María Alejandra Nuñez, la judoca multicampeona de Venado Tuerto
María Alejandra Nuñez fue una de las grandes deportistas que tuvo Venado Tuerto en la década del ’90, donde logró quedarse con 7 campeonatos provinciales, seis de ellos santafesinos y uno bonaerense, además de salir campeona argentina en 6 oportunidades y sudamericana en otros dos. También, la venadense llegó a estar en el puesto número 6 del ranking mundial.
Hoy radicada en España, junto a su esposo Caio, sigue vinculada al deporte que ama y disfrutando de la vida en Madrid.
En charla con Sur24, contó que empezó a practicar judo “cuando tenía 3 años y medio, me llevó mi papá y él dijo que lo hizo porque me veía muy flaquita, chiquita e indefensa. Quería que aprendiera a defenderme”.
Con el correr de los años fueron llegando los resultados, los títulos nacionales y sudamericanos y el sentirse parte de la elite del deporte a nivel mundial.
“Nunca me di cuenta que era buena, yo iba sumando títulos y cada vez estaba más arriba, pero siempre pensaba que me faltaba para ser buena, que tenía más para dar”, reconoció la judoca.
También señaló que ella y su familia hacían mucho sacrificio para poder ir a competir. “Mientras fue dentro de Argentina, mis papás María Sagas y Casimiro Nuñez, me acompañaban, y para que pueda ir, vendían pasteles, empanadas. La Asociación para la cual competía, que dirigía Carlos Castro, que fue como un padre para mí, también lo hacía. Me ayudaban muchísimo para que yo pudiera viajar” y que cuando “me fui a Buenos Aires, y estuve en la Selección Argentina por seis años, ahí se complicó para que mis viejos pudieran viajar conmigo. Me tuvieron que emancipar cuando tenía 14 años, para que pudiera viajar. Con el tiempo llegaron las becas y los sponsors y se hizo un poco más fácil, pero los primeros años fueron muy difíciles”.
María Alejandra contó que empezó a competir “cuando tenía 10 años y estuve 10 años compitiendo. Cuando tenía 20 años dejé de hacerlo por una lesión muy grave que tuve en la rodilla. Nunca me pude recuperar, hasta el día de hoy que sigo teniendo problemas con mi rodilla”.
El sueño de conocer Kodokan
Al preguntarle cuál fue el objetivo que le quedó sin cumplir, la venadense contó que “cuando tuve esa lesión había quedado seleccionada para hacer una gira muy grande por Europa, que duraba tres meses, y después tenía el Mundial en Japón. Ese era mi sueño, poder conocer Tokio, estar en Kodokan, que es la primera escuela de judo, y no pude ir”, pero recalcó que “al sueño lo sigo teniendo, quizás no pueda ir como deportista, pero en algún momento de mi vida creo que puedo llegar a conocer Kodokan”.
Nunca dejó de estar cerca del judo. “Cuando dejé de competir seguí ligada, dando clases, haciendo clínicas, dándole clases a gente de seguridad, a policías. Estuve muchos años haciendo eso. Después estuve en la Escuela de Carlos Sarria, hasta hace unos tres o cuatro años atrás, yendo a entrenar de manera muy liviana, trayendo gente reconocida del judo a Venado para dar clases”.
Y cerró diciendo que “hace dos años largos que estoy viviendo en España, y de una forma y otra sigo ligada al deporte, dándome con gente que conocí en su momento, que eran competidores y que hoy son profesores de deportistas de alto nivel o técnicos de selecciones. Cuando empezás un deporte siendo tan chiquita, en mi caso el judo, pasa esto, pero pasa en cualquier deportista, es una forma de vida. Te podés alejar un tiempo, pero siempre volvés. Es el primer amor”.