¿Cómo prevenirla?
Meningitis: cuáles son los riesgos, síntomas y tratamiento de la enfermedad que afecta mayormente a bebés y niños
Se trata de una inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal. La misma suele deberse a una infección.
Por Luciana Lanzamidad
El 24 de abril, se conmemora el Día Mundial contra la Meningitis, una ocasión para reflexionar sobre la importancia de la prevención y la concientización sobre una enfermedad que puede poner en riesgo la vida de personas de todas las edades. La meningitis es una emergencia médica con una alta tasa de morbimortalidad si no se trata a tiempo, por lo que es fundamental seguir el calendario de vacunación para prevenirla.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la meningitis es la inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal. Esta inflamación suele deberse a una infección y puede ser mortal, por lo que requiere atención médica inmediata.
El infectólogo pediatra Gustavo Ezcurra (Mat. 2802), miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) Filial Santa Fe, explicó a El Litoral cuáles son los síntomas más comunes de la meningitis y cómo se diferencia de otras enfermedades. "La meningitis se caracteriza por presentar cefaleas, síndrome febril, náuseas o vómitos, y rechazo de la alimentación. En niños pequeños, esto se manifiesta como irritabilidad", señaló el especialista.
Además, mencionó que en algunos casos se pueden presentar convulsiones, rigidez de la nuca y alteraciones en el nivel de conciencia, lo que puede derivar en cuadros más graves como encefalitis o meningoencefalitis.
Esta enfermedad también puede manifestarse con lesiones en la piel, como petequias o lesiones más graves llamadas púrpuras y hematomas.
Tipos de meningitis y tratamiento
Los tipos más comunes son la bacteriana, viral y, con menor frecuencia, la micótica en pacientes inmunocomprometidos. El tratamiento para la meningitis bacteriana incluye la administración de antibióticos por vía intravenosa, mientras que la meningitis viral requiere tratamiento sintomático, a excepción de casos especiales como los provocados por el virus herpes.
Respecto a los grupos de población más vulnerables a contraer meningitis, el doctor Ezcurra indicó que si bien cualquier persona puede padecer esta enfermedad, los niños menores de 5 años (especialmente los menores de un año) y los adolescentes o adultos jóvenes tienen un mayor riesgo de complicaciones.
"La meningitis suele aparecer en las primeras etapas del desarrollo infantil, especialmente cuando los niños aún no han sido vacunados en el período estipulado de los primeros seis años de vida", afirmó el profesional. Sin embargo, la enfermedad puede transmitirse a cualquier edad a través de la tos, el contacto directo o la ingesta de alimentos o bebidas contaminadas por una persona infectada.
El diagnóstico precoz es fundamental para el tratamiento de la enfermedad. "Ante la sospecha de esta infección, se debe realizar una punción lumbar para extraer el líquido cefalorraquídeo y analizar sus características en el laboratorio. Se busca el agente etiológico, ya sea virus o bacterias, mediante diferentes técnicas", detalló el infectólogo.
El tratamiento estándar para la meningitis bacteriana incluye la administración de antibióticos endovenosos, cuyo tiempo de tratamiento varía según el microorganismo aislado. La eficacia del mismo depende en gran medida del tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico. Por eso, la sospecha precoz y el tratamiento oportuno son esenciales para mejorar el pronóstico del paciente.
Vacunación
Las complicaciones derivadas de la meningitis pueden incluir convulsiones, aumento de la presión dentro del cráneo (hipertensión endocraneana), alteraciones neurológicas permanentes o temporales, e incluso amputaciones debido a lesiones graves en la piel. En algunos casos, la enfermedad puede llevar a la muerte del paciente.
El doctor Ezcurra destacó la importancia de la prevención mediante el cumplimiento del calendario de vacunación, que incluye vacunas gratuitas contra el neumococo, 4 serotipos de meningococo, Haemophilus influenzae tipo B, poliomielitis y sarampión.
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Las vacunas para proteger contra la meningitis que están incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación son las siguientes:
-BCG (meningitis tuberculosa): se aplica una dosis al nacer.
-Contra Haemophilus influenzae tipo b: se encuentra en forma gratuita en el calendario nacional de inmunizaciones y está incluida en una vacuna quíntuple, a partir de los dos meses de vida en un esquema de tres dosis y refuerzo. Para lograr protección es importante cumplir con el esquema completo para la edad.
- Contra Streptococcus pneumoniae (Neumococo): Se encuentra en forma gratuita en el calendario nacional de inmunizaciones a partir de los dos meses de vida en un esquema de dos dosis y refuerzo.
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-Contra parotiditis: Se encuentra en forma gratuita en el calendario nacional de inmunizaciones integrada en la vacuna triple viral (Sarampión, Rubéola, Paperas). Se indica la primera dosis a los 12 meses de vida y refuerzo a los 6 años.
- Contra Neisseria meningitidis (meningococo): en Argentina se dispone de dos vacunas que protegen contra los serogrupos A-C-W-Y:
1- Vacuna que puede aplicarse desde los 2 meses de edad, con un esquema de 3 dosis y un refuerzo a los 12/16 meses de edad. Si esta vacuna se aplica desde los 7 meses y hasta los 2 años, debe recibir 2 dosis.
2- Vacuna que se aplica desde los 9 meses en dos dosis.
Después de los 2 años de edad, de ambas vacunas se aplica una dosis.
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A los 11 años de edad, se aplica la Vacuna contra el Meningococo ACYW (una única dosis) para reforzar el efecto indirecto de la vacunación contra meningococo, que busca reducir la portación nasal de esta bacteria en adolescentes y con ello proteger a los grupos vulnerables
A nivel mundial, la disponibilidad de vacunas redujo la frecuencia de la meningitis bacteriana y viral, pero aún se presentan casos debido a la falta de vacunas contra ciertos virus y serotipos de bacterias no incluidos en las vacunas disponibles. Además, la falta de cobertura de vacunación en algunos sectores de la población aumenta el riesgo de brotes.