MaqTec, la fábrica de “máquinas raras” que cosecha admiración y distinciones
En su planta fabril de 5 mil metros cuadrados en el Parque Industrial “La Victoria”, en el medio de la zona núcleo, se destaca MaqTec, especializada en la fabricación de maquinaria agrícola, pero no para soja, maíz o trigo, sino con destino al mercado fruti-hortícola. “Suelo escuchar que nos mencionan como los fabricantes de cosechadoras raras”, bromea Martín Bonadeo, quien junto con su socio Carlos Porta iniciaron el audaz emprendimiento en el año 2000. Y el propio ingeniero agrónomo lo cuenta: “Carlos (Porta) estaba elaborando el prototipo de una cosechadora de aceitunas para la región de La Rioja y Catamarca. Allá estaban los olivares, pero no el suficiente desarrollo de la industria metalúrgica, y así fue que nos lanzamos a la fabricación, unos pocos meses antes del desastre político y económico del 2001, gracias a un programa de incentivos de la Nación, logrando un primer subsidio. A la vez, en varias provincias dedicadas a los olivares hubo diferimientos impositivos y se plantó muchísimo”.
A pesar de que los comienzos fueron duros, hasta ajustar el funcionamiento de la máquina, la producción récord aseguraba la demanda de las flamantes cosechadoras Colossus, de 25 toneladas de peso, 5 metros de altura, 7 de largo y 5 de ancho. Aunque poco después el país entró en su último crack, el viento de cola, para MaqTec, sopló desde el exterior, más precisamente de Australia, hacia donde viajaron las primeras unidades exportadas. “Se nos abrieron un montón de puertas y con ese flujo de dólares consolidamos el proyecto y apuntamos a nuevos desarrollos”, acotó el empresario. Tanto se afianzó ese vínculo que hoy la empresa santafesina cuenta con una filial en Australia (desde 2005) y otra en España (desde 2008).
Nuevos productos
“Ahora estamos lanzando al mercado la (cosechadora de olivos y cítricos) Optimus (ver imagen principal), que es la versión optimizada de Colossus”, puntualizó Bonadeo, y señaló que entre las novedades también sobresalen los equipos de poda y atomización en cultivos súper intensivos (Toolka) y los atomizadores de arrastre para cultivos arbóreos (Hydroflow).
Consultado sobre los demás productos de la empresa, que hoy tiene 60 empleados, resumió: “Fabricamos despanojadoras de maíz para la elaboración de semillas híbridas (Axxion); cosechadoras de uvas (Bacus); cosechadoras de cítricos (Karpos); cosechadoras de sal (Cosal) y balleneros”. Y agregó: “Lo más convencional de MaqTec es la línea de grupos electrógenos”.
“Por lo general, la mayoría de nuestros productos se fabrican por pedido, aunque con la experiencia vamos observando el mercado para estar en condiciones de comprometer entregas en plazos razonables, dado que las máquinas grandes, por ejemplo, exigen unas 14 mil horas hombre de taller”, dimensionó. Y adelantó que “estamos negociando un contrato importante con productores australianos, que de prosperar nos daría previsibilidad por cuatro o cinco años. Además de Australia y España, exportamos a otros destinos, como Sudáfrica, Portugal, Uruguay, Chile y Estados Unidos (California)”.
Las innovaciones tecnológicas introducidas por MaqTec en la olivicultura, el sector citrícola y el despanojado de maíz, le valió en los últimos años al menos una decena de distinciones nacionales e internacionales, y el más reciente -en marzo último- fue el Premio Ternium Expoagro a la Innovación Agroindustrial.
Ballenero todo terreno
“Desde Puerto Madryn nos encargaron un dispositivo para transportar uno de los barcos-submarinos que llevan turistas al avistaje de ballenas. Como la embarcación no puede permanecer en la bahía, luego de sus actividades tienen que sacarla, y entonces nuestro tráiler gigante, de 15 toneladas, hace las veces de muelle móvil, y todos los días entra, atraca el barco, lo amarra y lo traslada”, simplificó el ex director de Medio Ambiente de la Municipalidad venadense.
De la salina al camión
“Como ya son muchos los que conocen nuestro perfil orientado a la fabricación de máquinas de gran porte y autopropulsadas, nos localizó un productor que trabaja una salina en Médanos, cerca de Bahía Blanca, y nos pidió un desarrollo para la cosecha de sal. Ya le vendimos dos máquinas y estamos por entregarle la tercera. Funcionan muy bien y cargan un camión en pocos minutos. Son unidades que requieren un tratamiento especial de sus materiales y un mantenimiento riguroso, dada la agresividad de las condiciones de trabajo”, señaló Martín Bonadeo.