Para competir con el canal de Panamá
México: López Obrador inauguró un tren que cruza de océano a océano
El tren une los puertos de Salina Cruz (Oaxaca) en el Pacífico y de Coatzacoalcos (Veracruz) en la costa atlántica.
El presidente de México, Andrés López Obrador, inauguró este viernes el ferrocarril Interoceánico, que cruza el istmo de Tehuantepec para conectar los océanos Atlántico y Pacífico y con el que el país apunta a tener una alternativa al Canal de Panamá. López Obrador aseguró en el acto que "ha crecido tanto el comercio con Asia que se hace indispensable otro paso" porque el canal de Panamá "ya está saturado".
El tren une los puertos de Salina Cruz (Oaxaca) en el Pacífico y de Coatzacoalcos (Veracruz) en la costa atlántica.
"Este proyecto lo han venido soñando desde hace siglos autoridades, reyes, políticos, gobernantes; desde que se llevó a cabo la invasión española, Carlos V le pidió a Hernán Cortés que buscara un paso que uniera a los dos océanos", destacó el mandatario.
Con el llamado Tren Maya abierto el lunes último- y el tren Interoceánico el presidente pretende también desarrollar el sur del país históricamente pobre.
"Claramente pensamos que se justifica tener un foco regional en esta zona para tratar de revertir el rezago tan grande que tiene y que es un rezago que no solamente es grande, sino que es creciente", señaló a la agencia AFP Ernesto Stein, el representante para México del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El Ferrocarril Interoceánico será administrado por la Secretaría de la Marina, igual que el Tren Maya. La idea es que el nuevo transporte pueda movilizar 300.000 contenedores al año en 2028, de acuerdo con datos oficiales.
El tramo inaugurado este viernes es de 227 kilómetros y hay tres clases para los pasajeros. El tren cruza también los estados de Chiapas y Tabasco.
El plan mexicano supone la siguiente mecánica: los barcos llegarían a los remozados puertos de Salina Cruz o Coatzacoalcos, descargan allí sus mercaderías y usan el tren para el cruce hasta el otro océano para, otra vez, seguir en barco.
Se estima que cuando el proyecto esté definitivamente en marcha puede representar una suba de 3 a 5 puntos del PBI mexicano.
También el turismo genera expectativa por lo que pueda significar la nueva vía, pero la apuesta fuerte es a lo logístico y lo comercial, sobre todo ahora que el Canal de Panamá -que mueve cerca del 3% del comercio mundial- muestra flaquezas por la baja del agua, lo que dificulta el paso de grandes cargueros.
El proyecto del tren se complementa con el armado de cinco primeros parques industriales, con los que el Gobierno confía en atraer inversiones por 7.000 millones de dólares.
Las previsiones del Ejecutivo azteca hablan de seis horas de viaje para que un tren llegue de un puerto al otro.
El cruce por el canal panameño es de 80 kilómetros, pero suele demorarse de 8 a 10 horas. La variante mexicana, claro, obliga a tener en cuenta el tiempo de descarga de un transporte a otro y la nueva carga del otro lado.