Martín Ibáñez: “Juan Cruz era un ser especial y no lo tengo más conmigo”
Al cumplirse tres años del asesinato de Juan Cruz Ibáñez, el joven de 23 años, oriundo de la localidad de Murphy que se encontraba estudiando ingeniería en Rosario, su hermano, Martín, utilizó las redes sociales para expresar los sentimientos de una familia que quedó totalmente desbastada desde aquel 29 de junio del 2018.
“Tres años y acá nos encuentra esperando una sentencia que aún no llega. Obviamente en un país normal, donde existan leyes y jueces que defiendan a los buenos y castiguen a los malos, ésto estaría ya resuelto. Bueno, estamos en Argentina, donde sucede todo lo contrario. El mensaje que bajan los responsables de impartir justicia es: ‘roba, mata que nosotros vamos hacer todo lo posible por ayudarte’. Hablo de jueces, secretarios, abogados defensores, representantes de derechos humanos. Estos son los verdaderos culpables, los asesinos silenciosos. Son quiénes los sueltan, son los responsables directos de la famosa puerta giratoria. Hoy desgraciadamente el juez o jueza y todo su equipo de inútiles se ponen la camiseta del asesino y jamás la de la víctima. Por eso mi guerra es contra ellos, nadie los conoce, nadie sabe sus nombres y se mueven entre nosotros pasando inadvertidos”, comienza expresando.
Asimismo señala: “Primero tuvimos que soportar que una jueza no otorgue la carátula de alevosía ni ensañamiento, luego que mi hermano fuese asesinado de forma cobarde por la espalda, con más de 20 puñaladas. El martes 29 de junio me levanto recibiendo un mail dónde nos informan que el asesino está siendo evaluado por la Junta especial de salud mental de la provincia. Si, así como leen. Lo quieren hacer pasar por loco, imaginarán por qué”.
“Tres años han pasado -continúa- donde no tenemos más festejos de Navidad, ni día del padre ni de la madre, nada, por que cada fecha importe acentúa más el dolor, con mis viejos haciendo un esfuerzo sobrehumano para seguir, con un dolor en el alma que te cuesta levantarte cada mañana, aprendiendo a sobrevivir con su ausencia y como si fuera poco teniendo que soportar miles de estrategias infundadas para bajarle su condena”.
Además cuenta que “hace poco se realizó una audiencia donde se presentó Lucas Ojeda, el asesino, secundado por un abogado defensor, una asesora social o de menores y una responsable de derechos humanos, mientras que a mi hermano lo defendía sólo un fiscal, es decir tres contra uno. Esa es nuestra justicia”.
“Con mi familia nos cansamos de golpear puertas, hasta el mismísimo Mauricio Macri (cuando era Presidente de la Nación) nos recibió en su despacho, todos para las foto, nadie nos dio una mano, solo algunos, contados con los dedos de una mano que no hace falta mencionar para no politizar el caso. Solamente pedimos justicia, si tomó la decisión de matar a mi hermano y quitárnoslo para siempre que su condena sea equivalente, para siempre. A modo personal lo hago para tener la tranquilidad que hice todo lo que esté a mi alcance, para que su muerte no quede en la nada, así también para que ninguna persona tenga que pasar por esta pesadilla, que les aseguro es inimaginable. Pero peleas contra un sistema corrupto con las manos atadas”.
Por último enfatizó: Seguramente deben existir jueces buenos y de buen corazón. En esta causa no hay siquiera uno. Mi hermano era un ser especial y no lo tengo más conmigo, nos lo sacaron. Cada noche antes de dormir escucho sus últimos audios para no perder el sonido de su voz y le pido que aparezca en mis sueños para que me abrace y me cuente cómo está”.