Sur24.
“Siempre estuve vinculado al deporte. A los 8 años corría en bicicross y a los 9 me invitaron a jugar al fútbol a Sacachispa, y ahí me quedé. Es mi segunda casa. Jugué en Infantiles, Inferiores y con 16 años pude llegar a jugar en Primera. Yo era arquero, y en el 2000 jugué 4 partidos en Primera. Me tocó debutar ante Central Argentino en el ‘Bosque’. Adrián Oro, que era el arquero, tuvo una lesión en el ojo, ‘Calunga’ González que era el suplente también tuvo un problema, y me tocó atajar a mí, que estaba en la Reserva. Empatamos 1-1, el técnico era Eduardo Avilés y su ayudante, que me ayudó mucho y aprendí mucho de él, era Alberto Ferreyra”, señaló.
Pero “un miércoles de agosto del 2000, me voy a la casa de un amigo en la moto de mi mamá, y cuando volvía tuve un accidente con otra moto y sufrí un desplazamiento de rodilla y platillo tibial. Tuve una cirugía complicada, con mala praxis, y después de un año me tuvieron que volver a operar en Rosario. Desde ese día a hoy llevo 36 entradas al quirófano. Me hicieron trasplante de hueso de banco hasta el 2008, con la mala fortuna que entró un estáfilo (una bacteria) y debido a eso tuve tantas entradas al quirófano”.
Hasta que todo cambió. “Un sábado del 2011 estaba muy aburrido en mi casa, dependía siempre de alguien que me lleve a algún lado, me voy para el garage y veo la bicicleta colgada, hacía desde el 2008 que no la podía usar. La bajé, la limpié y me fui junto al grupo de la Iglesia a colaborar, a cebarles unos mates, porque estaban en construcción. Y me fui, con un pie pedaleaba y con el otro pie le pegaba con el talón. Hice más de 30 cuadras, quedé re contento.
Mientras cebaba mates uno de los hombres me comentó que en Venado había un hombre que había adaptado su bicicleta para poder competir, y ese hombre era Osvaldo Villa. Y gracias a él empecé. El que me contactó con Villa me dio una bicicleta rutera, y Osvaldo me aconsejó, fui de Pieraccini, del Indio Zoric, acondicionamos la bicicleta y arranqué”, siguió con su relato.
Para agregar que “en la Municipalidad había un equipo de ciclismo adaptado, me acerqué, me sumé y empecé a correr. Al poco tiempo se corría en Gualeguaychú la última fecha del Campeonato Argentino y participé en dos pruebas, la Contrareloj y Pelotón. Fue una experiencia muy linda y quedé enchufado para el año siguiente.
En el 2012 tuve la suerte de ganar mi primer campeonato Argentino, en ruta y Crono; en 2013 lo vuelvo a hacer, en este caso en Crono y en pista en Persecución”.
Y llegó el fútbol
Tras los muy buenos resultados en ciclismo, a fines de 2013 le dieron una beca de la provincia. “Me presento a cobrarla en Rosario, y ahí veo que había varias disciplinas de deportes adaptados, y cuando escucho fútbol adaptado me vuelvo loco, es mi pasión. Fui y me presenté ante Hernán Travagliante y su papá Héctor, que son de Rosario y tienen una Asociación llamada Acroda (Asociación Civil Rosarina de Deportistas Amputados), y a la vez Hernán jugaba en la Selección Argentina de fútbol para amputados”, dijo el ‘Pipi’, como se lo conoce en el ambiente deportivo.
Y explicó que “se juega con bastones canadienses y la mayoría de los chicos tienen amputada una pierna o tienen alguna discapacidad, como la mía. Yo califiqué justo por mi discapacidad en la rodilla derecha”.
Y siguió: “A los 15 días había una concentración del seleccionado en Pigüé, y Travagliante habló para que me tomen una prueba. Fue una muy linda experiencia, quedé seleccionado y durante todo el 2014 estuve convocado a Selección, no tuve roce internacional, solamente jugamos amistosos”.
Y también tuvo la oportunidad de jugar “varios torneos en distintas provincias, representando a Acroda primero y después para Rosario Central, y desde 2017 en la Liga Nacional. En esa primera edición tuvimos la suerte de salir campeones”.
Desde hace un tiempo, Ceballos empezó una nueva disciplina, “vóley adaptado. Me convocó la gente de la Fundación Tendiendo Puentes, Juan Pablo Rossarola y su equipo. Es otra linda experiencia”.
Rendirse jamás
“Nunca estuvo en mis opciones rendirme, son circunstancias de la vida. Tuve mucho apoyo de mis padres y después de mi señora y mi familia. Son un gran pilar para mí. Y también mi agradecimiento a los clubes, tanto Sacachispa como Centenario y Rivadavia por la inclusión y permitirme trabajar. Y dejar bien en claro que Dios es todo”, cuenta el ‘Pipi’.
También agradece a los que le permitieron trabajar. “Tuve la suerte de sumarme al cuerpo técnico de Horacio Miraglio en Sacachispa para dirigir en Inferiores, y seguí mucho tiempo. Es algo que me apasiona. Estuve como ayudante de Pedro Moyano en Primera y después fui yo el DT, un gran anhelo que se me cumplió. Y después me sumé al cuerpo técnico de Javier Becher, primero yendo a Centenario y ahora en Sportivo Rivadavia”.