Mariano Dolagaray, el venadense que se ha convertido en un referente del Método Pilates en el mundo
Mariano Dolagaray, oriundo de Venado Tuerto, es profesor de educación física y desde hace varios años decidió continuar su preparación y carrera en el exterior. En esta búsqueda, se encontró con el Método Pilates, al que abrazó -y sigue abrazando- para poder desarrollarlo en profundidad y compartirlo en cada lugar por el que viaja o ciudad en la que reside.
Desde hace dos años, Mariano está instalado en Panamá, luego de haber pasado por Nueva York, San Pablo y Bermudas, entre otros; aunque en estos días se encuentra de paso por Venado Tuerto, donde aprovechó la oportunidad para brindar una charla, titulada “Todos somos atletas”, a alumnos del profesorado de Educación Física del Instituto Católico de Enseñanza Superior (ICES) y público en general.
“El nombre de la charla es algo que yo creo de corazón; que todos somos atletas, que somos una piedra preciosa por dentro y simplemente lo que hace la buena educación física es sacar lo que sobra, como un escultor, dejando que reluzca lo fuerte y lo espiritual”, comentó Dolagaray, considerando que la mejor definición de atleta “nada tiene que ver con los resultados, con cantidad, con premios; sino que se trata de moverse para expresarnos mejor en el día a día”.
Con el objetivo de perfeccionar las herramientas que las personas necesitan para llegar a ser “atletas”, Mariano comenzó a estudiar y especializarse en Pilates, que lo ha llevado a convertirse en maestro. “Es un método de acondicionamiento físico y mental que cambia vidas. Básicamente estamos hablando de movimiento, conciencia corporal, entrenamiento físico, transpirar, descubrir, encontrar el placer en la actividad. A partir de ahí las cosas van cambiando y se van encontrando los resultados maravillosos que tiene este método, que en realidad se llama contrología -control del cuerpo a través de la mente-, aunque le decimos pilates por el apellido del creador”, relató.
Sus inicios en la contrología
Antes de dedicarse a la educación física como profesión, Mariano Dolagaray estudió psicología, carrera que no finalizó, pero ya, desde ese entonces le interesaba lo que sucedía detrás del movimiento, lo que producía en el cuerpo. “Siempre fui fanático del alto rendimiento, de entrenar atletas, pero me faltaba un eslabón, me sentía muy conductista, entrenar personas para que corran más rápido, para que salten más alto, para obtener resultados. Hasta que me di cuenta que lo que faltaba era la parte humana. Cuando empecé a leer sobre pilates, me di cuenta que eso era lo que necesitaba”, remarcó.
Afortunadamente se encontró con una gran maestra en Brasil, con quien inició el proceso de profesionalización, y luego decidió mudarse a Estados Unidos para continuar estudiando. “Yo seguía a los maestros e incluso hoy hay sólo dos personas vivas que han sido alumnas del creador del método y con ambas me he capacitado. Siento hoy que mi tarea es trasmitir ese legado a nuevos profesores por el mundo”, enfatizó.
Primera experiencia
El maestro recordó su primera aproximación a esta técnica: “Probé pilates en Argentina por primera vez, hace más de 20 años, pero cuando hice la clase, que fue en un lugar hecho para personas de clase social alta y principalmente para mujeres, no sentí ningún efecto, sino algo muy superficial. Yo estudiaba el movimiento, biomecánica, entrenamiento, y me pareció una payasada. Seguí investigando y ahí descubrí que lo que hacían en ese lugar no era pilates, sino que utilizaban el nombre para hacer ejercicios para nada parecidos a los originales, sino que simplemente tenían una máquinas o camas, que se utilizaban de muy mala manera.
En ese entonces, Mariano comenzó a viajar para conocer el método, descubriendo que era muy distinto a su primera experiencia. “Ahora en Argentina se mejoró muchísimo, incluso tengo alumnos que viven aquí y trabajan muy bien. Además de ser un método que sigue creciendo en todo el mundo por una sola razón: porque funciona”.
A modo de ejemplo, contó que hace dos años vive en Panamá, donde tiene su propio estudio, y que tiene los mismos alumnos que continúan desde su inicio. “Cuando una persona lo prueba y se da cuenta que funciona, no paran. Por ello también necesitamos más profesores que puedan especializarse, incluso estoy buscando para llevar profes a Panamá, ya que la demanda es muy grande”.
Un método que funciona
“El método funciona, hace bien, las personas sientes un cambio inmediato, ya sean jóvenes, atletas de mediana edad o una persona adulta que se ha operado la cadera y que empieza pilates como un estilo de recuperación. Es muy democrático y muy amplio, ya que lo puede practicar una persona que nunca se movió hasta deportistas de élite -como el caso de Emiliano ‘Dibu’ Martínez que hace poco tiempo compartió fotos haciendo pilates-”, detalló Dolagaray.
Seguidamente consideró que es compatible con otras prácticas, como puede ser un gimnasio. “Yo entreno pilates todos los días y también voy al gimnasio; hay personas que corren y hacen pilates o futbolistas. Mientras más te muevas, mejor”, destacó.