Venado Tuerto
Merendero “Mimarte”, muy cerca de mudarse a la casa propia
Tras largos años de alquiler en Brett al 400, la asociación civil liderada por Silvia Vega se trasladará en breve a 3 de Febrero 1345. La primera etapa se inauguraría en enero.
El merendero Mimarte -hoy devenido Centro de Desarrollo Comunitario- surgió con la crisis política y económica de 2001, en calle Santiago Brett 491, cuando el crack económico obligó a multiplicar la ayuda social en varios puntos de Venado Tuerto, incluyendo a las familias más vulnerables del barrio Iturbide y alrededores. Y desde entonces continuó con sus actividades solidarias a través de distintos colaboradores, hasta que en 2013 se sumó Silvia Vega, cuya influencia en la consolidación del espacio está a la vista de todos. “Me invitaron a colaborar con el merendero, que en ese momento estaba localizado cerca de mi casa, en Covasevich y Cabral, y una de las primeras gestiones apuntó a regresar al inmueble original de Brett y Juan B. Justo, donde se regularizó el pago del alquiler y poco a poco se normalizaron los servicios”.
En estos momentos, el Centro de Desarrollo Comunitario Mimarte tiene otras expectativas, más ambiciosas, ya que desde hace tiempo viene construyendo su sede propia en calle 3 de Febrero 1345, en un predio de 10 metros de frente por 97 metros de fondo, cedido por la Municipalidad de Venado Tuerto, que está muy cerca de habilitarse.
“Ya estamos en la etapa final de los trabajos para dar lugar a la mudanza que seguramente será en el mes de enero, y para eso estamos recaudando fondos, porque el mayor desafío es abonar la mano de obra restante. Entre otras actividades, el domingo 1 de diciembre organizamos una gran venta de pollos y fue un éxito, porque un par de días antes ya se habían vendido los 200 que podíamos asar”, graficó, agradecida, la dirigente.
En distintas etapas
“La primera etapa, prevista para enero de 2025, consistirá en la habilitación del salón donde funcionará el merendero, además de una amplia cocina que servirá en el futuro para brindar capacitaciones a las mamás y los vecinos del barrio, y un salón de usos múltiples que destinaremos a biblioteca, talleres y tareas escolares de los chicos”, resumió Vega.
Luego, en otras etapas, “queremos construir dos aulas y un taller de carpintería, para el cual ya disponemos de la mayoría de las herramientas, ya que, además de la merienda, otro de los objetivos institucionales es capacitar a los chicos en oficios y que más adelante puedan generar sus propios recursos”. Con el mismo propósito, y aprovechando las generosas dimensiones del terreno, proyectan un monte frutal y una huerta, donde los chicos no sólo puedan gestionar la rica experiencia del autoabastecimiento de productos saludables, sino también de la comercialización de frutas y plantines.
Colaboración permanente
Sobre los recursos con que cuentan para desarrollar sus actividades, destacó que reciben un subsidio mensual otorgado por la Municipalidad venadense que les alcanza para pagar el alquiler, y que desde 2025 podrán destinar a necesidades específicas, una vez instalados en la casa propia. Además, tienen el apoyo asociados que aportan una módica suma mes a mes y de comerciantes y vecinos que efectúan periódicas donaciones en mercadería o en dinero.
“Con más de 20 años en la tarea social, nos ganamos un buen nombre y una credibilidad que lleva a la comunidad a confiar en nosotros y depositar su ayuda sin dudarlo”, señaló con orgullo la referente de la ascendente institución.
Hasta fin de año, las actividades cotidianas continuarán cada día, entre las 16 y las 18, en el local de Brett y Juan B. Justo (teléfono fijo 313153), y en enero aprovecharán el habitual receso anual de 15 días para realizar la mudanza y habilitar los servicios indispensables para reanudar cuanto antes el servicio solidario.
En el cierre de la charla, la dirigente enfatizó que “hay muchas formas de ayudar en este emprendimiento, desde colaborar una hora diaria en algunas actividades, hasta un aporte mensual en dinero o mercadería, o incluso con la donación de ropa que distribuimos entre las familias, o bien organizamos ferias para venderla y con lo recaudado comprar mercadería".
Con menos demanda
La presidenta Silvia Vega contó que, luego de un repunte de la demanda en mayo último, en los últimos 45 días el proceso es inverso: “Hay días que recibíamos 30 o 35 chicos, como en el invierno, pero ahora, por lo general, concurren diariamente unos 20 chicos, o menos, es decir que el promedio bajó bastante”, dimensionó, acotando que los niños y niñas que asisten al Mimarte llegan en su mayoría desde los barrios de “atrás de la vía”.
Puede interesarte