Made in Copahue: ya está en la calle el primer alfajor en la historia de Elortondo
En la búsqueda de la diversificación y también la evolución, desde Elortondo viene asomando hacia la región un producto que puede convertirse en ícono, porque en definitiva, eso es el alfajor para nuestro país: un emblema de la gastronomía argentina y de la cultura popular. Su vigencia no conoce derrotas con el paso del tiempo y por eso desde “Copahue” decidieron reflotar esa idea para hacer un producto competitivo al nivel de las marcas líderes.
Con una calidad superior a la de un alfajor de bajo costo de kiosco, se puede conseguir a 70 pesos, ya sea en chocolate blanco o negro, relleno de dulce de leche. Más adelante, está previsto sumar variedad en sabores, como los clásicos de fruta o maicena, acompañados de packaging para que sea además un motivo para regalar. Es necesario aclarar que es totalmente de repostería y no en formato helado.
“Compramos los insumos, armamos el alfajor (es tipo torta) y lo envasamos todo en la fábrica. Estamos haciendo un promedio de 8000 alfajores semanales, con partidas controladas. Se agota una y volvemos a elaborar otra. No vamos almacenando producto porque tiene una vida de tres meses y queremos que siempre sea fresco”, contó el titular de la firma, Eriberto Raúl Fabre, a Sur 24.
El empresario, explicó que debieron incorporar máquinas especiales para fabricar alfajores en la planta ubicada sobre calle Moreno al 600 -de acero inoxidable-, como exige el código alimentario. La envasadora, es la misma que usan para los helados al igual que la “bañadora” de chocolate. Además, se construyó un espacio físico especial para los alfajores.
“Se está haciendo todo por etapas. Queremos ser cuidadosos al ser nuevos en el rubro. Que no se nos escapen detalles para que el producto mantenga la calidad. No queremos que se encuentren en un mes con otro alfajor, porque el producto va a ser siempre el mismo”, admitió.
Fabre, recordó que anteriormente, hace 15 años atrás, habían experimentado con una elaboración similar para cubrir la baja de temporada (durante el invierno), recaudaciones y hacer frente a los gastos fijos. Pero con la llegada del verano, sostener los dos procesos productivos en simultáneo, hizo que debieran abandonar ese primer alfajor por una cuestión de lugar físico.
“Lo dejamos de hacer en su momento y nos quedaron las ganas porque tuvo buena aceptación y era rentable. Solo teníamos que esperar a tener mayor espacio y desarrollarnos para llevarlo a otro nivel de producción. Lo que hacíamos antes era zonal con poca producción porque era totalmente manual. Hoy viendo que el consumo de alfajores progresó, al margen de la variedad de marcas que hay, lo vemos como una alternativa más potable”, aseguró.
Para la vitrina
Fabre, aclaró que en la historia de Elortondo (como en la de muchas comunidades santafesinas) siempre se hicieron alfajores caseros para vender en el barrio. “Pero envasados o en cajas no hubo. A nivel industrial es el primero que se fabrica en esa magnitud para alcanzar el mercado local, regional o nacional”, destacó.
Si bien ahora están en pleno lanzamiento, tuvieron que sortear los avatares de la pandemia (siempre manteniendo más de 25 fuentes de trabajo), por las restricciones en los horarios de trabajo y la baja en el volumen de ventas del “caballito de batalla”, como son los helados. Afortunadamente, pasaron la experiencia piloto, el producto llegó a la calle y las devoluciones son positivas.
“Quien lo compró -el comerciante-, lo volvió a pedir porque el producto se va de las góndolas. Para la fábrica es rentable y nos cubre un hueco que en invierno es difícil de sostener, es decir que va con un doble propósito. Mantenemos la misma mano de obra durante todo el año de esta manera”, reconoció Fabre.
Este proceso, se está dando paulatinamente en la región sur santafesina y la idea es expandirlo a otras provincias. “Somos prudentes al lanzarlo y como insertarlo en el mercado. Queremos ser abastecedores prolijos. No queremos vender una semana y después no poder entregar por hacer una zona demasiada amplia. Tenemos una capacidad de producción y no vendemos más de eso. La venta va a ir creciendo a medida que vayamos incorporando más tecnologías y maquinas a la fábrica”, aclaró el empresario.
Asimismo, ponderó que las opiniones que fueron recogiendo son favorables y que algunas personas se remontan al anterior alfajor que hicieron. “El mayor comentario aparte de que es rico, es que también es una alternativa para regalar por su presentación. Lo que habla es el paladar de la gente y el bolsillo. Y nosotros logramos combinar todo eso en un producto de calidad que sale de Elortondo”.
En esta línea, aclaró que alfajor tipo “torta” elortondense, a diferencia de uno industrial a gran escala, tiene menos conservantes. “Usamos materia prima para rotación rápida. O sea que nuestro alfajor va a estar siempre fresco, como recién hecho”.